miércoles, 31 de octubre de 2018


PRÓXIMA TERTULIA LITERARIA






 COMENTAREMOS EL LIBRO


La mayoría de las personas se sienten cuando menos incómodas ante algunas de las posibilidades que abre la ingeniería genética, aunque no siempre les resulta fácil explicar por qué. Qué tiene de malo manipular nuestra naturaleza? Dónde están las líneas rojas, si las hay?

Contra la perfección explora estos y otros dilemas morales relacionados con la búsqueda de nuestro propio perfeccionamiento. Michael Sandel argumenta que la búsqueda de la perfección es imperfecta por razones que van más allá de la seguridad y de la equidad, y nos lleva más allá de los familiares términos del discurso político para mostrarnos que la revolución genética transformará el modo en que se discute sobre cuestiones éticas y obligará a reintroducir las cuestiones de orden espiritual en el centro del debate político.





El filósofo estadounidense Michael J. Sandel, 
Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales


El catedrático de Filosofía, Michael J. Sandel, ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2018. 

Representante destacado de la teoría comunitarista, corriente surgida a finales del siglo XX contraria a posturas individualistas y liberales, Sandel ha logrado llevar la reflexión a un público global planteando cuestiones éticas en debates abiertos y públicos en los que promueve el diálogo entre la audiencia. Su línea de pensamiento filosófico consiste en la defensa de una justicia orientada al bien común en la que los gobiernos puedan intervenir para evitar los excesos de la economía de mercado y las desigualdades sociales.










EL PASADO DÍA 18 PRESENTAMOS NUESTRA BIOGRAFÍA Nº38
VIDA DE CHRISTINE DE PIZAN,
DE LAURA PEREIRA DOMÍNGUEZ



 La autora, Laura Pereira y la presidenta de AMMU, María Luisa Maillard




 La autora, Laura Pereira Domínguez


Ana, de Mujeres&Cía, durante su intervención



FUE EN...






















TAMARA DE LEMPICKA: 
OTRA MANERA DE FRACASAR…

ARA SERRANO DE HARO

En la época de la Europa de entreguerras, la famosa pintora Tamara de Lempicka era la imagen dorada del éxito… Bella, rubia, delgada, estilosa, cosmopolita, moderna, casada con un aristócrata y con auténtico talento, parecía más una película hollywoodiense sobre el éxito, que el éxito mismo. Nadie, y menos ella misma, podía pensar en el lento declive que sufriría su reputación pictórica, a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, y en su futura y total ausencia en los libros y manuales de arte sobre el siglo XX.

Paradójicamente su recuperación viene de la mano del movimiento feminista y me temo que ella lo hubiese detestado. Aunque ¿Qué pintor se resiste a ser recuperado, sea quien sea el que lo haga?

En todo caso el hecho de que Tamara de Lempicka (Varsovia 1898-Cuernavaca 1980) esté muerta, facilita mucho las cosas, ya que esta mujer habituada al lujo de hacer su voluntad desde que nació, y cuyo último deseo fue que sus cenizas fuesen arrojadas desde un helicóptero al volcán Popocatepetl, no era fácil de encajar en ningún molde.

Más que detenerme en analizar su personalidad y su obra, que, sin duda, merecen detenido estudio, me voy a centrar en plantear brevemente las razones de su falta de reconocimiento.


Autorretrato-bugatti-verde-1925

A mi modo de ver, son esencialmente tres. Tamara de Lempicka, como hemos dicho, tenía la ambición de ser “absolutamente moderna” y nada se pasa tanto de moda como la “modernidad” en sí misma. Fue en París a finales de los años 20 y en los principios de los 30 cuando cosechó su mayor éxito. Ahora bien, ese éxito, como bien refleja la exposición y explica el muy inteligente y solvente catálogo, está vinculado al triunfo de un estilo que no es otro que el del Art-Deco.

El Art-Déco que debe su nombre a la exposición celebrada en París en 1925 (el término es por lo tanto un apócope de la palabra francesa “décoratif”) plantea, como todas utopías vanguardistas de principio de siglo, un cambio en la percepción artística, que es también un cambio en la forma de vivir.


Mujer con paloma

El Déco, es un estilo de líneas estilizadas, de formas refinadas y es también una amalgama de muchos de los más importantes movimientos de principios del siglo XX. Las influencias provienen de fuentes tan diversas como el arte egipcio (entonces muy en boga con los descubrimientos de Howard Carter y Tutankamon: 1922) y el constructivismo, el cubismo, el futurismo, y también del propio art nouveau, sin olvidar el estilo racionalista de la escuela Bauhaus. Pero no sólo está ligado al arte sino también a todo el concepto de “diseño”.

Es un estilo de la incipiente “edad de la máquina” y por lo tanto bebe de todas las innovaciones “modernas” para sus formas: las líneas aerodinámicas, producto de la aviación, la iluminación eléctrica, la radio y los rascacielos. El resultado fueron una serie de formas geometrizantes, metálicas, fraccionadas, cristalinas, con presencia de bloques cubistas o rectángulos y el uso de la simetría.

Correspondiendo a sus influencias maquinistas, el art déco se caracteriza también por los materiales innovadores: aluminio, metal, laca, acero inoxidable, laca y piel de cebra. Y por supuesto todo el colorido del diseño industrial que se añade a los descubrimientos tonales vanguardistas para revitalizar la paleta clásica.


La durmiente

Y estas formas se aplican a todo: desde los coches hasta el diseño de zapatos para señoras, las parrillas de radiadores, las lámparas, el diseño de interiores, y la arquitectura, destacando especialmente los rascacielos como el Edificio Chrysler o el Empire State Building, pero también los transatlánticos, los aviones, los trenes, etc.

Eso explica el encanto extraño de los cuadros de T. del Lempicka en el que rostros reminiscentes de Bronzino o Botticelli se encuentran envueltos en los colores entonces de moda para pintar los coches de lujo: el verde “Bugatti” o el rojo Ferrari o “Rosso Corsa” como el automóvil con el que príncipe Borguesse había demostrado que era posible viajar de Pekín a París en 1907.

Por lo tanto, en mi opinión, fue su estrecha relación con el art-déco, un estilo “decorativo”, burgués, y por ende sin “otro significado” de mayor relevancia, en un época hambrienta de utopías y de “revoluciones”  una de las causas que precipitaron la caída artística de nuestra Tamara de Lempicka, ya que la historia del arte ha sido relatada hasta muy recientemente como un historia ambiciosa en su afán por significar, cuando no de un esteticismo solipsista, en solitario, haciendo todo lo posible por no mezclarse con la historia de las otras artes, y menos aún el diseño.

Santa Teresa

Más aún, tanto en su presentación como personaje público, mediante aparición en periódicos y revistas, y su uso de referencias mezcladas de la alta y la baja cultura, que resultaba atractivo para el público (es una artista cuyas obras están en su mayoría en colecciones particulares y no en Museos o Instituciones), pero no para la Historia del Arte.

Finalmente es su uso casi exclusivo del género retratístico, con algún bodegón, un género más atribuible al siglo XIX que al XX, otro elemento que ha jugado en su contra.

Es verdad que creo que todos estos argumentos en su contra fueron decisivos por el hecho de ser una artista de género femenino, ya de por sí ligada en el imaginario masculino, al decorativismo vacío y la falta de “creatividad” definida en unos términos que solo ahora se empiezan a revisar.

ARA SERRANO DE HARO


NUESTRA COMPAÑERA, CRI DE AMMU, CARMEN GARCÍA INSAUSTI,
HA SIDO ELEGIDA MIEMBRO Nº 18
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA, 
DE SU PAÍS DE ORIGEN, VENEZUELA


 Carmen García Insausti, (3ª por la izda), recibe el diploma que la acredita como
Miembro Nº18 de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela


Carmen García Insausti, jurando su cargo





CARMEN GARCÍA INSAUSTI, CIENTÍFICA HEMATÓLOGA DE PROFESIÓN, ES COLABORADORA DE ESTE BLOG CON SU SECCIÓN "SEXO, GÉNERO Y SALUD". CON MOTIVO DE SU RECIENTE VIAJE A VENEZUELA, NOS DEJA AQUÍ SUS IMPRESIONES DEL MISMO.


CRÓNICA DE UN VIAJE TRISTE
CARMEN GARCÍA INSAUSTI

El 16 de octubre viajé a Caracas, mi ciudad natal, después de tres años de ausencia. Tras mucho meditarlo, tomé la decisión porque el motivo me llenaba de satisfacción, pues se trataba de mi incorporación a la Academia Nacional de Medicina como Miembro Correspondiente en el puesto Nº 18, lo que desde el principio consideré un honor, digno de celebrar con mis familiares y amigos venezolanos. Para los que no lo saben, hace 12 años que trasladé mi residencia a España.

Al llegar al país, lo primero que llamó mi atención fue el aeropuerto de Maiquetía, la soledad de sus pasillos, otrora llenos de gente movida por la llegada y salida permanente de vuelos, era asombrosa, todo lucia gris, lúgubre, atemorizante, tuve la sensación de que el país estaba en guerra.

En el trayecto hacia Caracas, fuimos interceptados por la Guardia Nacional en dos ocasiones para mirar dentro del coche; no sé qué buscaban, pero esto unido a las grandes pancartas que hay de tramo en tramo en la autopista (unas con la cara de Chávez, otras con la cara de Maduro y otras con ambos estrechándose las manos), te produce una sensación de desasosiego, porque no entiendes de qué se sienten orgullosos estos personajes.  

Cuando llegué a Caracas, decir que un sentimiento de profunda tristeza se apoderó de mí, es decir poco. ¡No salía de mi asombro! Eran las 4.30 de la tarde y lo que antes se consideraba una hora pico con muchos coches circulando por las calles, ahora podría compararse a un domingo de lluvia a las 7 de la mañana. Las calles estaban solas y la respuesta a mi pregunta fue que ahora hay menos coches, porque los que se dañan no pueden ser reparados por la falta de repuestos o porque sus dueños simplemente no tienen dinero para hacerlo ya que sus salarios escasamente les alcanzan para comer. Me comentaron que los taxis han disminuido por las mismas razones y que muchos taxistas han perdido su fuente de trabajo. De más está decir que la mayoría de los coches que circulan están en mal estado, y que las calles tienen los pavimentos destruidos y llenos de huecos, las alcantarillas están levantadas y las aceras maltrechas con múltiples irregularidades. La apariencia de las casas es de años sin pintura, con las rejas oxidadas, las tejas rotas y otros signos de falta de mantenimiento.

En los días siguientes pude ver las largas colas de personas a las puertas de los supermercados, abastos y otros sitios de ventas de comida, para lograr comprar algunos alimentos que venderían ese día en particular: por ejemplo, pollo, leche, queso, etc., y otros artículos de primera necesidad que no pueden adquirir de manera continua. También vi a grupos de niños y adolescentes descalzos y sin camisas a las puertas de las panaderías y cafeterías rogando por un trozo de pan. Esto sin contar a los que observé revisando la basura y saboreando algunos desperdicios. Lamentablemente esto tuve que verlo prácticamente todos los días, porque los problemas de comunicación, a través de internet y WI-FI, son tan serios que me obligaron a ser asidua en la única cafetería donde me podía conectar, para dar respuesta a algunos correos que recibía de Madrid.

Mis amigos me explicaron el tema del salario, diciéndome que desde agosto se había establecido el cambio de bolívares fuertes a bolívares soberanos; esto significa que a la moneda se le quitaron 5 ceros, es decir de 1.000.000 pasó a 10 bolívares soberanos, con lo que por supuesto no se puede adquirir lo que se adquiría con la anterior moneda, debido a la hiperinflación, lo que explica que en los mercados ningún producto tenga el precio marcado, pues cambia de un día a otro. El salario se fijó en 1.800 bolívares soberanos para todo el mundo, una forma más de acabar con la meritocracia y el estímulo hacia el logro. Para dar un ejemplo de lo que permite ese salario, solo diré que invité a mis dos hermanos a comer pollo asado en un restaurante de segunda y pagué el equivalente a tres salarios mínimos. Pero eso no es todo, la guinda del pastel es que de los cajeros solo se pueden retirar 100 bolívares por día, lo que no alcanza para pagar ni un taxi que en promedio cuesta 400 bolívares por carrera.

Hablamos también del estado en que están los hospitales y de la escasez de medicamentos básicos, y me resistí a visitar mi querido Hospital Universitario donde había pasado felices años de mi vida profesional. Prefería conservar las imágenes del pasado. Lo de las medicinas ya lo conocía, pues mi maleta iba llena de medicamentos que me habían encargado.    

La verdad es que encontré una ciudad en ruina que, siendo la capital, me permitió imaginar cual sería el estado de las ciudades del interior, por lo que me atrevo a generalizar y a decir que encontré un país en ruinas.

Sin embargo, hay cosas que puedo rescatar de todo este mar de males. Una de ellas, el cerro El Ávila a cuyos pies yace Caracas, su vegetación exuberante me llegó hasta el alma, sus formas majestuosas y sus preciosas laderas surcadas de múltiples caminos, que alguna vez recorrí, me llenaron de ensueño y recuerdos de los muchos pintores, músicos y poetas a los que ha servido de inspiración. Unas guacamayas multicolores: amarillo oro, azul mar, verde y negro que me dieron la bienvenida con su algarabía. Un aguacero torrencial, de esos que solo se ven en los trópicos, que casi desborda al río Guaire, y que yo sentí como un intento de la naturaleza de limpiar desde el cielo toda aquella desgracia que vive el país. La alegría que me produjo el reencuentro con mis tres hermanos que sobreviven allí y con amigos muy queridos. Todo esto hizo que, a pesar de las lágrimas que nublaron mis ojos en varias oportunidades y la sensación de inseguridad que me produjo alguna situación, mi corazón entero y mi alma dijeran al unísono. ¡¡¡Venezuela es un gran país, lo amo y la amaré siempre y más temprano que tarde saldrá de esta tragedia en la que lo han hundido sus gobernantes!!!!

CARMEN GARCÍA INSAUSTI












LO DESPAREJO DE LA PAREJA

LIDIA ANDINO


En La cantante calva, conocida obra del dramaturgo rumano Eugene Ionesco, a un tal Sr. Martin le parece haberse encontrado en alguna otra parte a la mujer que tiene enfrente. La mujer tiene esa misma impresión, pero tampoco recuerda dónde. En el diálogo intentan encontrar el tiempo y el lugar de algún posible encuentro anterior, quizá la ciudad de Manchester que ambos dicen conocer muy bien, tal vez que son asiduos viajeros en la segunda clase de un tren, aunque no recuerdan haberse visto en él. No obstante, aparecen en el diálogo misteriosas coincidencias: ocupaban en el tren los asientos 3 y 6, lo que los colocaba a uno frente al otro. También viven en la misma calle de Londres, en el Nº 19 de la calle Bromfield. Es posible -dice el Sr. Martin- que nos hubiésemos encontrado en la misma casa. Ella más remisa, dice que es posible pero no lo recuerda, a pesar de que ambos viven en el apartamento 8 de la quinta planta.

¡Qué extraño, qué curioso, qué coincidencia! repiten uno y otro a medida que el diálogo avanza. Finalmente el Sr. Martin dice tener una hija de dos años con un ojo blanco y un ojo rojo, muy bonita y que se llama Alicia. La señora dice que ella también tiene una hija con ese nombre, muy bonita y con un ojo rojo y el otro blanco. ¡Qué curiosamente extraño!, dicen ambos. Después de un largo silencio que se supone de profunda reflexión, el Sr. Martin se levanta, se dirige a la señora, que también se levanta muy suavemente: Entonces, estimada señora, no cabe duda, nos hemos visto ya y usted es mi propia esposa: ¡Isabel, te he vuelto a encontrar! Ambos se abrazan. Ella dice: Donald, eres tú, darling. Se abrazan y se duermen.

Fuera de toda patología la escena de Ionesco nos orienta hacia otra dimensión: el fenómeno del "extraño" en la pareja, como un devenir normal y digno de ser experimentado atravesándolo, una extrañeza productiva que no alude a la historia individual de los miembros de la pareja, ni a ningún conflicto en especial. Es un fenómeno creado entre los dos. Toda pareja se siente "extraña" alguna vez, incluso algunas veces; son devenires sin representación.

¿Qué hago con este extraño en este domingo interminable? ¿Quién es? ¿Cómo llegué a dormir con esta desconocida? A todo esto, a veces, lo llamamos tedio, desafecto, desgaste, aunque en verdad estas frases son sólo argumentos para tratar de capturar un fenómeno productivo, nuevas micro-historias que se están gestando, nuevos sentidos a partir de ese espacio abierto del sin-sentido, el desafío de un descubrimiento que relance el deseo.
LIDIA ANDINO
PSICOANALISTA GRUPO CERO










EL PINTOR DE CANCIONES

A. PILAR RUBIO LÓPEZ




Comisariada por Javier Panera, El pintor de canciones pone de relieve la conexión entre las artes visuales, la literatura y la música popular desarrolladas en España en el periodo comprendido entre los años 1948 y 1978 y la influencia que el mundo de la cultura tuvo en la política y en la sociedad de aquellos años. Los protagonistas de la exposición son la cultura popular y la rebelión de los jóvenes que dejaron oír su voz en mayo del 68, que dijeron no a la guerra de Vietnam o que lucharon por la democracia en España. En esta lucha comprometida participaron mujeres y hombres de todas las profesiones: escritores, músicos, artistas, cineastas, dramaturgos…, alzando su voz al unísono para mover los cimientos de una sociedad que no les convencía e influir en el cambio político; en suma, una voz que proclamaba la libertad.

Más de 400 obras exhibidas en la muestra, ponen de relieve la calidad de la misma, destacando autores como Antoni Tàpies, Joan Miró, Ouka Leele, Genovés, Equipo Crónica, Antonio Saura, Basilio Martín Patino, Elena Asins; autores que nos invitan a este viaje al pasado, un pasado no muy lejano y lleno de connotaciones y recuerdos para muchos de nosotros.

La exposición se desarrolla en capítulos:

Una oda a Louis Armstrong y un blues para Joan Miró. Vanguardia artística y jazz durante el franquismo y la guerra fría.
Tras la Segunda República en España hubo un rechazo hacia el jazz: los republicanos, consideraban que era una música elitista y burguesa y los nacionales la tildaban de salvaje, de tendencias capitalistas e inventada por negros. La dictadura prohibió su emisión en la radio porque “con esa danza dislocada, alejada de nuestra moral, América del Norte ha invadido Europa”. Aun en la clandestinidad, el jazz nunca dejó de escucharse y sirvió de inspiración a poetas y artistas. Como signo de apertura, Louis Armstrong realizó en 1955 un concierto en el Windsor Palace de Barcelona y en 1956 Lionel Hampton actuó en Madrid y Barcelona a instancias de la Embajada de Estados Unidos.

Canciones para después de una guerra.
Canciones para después de una guerra, película de Basilio Martín Patino, estrenada en 1971, primero fue considerada de interés nacional pero después fue censurada por su componente “subversivo”. Y es que en ella se palpa el miedo y el sufrimiento de la posguerra.




En los años 40 y 50 los jóvenes veían la copla, los boleros, el flamenco y la zarzuela como agentes ideológicos del régimen, sin advertir que rechazaban un fenómeno cultural que ya existía en la República. Las copias de Canciones para después de una guerra fueron destruidas, excepto una, salvada del naufragio por su director. En la película, Miguel de Molina interpretó “La bien pagá”, lo que le valió su exilio a Argentina; y el autor de la letra, Miguel Perelló, pasó varios años en la cárcel por republicano.

Más tarde, la publicidad, la moda y el mundo editorial se subieron al carrusel de la modernidad.

En plena calle y solo a 100 metros de la Cibeles. Los matinales del Price (1962-64).
A la altura de 1962 se inician en Madrid los “Matinales del Price”, festivales de música moderna en los que actuaban cantantes y grupos de rock como Mike Ríos, Los Pekenikes, Los Relámpagos y muchos más, por iniciativa del periodista Miguel Ángel Nieto. Las calles se llenaron de jóvenes que bailaban rock y twist tan frenéticamente que aquella música “ruidosa” pasó a denominarse “subversiva”.



Se alzaron voces como la de Emilio Romero, director del diario Pueblo, o la del actor Adolfo Marsillach, que tildaron a los jóvenes de rebeldes y consiguieron que la Dirección General de Seguridad prohibiese los conciertos callejeros en 1964.

Cuando España hizo ¡Pop!
El diseño gráfico tomó protagonismo en España en los años 60 y 70 gracias a artistas iniciados en el pop, destacando entre ellos Alberto Corazón, Juan Genovés, Juan Molero o el Equipo Crónica.

Esta tendencia, extensiva también a galerías de arte, se inspiró en los modelos de Andy Warhol, Richard Hamilton o Peter Blake y dejó múltiples ejemplos de diseño y escenografía en cine y televisión, así como carátulas de discos, pósteres y portadas de revistas, popularizando el pop.

El pop en el campo de batalla. Arte y canción como formas de resistencia.
En los años de oposición al franquismo, la música se alía con la literatura para movilizar a las masas a través de la cultura popular.

Las canciones se convierten en protesta contra la falta de libertad y los diseños de Genovés, Agustín Ibarrola y el Equipo Crónica, entre otros, denuncian la represión.



Arte y canción se unen como una forma de resistencia; Raimon da un concierto multitudinario en mayo de 1968 en la Universidad Complutense de Madrid; se retoma el “canto del exilio” poniendo música a poemas de Lorca, Alberti, Hernández, Celaya y Otero… Los documentos dan fe de que una transformación importante se está desarrollando en la sociedad española.

Esta guitarra es una máquina de matar fascistas. Violencia política y activismo artístico.
Estudiantes, trabajadores e intelectuales alzan su voz contra el régimen franquista, agudizando una conflictividad social que se traducirá en políticas represivas. Tras el asesinato de Carrero Blanco por ETA y los juicios sumarísimos sin garantías legales, la sociedad se encrespó. Algunos intelectuales comprometidos se transformaron en intelectuales revolucionarios pues se extendió la máxima de que intelectuales y artistas tenían que comprometerse con su obra y con su vida. Lluís LLack compone, en un ejemplo de canción combativa, su I si canto Trist:

“Y si canto triste
es porque no puedo
borrar el miedo
de mis pobres ojos.
Y si canto triste
es porque no puedo
olvidar la muerte
de ignorados compañeros”.


En homenaje a Salvador Puig Antich, joven anarquista ejecutado en Barcelona en 1974. La violencia y la censura quedan plasmadas en múltiples obras artísticas para provocar y retratar la opresión de toda una generación.

Informalismo y canción de autor.
Como la censura acallaba a la prensa, los cantautores alzan su voz asociándose con artistas como los del grupo El Paso o el Equipo 57. Miró Tàpies, Saura, Dalí, Millares y un largo etcétera, colaboran con cantantes dibujando las portadas de sus discos, convirtiéndose así en portavoces políticos y abanderados de la libertad.

Hombres de las praderas vs hijos del agobio
Enrarecidos por el clima político, en los años 70 grupos de jóvenes músicos decidieron vivir al margen de los convencionalismos sociales. El clima cultural de la época queda reflejado en el documental “La ciudad del Arco Iris”, de Gervasio Iglesias. Los denominados “hombres de las praderas” animaban los festivales de rock al aire libre (donde se escuchaba la música progresiva y se experimentaba con sustancias psicoactivas) para manifestar su inconformismo y su espíritu contracultural. Para todos ellos, significaba una forma de vivir como si de verdad hubiera libertad.

Estar (o no) en el Rrollo/vibraciones underground.
Rollo o Rrollo era el nombre con el que se denominaba la cultura underground española, que se caracterizaba por la liberación de lo biopolítico, la resemantización del espacio público y las propuestas musicales alternativas. El rock y el punk fueron las señas de identidad de los cambios que se estaban produciendo en lo social.

Calles y parques de las ciudades, como las Ramblas de Barcelona o el barrio de Malasaña de Madrid se convirtieron en escenario de acciones libertarias, manifestaciones, mítines o conciertos, en los que colaboraron la radio, algunas editoriales de cómic, compañías discográficas, etc., invadiendo el espacio público.


“DENEGADO”. La censura discográfica durante el franquismo.
Durante la dictadura las letras de las canciones y las carpetas de los discos tenían que pasar un control férreo de censura. Las canciones no aptas (por motivos políticos, sociales o religiosos) no podían ser radiadas, lo que reducía significativamente su proyección pública y comercial.

La Ley Fraga de 1966 pretendió dar una imagen de permisividad en el exterior tras veinte años de inflexibilidad, pero, a pesar de ello, algunos autores fueron condenados al ostracismo -como Serrat- por no cantar en castellano. El control era tal que las propias compañías discográficas ejercían la auto-censura en las carpetas de los discos, dando pie a creaciones ridículas con diseños de imágenes borradas o difuminadas, incluso con portadas alternativas para España.

Una escritura para ver, una pintura para leer, una música para pensar…
La experimentación poética a partir de los años 60 recorrió un camino común con la vanguardia musical. Muchos autores, como Elena Asins, Juan Hidalgo, Ignacio Gómez de Liaño, Herminio Molero y otros toman como referencia los antecedentes de otras vanguardias, como Tristán Tzara o Joan Brossa, para buscar formas nuevas en la poesía sin ajustarse a los mecanismos convencionales del discurso lingüístico. Se experimenta para desentrañar códigos ideológicos que subyacen en las imágenes y en la música como algo que hay que ver, leer o escuchar.



Ejemplos significativos de esta nueva tendencia son las creaciones de Ouka Leele (Bárbara Allende Gil de Biedma), artista, pintora, poetisa y fotógrafa, quien entiende la fotografía como “poesía visual”, una forma de hablar sin usar palabras. Y las de Montxo Algora, quien juega con las composiciones para emitir un mensaje, como el que realizó para la portada de la revista Star número 30, de noviembre de 1977.

A. PILAR RUBIO LÓPEZ

EL PINTOR DE CANCIONES 
se  exhibe hasta el 11 de noviembre en
Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez
Plaza de Colón, 4
Madrid






MARÍA LUISA MAILLARD


VOLTAIRE Y ROUSSEAU, "LA DISPUTA"


Josep María Flotats, dirige e interpreta de forma insuperable esta obra de Jean-Françoise Prévand, basada en un diálogo imaginario entre Voltaire y Rousseau, en plena madurez creativa, a raíz de la publicación en 1764 del panfleto anónimo contra Rousseau "El sentimiento de los ciudadanos", atribuido sin duda a Voltaire.

Flotats es, como no podía ser menos el inteligente, educado e irónico Voltaire, mientras que la réplica corre a cargo de Pere Ponce quien asume con éxito un contradictorio, astuto y, sin duda acomplejado Rousseau. En un chispeante diálogo, muy bien medido dramáticamente y que no deja respiro al espectador, desfilan ante nuestros ojos atónitos las ideas más importantes que han conformado el alma moderna, entremezcladas con el perfil humano de cada personaje.

De los dos personajes, es sin duda Rousseau quien refleja nuestra imagen en el espejo. Y no nos gusta, desearíamos más identificarnos con Voltaire. No es sólo la victoria de la razón frente al sentimiento; del arte frente a la naturaleza. En el fondo de las ideas de Voltaire subyace la idea de la responsabilidad individual y la concepción de un hombre capaz de lograr la perfección y de arrastrarse en el lodo de la maldad.

¿Pero acaso no es más moderno el deseo de inocentarse y delegar la responsabilidad de nuestros males en la sociedad? ¿No es una creencia en "el buen salvaje", trasladada hoy en día a la educación de los niños, que son buenos por naturaleza y tienen un deseo innato de aprender? Es la sociedad y no Rousseau quien abandona sus hijos a la inclusa y se permite luego en El Emilio dar lecciones de cómo se debe educar preservando la natural bondad del individuo. Y cuando Voltaire le pone delante el espejo de sus contradicciones, se permite la argucia de jurar ante la biblia que él no ha abandonado a sus hijos, y reconocer luego que no ha mentido porque ha sido su criado quien lo ha hecho, bajo sus órdenes. ¿Y esa premonición de una sociedad marxista en que todo es de todos e incluso hay que denostar el teatro —léase cualquier actividad artística—, si no se encuentra en función del bien de la sociedad establecida? Hay en el "buenismo" de Rousseau un rencor agazapado contra la inteligencia y el afán de superación que hace antipático al personaje, aunque comulguemos hoy en día con muchas de sus ideas.


La magistral interpretación de los dos actores se desarrolla en un sobrio espacio escénico y una cuidada y preciosista indumentaria, que nos traslada sin sentir al siglo XVIII. La gradación de los conflictos, en donde se entremezclan sin disonar en ningún momento los aspectos humanos e ideológicos, hace que la representación no decaiga en ningún momento y que cualquier espectador logre comprender el pensamiento de estos dos grandes filósofos, cuyas ideas aletean aún en los cimientos del alma moderna. Imprescindible.
MARÍA LUISA MAILLARD



"MARÍA ZAMBRANO EN EL DEBATE SOBRE LA MUJER"
MARÍA LUISA MAILLARD




COLABORACIÓN DE LA PRESIDENTA DE AMMU, MARÍA LUISA MAILLARD PARA LA REVISTA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS DE LA UNIVERSIDAD CAMILO JOSÉ CELA. MONOGRÁFICO: "LOS ESPACIOS SOCIALES Y CULTURALES EN LA LITERATURA DE MUJERES".


PARA VER DOCUMENTO





ISABEL BANDRÉS


SOLIPSISMO
(Solamente yo existo)

Una ola de egocentrismo barre el mundo. Yo y son las palabras de moda. Existe una exaltación sobre lo que creemos que somos y sobre todo lo nuestro rayana en el narcisismo, en el que muchas veces se cae. En la época de la imagen y del vacío se repite como un mantra “todo es posible” y “serás lo que quieras ser”. Así que si un niño no llega a ser un campeón olímpico o un premio Nobel es porque decide que no quiere serlo y no porque no tenga cualidades físicas, mentales y morales suficientes. Faltaba más. Esa gran estupidez de que todo nos es posible contamina las redes y, sobre todo las mentes. Otra idea muy extendida es que cuando se consiguen las cosas es “porque yo lo valgo y lo merezco”. 

Nadie piensa en que existe la suerte, la casualidad, el lugar de nacimiento… Aparte de la valía y el mérito. Siguiendo está dialéctica podemos concluir que los que enferman, mueren de hambre o son víctimas de una guerra es porque no valen o porque se lo merecen. El hombre de hoy no se siente en deuda ni con sus profesores, médicos, científicos, investigadores, cuidadores… Se cree perfecto, hecho a sí mismo y, por supuesto, el mayor adorador de su persona. ¿Es posible mayor imbecilidad? Ortega y Gasset observaba que al hombre razonable le atormentaba la idea de ser un imbécil, mientras que el imbécil integral se sentía orgulloso de sí mismo.


Nadie se acuerda de Pascal cuando se preguntaba, “¿Qué quimera es, pues, el hombre?” y se contestaba, “¡Qué novedad, qué monstruo, qué caos, qué sujeto de contradicciones, qué prodigio! Juez de todos los casos, imbécil gusano de la tierra; depositario de la verdad, cloaca de la incertidumbre y error, gloria y excrecencia del universo”. Hoy Pascal no tiene ningún predicamento y menos en el mundo de los poderosos porque cuanto más arriba más ego que sumado a la adulación se destila en soberbia. La alfombra roja, el coche oficial y abrir los informativos suelen ser un camino de perdición para el raciocino y la mesura. Y es que hoy la admisión de nuestra naturaleza repleta de contradicciones, fracasos, éxitos, miserias, bondades y estupideces es una rareza. Lo que se dice una mosca blanca.

El autobombo es una bobería, pero sobre todo es aburrido ¿No le dan ganas de salir corriendo cuando alguien empieza hablar de forma desmedida y machacante de sus logros, virtudes y cualidades? Tengo que admitir que presumir de las virtudes propias es gratificante, pero escuchar machacona y repetitivamente las ajenas es muy, pero que muy tedioso. Cuando nos da un ataque de grandeur, ¿quién no ha sufrido algún ataque de vanagloria?, deberíamos tener cerca a ese funcionario aguafiestas que susurraba a los generales y emperadores romanos durante los desfiles victoriosos, “Recuerda que eres mortal”.

Hay un librito, La imbecilidad es cosa seria, de Maurizio Ferraris que cuenta cómo todos, sin excepción (Aristóteles, Kant, Napoleón, Van Gogh… Y un largo etcétera de hombres valiosos), hacemos el imbécil a lo largo de nuestra vida. Recordar que la estupidez forma parte nuestra naturaleza, no es mala cosa para poder rebajar la arrogancia, absurdo signo de nuestro tiempo. 

ISABEL BANDRÉS









LA VIRGEN Y EL VIOLÍN

Biografía novelada de Carmen Boullosa
sobre la artista Sofonisba Anguissola

 A. PILAR RUBIO LÓPEZ




Hubo un tiempo en el que se declaraba que “ninguna mujer virtuosa debe publicar su trabajo o hacer públicos sus puntos de vista”. Y en el que se consideraba que “así como la mujer buena y honesta la naturaleza no la hizo para el estudio de las ciencias ni para los negocios de dificultades, sino para un solo oficio simple y doméstico, así las limitó el entendimiento y por consiguiente las tasó en palabras y razones”.

En este tiempo nació en Cremona, Lombardía, Sofonisba Anguissola (1532-1625), a quien su padre, Amílcar, dejó pintar libremente porque la niña tenía talento y su progenitor aventuró que traería una gran fortuna a la familia. La joven Sofonisba, cuya obra fue del agrado del mismísimo Miguel Ángel Buonarrotti, fue requerida por el rey Felipe II para ser dama de la corte de su esposa Isabel de Valois. Isabel era hija de Catalina de Médicis, educada en Florencia, motivo por el cual le pareció bien a ambas mujeres tener a su lado a una artista italiana. Sofonisba se convirtió así en maestra de pintura de la reina Isabel y, en adelante, Felipe II sería su tutor. Dejando atrás su querida Cremona, la ciudad que viese nacer los Stradivarius, Sofonisba se encaminó a la corte llevando en su corazón la imagen de su amado.

Y es que cuenta la leyenda que Sofonisba estaba enamorada de un apuesto joven, pero la familia impidió su matrimonio porque ella carecía de dote y él no pertenecía a la nobleza.
Este hecho desafortunado curtió el carácter de Sofonisba e hizo que la joven soñase durante toda su vida con hacer realidad la historia de un amor imposible. Sofonisba despreciaba la fortuna pues pensaba que “nada que importe se compra con oro. Ni el sol, ni el cielo, ni la alegría de un niño, ni un marido amoroso y respetable, ni una mujer sincera”.

Como en un viaje iniciático, Sofonisba descubre el mar en el barco que le llevaba a la corte española para presenciar la boda del rey. Pero, ¿cómo pintar el mar? ¿Y su luz? ¿Y su movimiento? Hasta ahora ella había dibujado a sus modelos en la quietud. Y descubrió que el color era el movimiento y que el mar dictaba el color del cielo.

En la corte, Anguissola siguió pintando, al estilo en el que había retratado a toda su familia. El rey quiso casarla con un segundón de un ex virrey de Sicilia, quien consideró a su esposa “especial”. Al quedarse viuda, Sofonisba eligió por esposo a un capitán de flota, con el que, según las crónicas, fue feliz.

Al rey Felipe II le gustaba posar y estar al lado de Sofonisba. La obra de la artista fue admirada por el genial Miguel Ángel Buonarrotti y, aunque la Historia del Arte ha sido injusta con ella, algunos de sus cuadros fueron atribuidos a El Greco, Zurbarán, Sánchez Coello y Tiziano.

Sofonisba Anguissola fue una magnífica mujer y una pintora genial. Con su trabajo y con su ejemplo abrió las puertas a otras mujeres artistas. Ella no fue rival de los grandes maestros pues no vendía sus cuadros. Quizá por eso su obra ha llegado a nuestros días pues si no, por el simple hecho de ser mujer, su legado genial, silenciado, hubiera desaparecido para siempre.

La virgen y el violín es una obra de la escritora mexicana Carmen Boullosa y ha sido editada por Siruela.

A. PILAR RUBIO LÓPEZ







¿SABIAS QUE… Según la revista Muy interesante la velocidad de la marcha al caminar depende de tres factores: el PIB del país al que pertenece la ciudad, la capacidad adquisitiva de los urbanitas y, como factor cultural, su nivel de individualismo? Sí, y parece que la forma y el porqué de nuestros paseos ha cambiado mucho en los últimos tiempos.




David Le Breton en su libro Elogio del Caminar nos señala cómo “La facultad propiamente humana de dar sentido al mundo, de moverse en él, comprendiéndolo y compartiéndolo con los otros, nació cuando el animal humano, hace millones de años, se puso en pie". La verticalización y la integración del andar bípedo favorecieron la liberación de las manos y de la cara. La disponibilidad de miles de movimientos nuevos amplió hasta el infinito la capacidad de comunicación y el margen de maniobra del hombre con su entorno, y contribuyó al desarrollo de su cerebro. "La especie humana comienza por los pies", nos dice, por otra parte, el arqueólogo e historiador Leroi-Gourhan, aunque la mayoría de nuestros contemporáneos lo olvide y piense que el hombre desciende simplemente del automóvil".

Sin embargo, ahora sólo hay el anhelo de llegar pronto, y el placer de deambular o de extraviarse, como decía el escritor Franz Hessel, parece haber quedado muy atrás. En los países desarrollados, lo moderno, es correr mucho e ir muy deprisa a todas partes, porque es lo bueno… Lo bueno para los huesos, para el colesterol y para no sé cuántas cosas más, y ahora más que nunca todo lo que hacemos tiene que “servir” para algo. No se lleva lo aparentemente “inútil”. Hay que caminar como el enfermo que toma su medicina a horas fijas, es una obligación terapéutica.


Leo un informe del NY Times y, al parecer, las personas se mueven de forma diferente cuando caminan en grupos que cuando caminan solas. Varía también cuando caminan con niños. Los hombres caminan de forma distinta cuando van acompañados de otro hombre o cuando van con una mujer. Algunas culturas promueven caminar deprisa por encima de la sociabilidad. Es una forma de proclamar: ¡Aquí estamos nosotros! Personalmente, todavía recuerdo cómo me gritó un hombre en NY: ¡Walk! Chilló cuando me paré para pensar un momento qué calle debía tomar. Esto me pareció muy agresivo, pero en sitios como Nueva York (y otras grandes ciudades como Londres, París, Amsterdam, etc.) no parece que la gente vaya paseando por placer. Hasta los turistas tienen un ritmo marcado por la ciudad, más rápido del habitual





Según la guía “Newyorkando” caminar en las calles del Midtown Manhattan en horas punta, es como manejar un vehículo en una autopista de alta velocidad. Y para que no nos grite ningún energúmeno nos dan unas cuantas normas para caminar por la ciudad. Por ejemplo, te sugieren que en las calles más ajetreadas se camine rápido, en línea recta y nunca más de dos personas una al lado de la otra. Si zigzaguean, frenan abruptamente o caminan en una columna de más de tres personas, recibirán codazos, empujones o como mínimo algunos insultos. Y continúa: "Si deben verificar su rumbo háganlo más adelante y en un rincón (y siempre miren atrás antes de detenerse bruscamente).” Según David Le Breton “la ciudad se transforma en trayectos que hay que recorrer con la preocupación de no perder tiempo. La funcionalidad es lo primero.”

Volviendo al estudio del NY Times, se dice que cada uno de nosotros tenemos un ritmo en el que somos biológicamente eficientes. Es decir, que utilizamos la menor cantidad de energía. Es a este ritmo, al que, en teoría, deberíamos ajustarnos cuando caminamos, aunque raramente lo hacemos. En las ciudades, las muchedumbres, los semáforos etc. nos lo impiden. Otro impedimento para el disfrute del paseo en las grandes ciudades como Madrid son los innumerables militantes de la bicicleta, el patinete, el skate y cualquier artefacto de dos o tres ruedas que se nos ocurra y que han proliferado recientemente deslizándose a toda pastilla junto a nosotros.


Pero fijémonos una vez más en lo que dice el antropólogo David le Breton: “Caminar es a menudo un rodeo para reencontrarse con uno mismo”. Si bien caminar ya no es considerado por la práctica totalidad de nuestros contemporáneos como un medio de transporte, triunfa pese a todo, como actividad de recreo: ruta, trekkings, popularidad de los clubs de senderismo, de los antiguos caminos de peregrinación, especialmente el de Santiago, etc.

En definitiva, os invito a caminar con sentido, con placer en el corazón, a practicar ese caminar que invita al encuentro, a la conversación, al disfrute del tiempo, a la libertad de detenerse o de continuar el camino. El caminar que supone una invitación al placer y no guía para hacer las cosas correctamente. Emular el flaneur de Baudelaire que camina por la ciudad como lo haría por un bosque: dispuesto al descubrimiento. Ese que según Walter Benjamin “Va a hacer botánica al asfalto”. Me piden que recomiende el espléndido libro El paseo, de Robert Walser que no he leído pero que no me pienso perder. Y también Paseos por Berlin, de Franz Hessel.

Espero haberos entretenido un rato. 
Gracias y adiós, ¡me voy a dar un paseo!

CARMEN MENDÍVIL

Fuentes:
Elogio del Caminar – David Le Breton /Editorial Siruela
Caminar – Henry David Thoureau/Ediciones Ardora
NY Times
Muy Interesante











Dos corazones/cuatro ojos/que lloran toda la noche… Es el estribillo de una canción popular polaca que canta una y otra vez la protagonista y nos da la pauta de lo que estamos viendo: la imposibilidad de lograr un amor  absoluto y sin fisuras que permanezca inmutable en el tiempo. Nos habla del amour fou, ese amor sin límites e intenso y sin posibilidad de ser sostenido de manera continuada en el tiempo. Nos cuenta la diferencia del deseo y la realidad y del deseo y lo posible.

La magnífica apertura de la película nos sitúa en la Polonia de 1949 en plena guerra fría. El comunismo, como todo poder absoluto, invade todos los rincones de la vida cultural y persona. Nada se deja al azar, ni siquiera las canciones populares que los funcionarios recogen para mayor gloria del líder Stalin y del control del pueblo que escuchará las mismas canciones hasta la saciedad sin dejar un resquicio para la creatividad, para lo nuevo. En esta tarea se conocen los protagonistas que buscarán de manera desesperada, durante diez largos años y en diferentes países de Europa, encontrar un lugar que hacer suyo.

El director, Pawel Pawlikowski, tras cinco años de triunfar con Ida, ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa, vuelve con esta película en la que nos ofrece, una vez más, un cine personal y sugerente. Su estilo elegante y sin artificios nos conquista visualmente. Su sobriedad se subraya con la utilización de un blanco y negro muy cuidado y en la decisión de expresarse más por imágenes que por palabras. No hay ni un solo plano que no haya sido trabajado de manera minuciosa, lo que le da a la obra una gran hondura psicológica y moral. En definitiva, puro cine.

A pesar de que la narración describe la miserable vida en la Polonia comunista no es una película política, aunque la guerra fría sirva como telón de fondo de la vida amorosa de los protagonistas. Es impresionante la escena en la que el coro canta mientras un retrato gigantesco de Stalin se desliza ocupando simbólicamente todo espacio libre. Y de esa sensación de asfixia física y psíquica es de la que  desea huir la pareja de enamorados. A esta pareja de enamorados no les será fácil encontrar una patria propia porque su patria está en el otro de una manera tan exclusiva y total que es inviable. Ni en París, ni en Varsovia, ni en Italia podrán encontrar la ansiada plenitud.

La pareja es desigual. Él, un compositor y profesor de música, es 20 años mayor que ella. Ella, una chica deslumbrante y con una bonita voz, arrastra un pesado fardo: estuvo un tiempo en la cárcel porque intentó matar a su padre: “Me confundió con mi madre y usé el cuchillo para que entendiera la diferencia, pero no lo maté”. Los dos se aman desesperadamente sin haber cerrado, sobre todo ella, capítulos anteriores de su vida. Desean huir, pero no pueden, desean quedarse, pero les es imposible. La tan añorada y querida patria a la que no consiguen, sobre todo ella, renunciar, se ha convertido, bajo la mano del hierro del “padrecito” Stalin, en una madre castradora cruel y despiadada. Las otras patrias no parecen servirles. Es emocionante y revelador el esfuerzo que hace la protagonista por tratar salir de la espiral destructiva. Intentará que la  canción, su canción, “dos corazones,” deje de ser coral para convertirse en una liberadora música de jazz. Y en una escena bellísima, bailará  a un ritmo trepidante deseando vaciarse, liberarse, separarse de un pasado y de una identidad que obtura cualquier salida. Pero la catarsis no es posible. Zula, una maravillosa interpretación de Joanna Kulig, sigue siendo una pequeña polaca a la que es imposible romper con el pasado pues teme que la estabilidad en un mundo libre y burgués la destruya.

Está película me recuerda mucho al cine de  Antonioni con sus personajes de inestable equilibrio emocional, su incapacidad de salir adelante, en un estado constante de insatisfacción, temerosos de que el bienestar les haga perder la felicidad y en constante e inútil búsqueda de una comunicación con el otro total y absoluta.

Cold war es una hermosa película de silencios, elipsis y secretos que funciona como el mecanismo de un reloj. Sus actores, la música, la fotografía están al servicio de una pareja que, presa de sí misma encuentra en un magnífico broche final una solución a sus males.

¿Una brillante película? Sí, sin duda, pero es posible que no satisfaga a un público que busque pasar una tarde amable sin mayores enredos.

ISABEL BANDRÉS


PARA VER TRAILER






Manuel López-Vidal, un soberbio Antonio de la Torre, es un político autonómico, con un futuro brillante que se desenvuelve con marcada chulería y un buen rollito estomagante por despachos, saraos, yates y comederos de postín. Sus compinches, políticos también, se dedican a beber vinos caros, champan francés e ingerir carabineros mientras se reparten el botín de los diferentes trinques que someten a la administración pública. Nada nuevo que no veamos todos los días en los telediarios de este país. Y de allí la dificultad de este estupendo thriller político ya que es difícil cumplir con las expectativas de un público que no sólo conoce el tema si no que está furioso con la corrupción sistémica que sufre el país.

La película arrastra al espectador hasta el final con un ritmo que no decae en ningún momento. El director logra impregnar la película de un ambiente mafioso, hortera y casposo a pesar de las casas de diseño, mezclado con el lujo ostentoso del peor gusto. La pregunta que el espectador asqueado y pagador de impuestos se hace es, ¿hasta cuándo? Sabemos que todo lo que nos cuenta el director, Rodrigo Sorogoyen, sucede en nuestro país y que sólo se someten al imperio de la ley a los corruptos más visibles. Y la respuesta implícita que nos da la película es, siempre ha sido y será así.

En la última escena, una estupenda Bárbara Lenie en el papel de periodista incisiva se niega a que el corrupto Manuel Vidal-López le dé los nombres de sus compinches y las cantidades sustraídas. El discurso final es decepcionante se queda en un “todos somos corruptos de alguna manera” y en una diatriba personal: “No le da vergüenza”. La prensa, el quinto poder, se niega con mucho brío y coraje a saber la verdad disfrazando con un discurso inflamado y justiciero sus auténticas intenciones: ocultar el profundo pudridero en que el que se mueve nuestro sistema.

En definitiva, una buena película con imágenes potentes y ritmo adecuado que nos tiene pendientes de la pantalla durante dos horas. Pero le falta reflexión y hondura. Es sospechoso que el villano termine por caernos bien y que se nos haga tragar un panfleto final tan emotivo como manipulador haciéndolo pasar por ético. A estas alturas de la corrupción, al ciudadano le importa muy poco si el corrupto se siente avergonzado ante su hija o no. Y sabemos con toda la certeza que no todos somos corruptos. 
ISABEL BANDRÉS


PARA VER TRAILER

https://www.youtube.com/watch?v=XXqHt-WiAVI












SUSI TRILLO

"La mar ha acompañado mi corazón de por vida". Mar de Louro (la foto es mía).


HOY... SÓLO UNA DE MIS CANCIONES PREFERIDAS


PARA ESCUCHAR

CHARLE TRÉNET "La mer"
https://www.youtube.com/watch?v=fd_nopTFuZA


BOBBY DARIN "Beyond the Sea"
https://www.youtube.com/watch?v=5bRAtV-jgoQ



ROBBIE WILLIAMS "Beyond the Sea"
https://www.youtube.com/watch?v=0injWL1Kl98



JULIETTE GRECO "La mer"
https://www.youtube.com/watch?v=NLUmM67lSE4



“En algún lugar más allá del mar alguien me espera: mi amada de pie, sobre arenas doradas, viendo navegar las barcazas. En algún lugar, más allá del mar, ella me mira. Y si pudiera volar a las alturas, navegaría. Mucho más allá de las estrellas y la Luna sé, más allá de toda duda, que mi corazón me llevará pronto con ella. Nos reuniremos más allá de la playa, nos besaremos como antes. Iremos más allá del mar y nunca más volveré otra vez a navegar”.

Jack Lawrence (Versión "Beyond the sea" 1948).






Y ESTO ES TODO AMIGUIT@S !!