domingo, 1 de diciembre de 2019



In Memoriam
 MARGARITA SALAS
MARÍA LUISA MAILLARD


MARGARITA SALAS

Conocí a Margarita Salas a raíz de que Jesusa Álvarez me propusiera que incluyéramos su biografía en nuestra Colección de Biografías de Mujeres Relevantes. Corría el año 2009 y su nombre, hasta entonces bastante desconocido en ámbitos no científicos, comenzaba a hacerse popular en los medios, a resultas de haber sido propuesta para el entonces Premio Príncipe de Asturias, premio que, para vergüenza nacional, nunca le fue concedido. No voy a ser nada original al mencionar la sencillez y la generosidad de una mujer que nos abrió las puertas de su casa y que se prestó a colaborar en nuestro proyecto, sin desconocer la humildad de la empresa: un reducido grupo de mujeres que, sin subvención de ningún tipo, estaban empeñadas en difundir la vida y los logros de mujeres que hubieran destacado en cualquier terreno del conocimiento, a través de una colección de biografías. Margarita Salas no solo nos recibió en su casa, sino que nos proporcionó las referencias necesarias, aportó el material gráfico, y leyó y anotó el texto final.

El primer encuentro fue gratamente sorprendente. ¿Quién adivinaría en esa mujer menuda y afable pero de gestos sobrios y sonrisa cálida, que se encontraba delante de la primera mujer en ingresar en la Real Academia de Ciencias Físicas y Naturales, amén de en la prestigiosa Academia de Ciencias de los Estados Unidos, y la primera científica española en ocupar un sillón en la Real Academia española de la Lengua?  ¿Una científica que a través de una paciente y prolongada investigación sobre el bacteriófago que infecta el virus phi 29 descubrió  una forma rápida y barata de replicar el ADN, algo imprescindible cuando se cuenta con poca cantidad y es preciso ampliarlo de cara a su secuenciación? Hoy en día este descubrimiento, patentado en 1989, sigue proporcionando una fuente de ingresos sustancial al CSIC.


Cuando se le preguntaba a Margarita Salas qué le hubiera gustado ser si no hubiera sido científica, siempre contestaba: "científica", aclarando que su vocación no surgió ante ella como un "fogonazo deslumbrante", sino que se fue forjando en la atención a las señales de su entorno y en una labor paciente porque "era tenaz y perseverante y no quería quedarme atrás". Reflexión que adquiere toda su dimensión cuando nos trasladamos al contexto histórico de su juventud, la Universidad española de los años cincuenta, en donde sus compañeras —un exiguo 30%— acudían a las aulas a la espera de cumplir la vocación para la que habían sido destinadas, encontrar un marido y ser una buena esposa y madre. No era ése el caso de Margarita que había sido educada por sus padres en la igualdad con el varón; pero nadie la oyó nunca quejarse de las circunstancias socialmente hostiles de su juventud. "Está bien la época que a uno le ha tocado vivir", contestaba a la pregunta de si no le hubiera gustado vivir en otra época. En toda vida hay luces y sombras y ella contó con el apoyo de su padre, de su marido, Eladio Viñuela, y de Severo Ochoa; pero también tuvo que enfrentar las circunstancias hostiles de su juventud universitaria, de su tesis doctoral con Alberto Sols, el desierto científico de la España de los años 60 y la muerte prematura de su padre, a los 57 años, y de su marido, a los 62.

SEVERO OCHOA y MARGARITA SALAS

En esto era Margarita Salas orteguiana: hay que salvar la circunstancia si uno quiere salvarse a sí mismo y eso hizo ella a lo largo de toda su trayectoria. Inclinada inicialmente al estudio de la medicina, en 1959 un encuentro con Severo Ochoa, amigo de su padre, le abre los ojos al fascinante mundo de la bioquímica. Una vez que ella y su marido Eladio Viñuela, con el que había contraído matrimonio en 1963, finalizan su tesis doctoral en 1964, inician la aventura americana, desarrollando su labor investigadora en el equipo de trabajo sobre el novedoso campo de la biología molecular, que dirigía Severo Ochoa en la Universidad de Nueva York.

MARGARITA SALAS y ELADIO VIÑUELA

Después de los tres años de su estancia post-doctoral en Estados Unidos, el matrimonio se plantea el dilema de continuar su labor investigadora en el contexto privilegiado en el que se encontraban o regresar a España. No lo dudan. Consideran su deber introducir en España la investigación sobre biología molecular que habían aprendido junto a Severo Ochoa. Los principios son difíciles. El matrimonio se encuentra con un desierto de recursos científicos, materiales y humanos; pero con perseverancia, partiendo de cero, logran en 1975 poner en pie un proyecto largamente soñado: El Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Autónoma de Madrid. Severo Ochoa en la Memoria del bienio 1989-1990 concluye con orgullo: "Ya no se puede decir que no existe investigación en España".


La sociedad española tiene una deuda de agradecimiento con Margarita Salas, no sólo por sus logros en el terreno de la investigación, sino por su compromiso tenaz por situar a España a la altura de otros países de nuestro entorno en el terreno de la investigación, compromiso en el que no cejó nunca, reclamando, junto con otros científicos, un aumento del I+D, y a través de una constante labor docente y divulgadora. Compartió su trabajo investigador en el CSIC, impartiendo clases  de genética Molecular en la Universidad Complutense desde 1968 a 1992, dirigiendo más de 30 tesis doctorales; intentó hacer comprensible la ciencia mediante multitud de artículos, en los que se enfrentó a temas tan espinosos como la clonación o los transgénicos; y desde 1980 organizó en Salamanca las Jornadas Científicas de Bacteriófagos de la Organización Europea de Biología Molecular, en la que se reúnen cada cuatro años los mejores especialistas del mundo en fagos.

Margarita Salas, que nos acaba de dejar, seguirá viva en el recuerdo como ejemplo de una vida cumplida, ejercida desde el esfuerzo, la tenacidad y el compromiso con la sociedad en la que le tocó vivir. Con ella se nos va una generación que, heredera de los valores humanos y de compromiso de la generación anterior a la Guerra Civil, debería convertirse en nuestra verdadera memoria histórica. Nada mejor para definirla que recurrir a sus propias palabras: "Soy simplemente una persona sencilla, trabajadora y a la que le gusta el trabajo bien hecho". Ojalá cunda su ejemplo en las nuevas generaciones.

MARÍA LUISA MAILLARD
Coautora de 
VIDA DE MARGARITA SALAS
EILA EDITORES






PARA DESCARGAR 
BASES DEL CONCURSO

https://drive.google.com/file/d/1iNOSZYTETZ3nEdkV7ZqaNQnkrwTu8dmD/view?usp=sharing




La Asociación Matritense de Mujeres Universitarias, habida cuenta de la buena acogida de su iniciativa, convoca por segundo año consecutivo su concurso de relatos. Animo a todas las mujeres interesadas en la creación literaria, especialmente a las jóvenes, a participar. Sus relatos serán leídos con interés por el jurado seleccionado por la Asociación. ¡Ánimo, chicas!
MARÍA LUISA MAILLARD
PRESIDENTA DE AMMU








SI SOMOS LIBROS, SOMOS LIBRES



TERTULIA LITERARIA

OTRA VIDA POR VIVIR, THEODOR KALLIFATIDES  (Libro de la pasada tertulia)

Otra vida por vivir nos ha gustado a todos. ¿A quién no le gustaría vivir otra vida cuando llega a la recta final, cuando acaba de cumplir 81 años? Este libro es un viaje desde la vejez y con la experiencia de lo vivido, a Grecia y a Suecia; son países de costumbres y paisajes muy distintos que se solapan e intercambian entre sí, como si no hubiera fronteras y el mundo fuera solo uno y el mismo para todos, para el que vive en su pequeña aldea o para el que no deja de viajar por él. A Theodor le queda otra vida por vivir y por contar, pero utilizando la lengua materna, el griego. Abandonó Grecia en 1964 y desde ese momento adoptó el sueco como lengua literaria. Ahora emprende un viaje de vuelta a la tierra de Esquilo y cuando parece que el oficio ha llegado a su fin, la lengua materna le devuelve la emoción para escribir de nuevo, porque se da cuenta de que “el griego es la palpitación y el sueco la cavilación”. Algunos de los tertulianos presentes, que han vivido muchos años en el extranjero, se identifican con esta reflexión.

Carmen piensa que leyó el libro desde la perspectiva del emigrante, del expatriado y que eso marcó su lectura: “Si eres emigrante, no mueres. Pero muchas otras cosas mueren dentro de ti. Entre otras, tu lengua”. Para la mayoría de los tertulianos el libro es una lúcida reflexión sobre la historia europea de los últimos sesenta años, y de los cambios que afronta la humanidad:  “La globalización se convirtió en una nueva teoría cósmica con muchos y muy hábiles defensores”. “Día a día la sociedad cambiaba”.

A la mayoría nos emocionó cómo describe Theodor la relación que mantiene con su mujer; aunque pudiera tacharse de fría o distante, los comentarios son cálidos, mediterráneos: “Comprobé que Gunilla todavía era bella pese a haber cumplido los setenta años: ¿acaso existe un misterio mayor en este mundo que el de sentirte atraído por una única cara toda la vida?” Jaime aseguró que habla mal de ella, pero no nos dijo la página.

El libro está lleno de emoción, de sensatez y de reflexiones en las que ni se juzga, ni se sentencia, sino que se invita  a pensar. Al leerlo, lees al hombre en estado puro: “Una tarde, a finales de agosto, cuando las aves habían comenzado su migración, vi una de ellas completamente sola. Había perdido a su bandada. Con todo, seguía su viaje en el cielo solitario. Llevaba la dirección en su interior. ¿Tendría yo alguna dirección en mi interior?” No perdamos de vista la dirección. 
NATALIA VELASCO
Coordinadora de Tertulia

PRÓXIMA TERTULIA LITERARIA

COMENTAREMOS EL LIBRO



El joven novelista Paul Overt, cegado por su obsesión por crear la novela perfecta y por su admiración hacia quien un día consideró su maestro el célebre escritor Henry St. George, se deja guiar por los consejos de éste hasta el punto de plantearse renuncias muy dolorosas. A medida que nos adentramos en la novela, el lector se pregunta si nuestro protagonista será finalmente capaz de hacer un último sacrificio para llevar a la perfección su talento. A través del fascinante personaje del Maestro, Henry James expone con su fina ironía una visión del artista tan sólida y a la vez contradictoria en términos de lo enunciado y lo vivido que al final ni el protagonista ni el lector más avezado serán capaces de prever el desenlace de la historia. La novela aborda en suma el coste emocional y social de una vida dedicada a la creación, el dilema que se plantea todo artista: ¿es posible compatibilizar la creación artística con los placeres de los que disfruta el común de los mortales? ¿crear o vivir?



Nueva York, (1843-1916). Henry James nació en el seno de una acomodada familia de origen irlandés. Comenzó su producción literaria publicando relatos literarios en revistas norteamericanas. Preocupado siempre por el punto de vista narrativo, sus primeras obras reflejaban el conflicto entre la espontaneidad y la exuberancia de la cultura estadounidense, que James personificaba en las figuras femeninas de sus novelas, y la secular tradición de la cultura británica, por la que sintió siempre una gran afinidad. Exponente de la literatura realista, Henry James adquirió la nacionalidad británica un año antes de su muerte.



¡¡¡ BOMBAZO !!!


EN EL ORIGEN, LA PALABRA FUE DE MUJER


ENHEDUANNA


Hasta la publicación de este libro, editado por ANA MAÑERU y CARMEN OLIART, en su Editorial SABINA, se ha entendido que la obra literaria más antigua (2.500 a.C.) era el poema épico, localizado en Sumeria, Gilgamesh. Ahora sabemos que el origen de la palabra tiene nombre de mujer: Enheduanna, la poeta y sacerdotisa sumeria que, casi un siglo antes, dejó escrito su poema en una tablilla de arcilla, con su nombre en el dorso. 

PUES SI, UN AUTÉNTICO BOMBAZO
¡¡ENHORABUENA A LAS EDITORAS!!
...Y QUE CORRA LA NOTICIA!!!


PARA VER SABINA EDITORIAL

http://www.sabinaeditorial.com/








ELLAS TAMBIÉN CUENTAN

LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA, SU DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA HISPÁNICA, ORGANIZÓ UNAS JORNADAS SOBRE "LA MUJER EN NUESTRA LITERATURA", EN LAS QUE PARTICIPÓ LA PRESIDENTA DE AMMU, MARÍA LUISA MAILLARD, CON LA PONENCIA: “PENSAMIENTO Y POESÍA EN MARÍA ZAMBRANO”

PARA DESCARGAR PONENCIA





PRESENTACIÓN de VIDA DE REMEDIOS VARO
de AMPARO SERRANO DE HARO

Nº 40 DE NUESTRA COLECCIÓN DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES RELEVANTES



SUCEDIÓ EL PASADO 25 DE NOVIEMBRE
EN LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES - MADRID


 AMPARO SERRANO DE HARO, AUTORA DEL LIBRO Y MARÍA LUISA MAILLARD, PRESIDENTA DE AMMU


 SE VENDIERON TODOS LOS LIBROS!!

 DE IZDA. A DCHA. FERNANDO CASTRO, MARÍA LUISA MAILLARD, JOSÉ JIMÉNEZ Y AMPARO SERRANO DE HARO




¡¡LARGA VIDA A REMEDIOS VARO!!


RESEÑA DE VIDA DE REMEDIOS VARO
DE J.J. ARMAS MARCELO
EN EL CULTURAL

PARA SEGUIR LEYENDO







25 NOVIEMBRE

DÍA MUNDIAL CONTRA 
LA VIOLENCIA DE GÉNERO




SANTIAGO DE COMPOSTELA - LAVANDEIRA JR (EFE)


SUDÁN - MARWAN ALI (EFE)


SANTO DOMINGO -  ERIKA SANTELICES (AFP)


MADRID – ANDREA COMAS (?)


 ESTAMBUL - TOLGA BOZOGLU (EFE)


CORUÑA - CABALAR (EFE)

MÉXICO - MÓNICA VÁZQUEZ (PLUMAS ATÓMICAS)

OVIEDO – ELOY ALONSO (RETINA)



PERO LLAMA !!!
ES MEJOR LLAMAR QUE LUEGO LAMENTAR...

OLGA PENSATIVA - PABLO-PICASSO 1923 - MUSÉE NATIONAL PICASSO-PARIS










CORRUPCIÓN Y RETÓRICA
ISABEL BANDRÉS

Según un informe difundido por el Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea, la corrupción en España representa casi el 8% del Producto Interior Bruto (PIB) y asciende a 90.000 millones anuales. Es decir, cuarenta y seis veces más de lo que el Estado invierte en Justicia (1.926 millones), cuatro veces que las ayudas destinadas a los parados (unos 19.600 millones), tres veces más de lo que el Estado destina a dependencia y ayudas por enfermedad (26.600 millones). Aún cuando no haya transcrito los datos sobre vivienda, infancia, familia, educación, investigación… para no resultar tediosa, hay que remarcar que en todos los campos sociales se produce un déficit en la inversión por culpa de esa lacra que es la corrupción. ¿Se imaginan esos 90.000 millones anuales invertidos año tras año en salud, educación, justicia, vivienda, dependencia… en vez de estar en cuentas privadas y bolsillos ajenos? ¿Cómo podemos calificar a aquellos políticos que cada cuatro años firman con los ciudadanos un contrato por el cual se comprometen a cuidar de nosotros, sobre todo de los más desfavorecidos, cuando dilapidan o se apropian de nuestro dinero para beneficio propio, de sus allegados, de sus votantes o de su partido? A mí se me ocurren algunos adjetivos que la prudencia y las buenas maneras no me dejan reproducir.

Parafraseando a Zagajewski, ¿Alguien ha escuchado de boca de los políticos, condenados por prevaricación o malversación de caudales públicos, decir que lo han hecho porque les gusta el lujo, las vacaciones exóticas, los coches caros y, sobre todo, porque desean con todas sus fuerzas seguir en el poder, para lo cual hay que mantener engrasado al  partido político que les cobija? Yo, no. Les he escuchado culpar a los jueces, prometer la justicia distributiva y la paz social e incluso la mundial. Es decir, la retórica siempre tapando la realidad. Y lo que es peor, todos los días oigo voces de votantes que señalan con dedo acusador la corrupción del adversario político e ignoran la de los propios. ¿Pueden imaginar qué pasaría si la realidad se impusiese a la retórica? En el caso hipotético de que los corruptos admitiesen sus abusos y los votantes reconociesen las culpas de los suyos, ¿hubiesen podido existir los casos Gürel, ERES, Púnica, Bárcenas, Nóos, cursos de Formación, Filesa, Malaya, Pujol, Palau…?  Seguramente no.

 

Lo peor de la corrupción no es la parte económica, sino que su putrefacción termina impregnando a toda la sociedad. Los ciudadanos consideran que si los políticos se corrompen, ellos  también están legitimados para trampear. Y si el partido político contrario roba, el latrocinio del propio está justificado. La corrupción del Estado es altamente contagiosa. Pero, sobre todo, es peligrosa para la democracia. Muchos ciudadanos hartos de la degradación de unos y de otros, buscan refugio en opciones políticas centrífugas o se quedan en casa porque ya no tienen una opción ética a la que votar.

El Estado tiene el deber de proteger nuestros derechos y libertades  para que sea posible la convivencia. Es lo que el filosofo Jean-Jacques Rousseau denominó “contrato social”. En la actualidad, cuando algunas sociedades, como la nuestra, han alcanzado un cierto nivel de bienestar, la preocupación prioritaria que debe resolver ese “contrato social” es el de la “justicia social”. El filosofo Rawles señala que esa justicia social consiste en corregir las diferencias existentes por razón de nacimiento y oportunidad. ¿Y cómo corregir las desigualdades que sufren los menos favorecidos como son los parados de larga duración, los enfermos, las mujeres maltratadas, las gentes sin hogar… si el dinero de todos los contribuyentes se va a paraísos fiscales, a los bolsillos privados y a los partidos políticos?


¿Y si alguna vez ponemos la realidad por encima de la retórica y de las excusas? Porque la realidad es que ocupamos un puesto alto en el ranking de la corrupción, muy lejos del país menos corrupto del mundo, Dinamarca. Que el Tribunal de Cuentas (quien controla los gastos), considerado independiente, tiene en realidad una dependencia orgánica con los «controlados» (las autoridades municipales, autonómicas y estatales), pues son los que establecen las condiciones laborales de los «controladores». Que los aforamientos, los indultos, la presión política sobre la Fiscalía y la actual composición del Consejo General del Poder Judicial no nos dan la esperanza de acercarnos a medio plazo a la ejemplar Dinamarca. Que detener la corrupción exige no solo refutar al individuo corrupto sino cambiar la cultura de los partidos políticos, prevenir los abusos de las administraciones públicas mediante controles reales y disponer de una justica más independiente.

No sé a ustedes, pero a mí me parece mucho trabajo para tan pocas ganas. 

Me temo que seguiremos instalados en la retórica. 
 ISABEL BANDRÉS








LA NAVIDAD EN LA LITERATURA
  ROSARIO HERRERA GUIDO (MÉXICO)

“No apetezco en navidad más que una rosa,
que deseó la nieve en las risueñas y presumidas
festividades de mayo”.
William Shakespeare

La Navidad ha sido un motivo de inspiración para escritores que contribuyeron con la literatura navideña: Andersen, Hoffmann, Dickens, Wilde, Bécquer, Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán, además de modernos como Ciro Alegría, Truman Capote, Blasco Ibáñez o Agatha Christie. En general, los protagonistas de las historias navideñas son niños pobres, abuelos entrañables, animales fieles o espíritus malignos, que han arraigado costumbres, tradiciones y sueños, como parte de nosotros mismos.

Algunos grandes autores abandonaron ciertos estereotipos y escribieron una literatura más profunda y atractiva, como “El Cascanueces”, de Hoffmann. El escritor nacido en Königsberg (1776), es una de las grandes figuras del Romanticismo alemán. Dotado de una imaginación que él mismo calificó de fantástica, se dedicó a una intensa actividad artística, tanto musical como literaria. Sus obras presentan una gran variedad de figuras y personajes fantásticos que intervienen en la vida real y personajes de la vida real que forman parte de la fantasía. “El Cascanueces” (1816), es todo un clásico de la literatura fantástica universal. El relato se realiza en la casa del respetable juez Stahlbaum, quien tiene dos adorables hijos. En Nochebuena una niña espera junto a su hermano la llegada del Niño Jesús. En la víspera el juez ofrece una fiesta a la que están invitadas las familias más respetables de Nurenberg, además del excéntrico padrino de Clara: Herr Drosselmeyer, quien asiste a la reunión con su sobrino Daniel. El padrino es fabricante de relojes y fantásticos juguetes mecánicos, y como mago tiene el don de divertir a los niños, para quienes inventa alegres bailes y realiza increíbles trucos. Para la fiesta, el padrino de Clara le lleva de regalo a Cascanueces: un soldado de madera que sirve para romper nueces. A Clara le encanta el Cascanueces y juega con él toda la fiesta. Al finalizar el festejo  navideño, Clara se queda dormida en un sillón de la casa y emprende un fabuloso sueño: regresa a escondidas al árbol de Navidad para recuperar a su muñeco Cascanueces y se sorprende al encontrar que el salón está lleno de ratones gigantes. Su padrino aparece en su sueño y como acto de magia desaparecen los muebles de la casa, crece el árbol de Navidad, Cascanueces se transforma en real y los soldados de su hermano Fritz en un pelotón. Se desata la guerra entre los ratones y los soldados de madera. Cascanueces dirige la batalla. Clara ayuda a ganar la batalla lanzando una de sus zapatillas al Rey de los Ratones, quien cae derrotado. Al final, el padrino Drosselmeyer convierte el salón en un bosque invernal donde Clara y Cascanueces —transformado en un apuesto Príncipe— bailan junto con los copos de nieve, la Reina y el Rey de las Nieves. Clara y su Príncipe Cascanueces continúan su viaje por el mundo de los sueños, se despiden del Reino de las Nieves y siguen su camino rumbo al Río de la Limonada, hasta llegar al Reino de las Golosinas, donde su Reina les espera con bailarines que bailan con ellos. Pero cuando sus padres la despiertan para que despida a su padrino, Clara se da cuenta de que todo ha sido un sueño. Aunque para su sorpresa, cuando sale al pórtico de su casa reconoce que el Príncipe Cascanueces es Daniel, el sobrino de su padrino Drosselmeyer. El gran músico Piotr Ilich Thaikowsky se fascinó tanto con este cuento de Hoffman, que a sus 52 años estrenó en San Petersburgo “El Cascanueces”, una de sus últimas obras (1892).


Oscar Wilde (1854-1900), dramaturgo y poeta irlandés, uno de los escritores más destacados del Londres victoriano, es también el autor de un encantador cuento de Navidad: “El gigante egoísta”. El relato narra que todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Un jardín en el que brillaban bellas flores como estrellas y una docena de melocotones que en primavera se cubrían de delicados capullos rosados y en otoño daban deliciosos frutos. Los niños eran muy felices en ese jardín. Pero un día regresó el gigante, que había estado con su amigo, el ogro Cornualles, durante siete años. Cuando vio a los niños jugando en su jardín les gritó tan fuerte que los niños salieron corriendo. Entonces construyó un alto muro y puso un letrero que prohibía la entrada. Cuando llegó la primavera todo el país se llenó de capullos y aves. Sólo en el jardín del gigante continuaba el invierno. Pero una mañana lo despierta un jilguero. Al salir de su castillo miró sorprendido que los niños habían abierto un agujero en el muro y habían entrado a su jardín. Se habían subido a los árboles y estaban sentados en sus ramas. Sólo en un rincón continuaba el invierno, donde estaba un niño muy pequeño que lloraba desconsolado, pues no alcanzaba las ramas de los árboles. Entonces el gigante se enterneció, comprendió su egoísmo, la ausencia de la primavera y derribó el muro, para convertirlo en parque de recreo de todos los niños. Pero cuando los chicos lo vieron se asustaron y se fueron corriendo. Entonces volvió el invierno. Sólo el niño pequeño, que no pudo correr, lloraba. Y el gigante lo tomó de la mano cariñosamente y lo colocó sobre la rama de un árbol, que de pronto floreció y se cubrió de aves canoras. El niño extendió sus brazos, rodeó el cuello del gigante y lo besó. El resto de los niños, al contemplar la escena volvieron al jardín, y con ellos la primavera. Al atardecer, cuando los niños fueron a despedirse del gigante, les preguntó por el más pequeño, el que lo había besado, y les pidió que lo trajeran al día siguiente. Pero los niños nunca lo habían visto y no sabían dónde vivía. El gigante envejeció esperando a su pequeño amiguito. Una mañana invernal, miraba por la ventana su jardín. Ya no le molestaba el invierno, pues sabía que  sólo es la primavera dormida y el sueño de las flores. Y en el más alejado rincón de su jardín miró un árbol cubierto de capullos blancos. Sus ramas eran doradas y le colgaban plateados frutos, y el pequeño estaba de pie, bajo su sombra. Cuando estuvo a su lado, el gigante enfureció porque el pequeño tenía en sus manos y en sus pies heridas de clavos. Y el gigante gritó: “¿cómo se han atrevido a herirte?”. Y continuó gruñendo: “dímelo para que pueda coger mi espada y matarles”. Y el pequeño le respondió: “estas son las heridas del amor”. Y el gigante calló de rodillas. El niño le sonrió y le dijo: “una vez me dejaste jugar en tu jardín, hoy vendrás conmigo a mi jardín”. Cuando los niños volvieron,  encontraron al gigante a la sombra del dorado árbol de los frutos de plata, cubierto de capullos blancos.

Octavio Paz (1914-1988), el poeta y ensayista mexicano más laureado y polémico de la segunda mitad del siglo XX, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1990, amante de la crítica y famoso mundialmente por sus libros El laberinto de la soledad y El arco y lira y sus libros de poesía Libertad bajo palabra, Ladera Este y El mono gramático, también se interesó por el gran tema de occidente: la Redención. Hay que recordar que al escritor y filósofo francés Jean-Paul Sartre le llega a reprochar su desprecio por la Redención (“Memento”, Hombres en su siglo, Planeta, 1992).

En su ensayo “El lirio y el clavel” (Al paso, Seix Barral, 1992),  Octavio Paz, como buen amante de la memoria, recuerda que entre sus libros de infancia se encontraba una antología de poesía popular española. Se trataba de una de sus primeras lecturas poéticas. Entre todos los poemas que leyó, el que más evoca como inolvidable es una copla que con el tiempo pasó a formar parte de los más cantados villancicos navideños. Cuatro versos de los que Paz no deja de acentuar su asombro y las profundas meditaciones en que lo sumergieron. Al punto de confesar su sorpresa de descubrirse con frecuencia repetirlos mentalmente: En un portal de Belén / Nació un clavel encarnado / que por redimir al mundo / se volvió lirio morado.

Cuatro versos en los que Paz reconoce todo el cristianismo, la historia de la salvación y sus misterios. En particular los dos más grandes misterios: el nacimiento y la muerte. Aunque el nacimiento y la muerte de Jesús de Nazaret guardan otro misterio mayor: la Redención. El villancico no narra una historia, muestra, como todo poema, en un tiempo circular que siempre retoma, lo que siempre está sucediendo. Un poema al que no se puede aproximar la Teología, solo la experiencia poética, el conjunto de imágenes al más acompasado ritmo. El clavel, es el niño Jesús, encarnado en una flor popular, que es imagen de la encarnación del espíritu en la carne de los hombres y las mujeres. El lirio es una flor espiritual. Y el morado es un color entre el rojo y el carmín, mezclado con el azul celeste: es el color por excelencia de la transfiguración de la sangre en el sacrificio. Estamos ante un simbolismo de los colores —dice Paz— que revelan el secreto de la vida de Jesús, la transformación del rojo en morado, la mezcla de la sangre y el cielo, la encarnación de su nacimiento y la transfiguración de su muerte: el clavel que se transforma en lirio. El secreto —afirma Paz— es un secreto a voces, pues todos los mortales lo compartimos, ya que todos participamos de la redención del mundo.

Octavio Paz leyó muchos poemas sobre la Navidad. Tanto la poesía popular como la culta le pareció espléndida en cánticos al nacimiento de Jesús. Octavio Paz ojeó las letrillas y los villancicos de Luis de Góngora, Lope de vega y Sor Juana Inés de La Cruz, pero ninguno le pareció de tanta sencillez, belleza y profundidad como el lirio y el clavel. Un cántico que Paz resume con una frase de William Blake: "Una gota de agua en la que cabe un mundo".



ROSARIO HERRERA GUIDO (MÉXICO) 





CERNUDA Y EL CINE
FLORA LOBATO

Según Rafael Utrera, Luis Cernuda se sintió tan cautivado por el cine como el resto de autores de la generación del 27, a los que nos hemos referido ya en artículos previos. Solo que el autor que nos ocupa contaba en su haber con una “característica” que, dados los tiempos en los que le tocó vivir, le aislaba, y le hacía refugiarse en una especie de coraza.

El poeta reconoció que dos de sus poemas, contenidos en Un río, un amor, “Nevada” y “Sombras blancas” habían sido inspirados en sendos filmes; en el primer caso se trataba de una película de cine mudo, vista en Toulouse y la idea la tomó de uno de sus rótulos; el segundo poema citado debe su creación al estimulo de sus sentidos por medio del rumor del mar, en una película que vio en París (White shadows in the South Seas, según Rafael Utrera Macías).


Román Gubern nos habla de Luis Cernuda y asegura que fue un hombre solitario y atormentado por su homosexualidad, y que las oscuras salas cinematográficas le sirvieron como refugio para sus fantasías particulares. Su obra La realidad y el deseo se convirtió en una especie de manifiesto, donde condenaba la ingrata realidad y subrayaba el acuciante deseo, que solo en alguna medida se satisfacía, al contemplar las historias cinematográficas ante la pantalla.

Otro investigador cinematográfico, Brian Morris, abunda en lo que apuntaba Gubern, y mantiene que, para Cernuda, el cine representó una forma de evasión de la realidad en la que se hallaba inmerso; se movía entre dos mundos separados: el de los sueños y el de la realidad; su ensoñación se alimentaba de su asistencia al cine como espectador, inspirándose muchas veces en los actores, que se convertían en motivo principal de sus poemas, como se puede apreciar en el tercer texto de su trilogía Égloga, Elegía, Oda, donde Luis Cernuda exaltaba la belleza física y espiritual de los artistas en general. Además de servirle como inspiración en su obra poética, a los apolíneos protagonistas de los grandes filmes los tomaba como referencia a la hora de elegir su vestuario.

De lo expuesto, podemos deducir que el cine significó mucho en la vida de Luis Cernuda. Parece que el tiempo que pasó en las salas cinematográficas, también le permitió evadirse de la situación política de España y soñar una vida propia, más acorde con sus anhelos y aspiraciones, aunque al salir, el poeta, fuera ya de la ficción, volvía a protegerse en su férrea soledad. Y quienes han investigado sobre la trascendencia del séptimo arte en la vida de Cernuda, mantienen que el cine representó tanto para este poeta que se convirtió en instrumento con el que ahondar en su personalidad y conocerse a sí mismo.
FLORA LOBATO



LA PAREJA, ¿UN MALENTENDIDO?
 LIDIA ANDINO

Hay algo que se produce inevitablemente si bien nos ponemos a hablar con alguien y que habitualmente llamamos malentendido. Contrariamente a lo que se podría suponer el malentendido no es un déficit de comunicación que pueda ser corregido con más diálogo, sin que esta afirmación quite al diálogo ni un ápice de su valor.

Sólo decimos que no hay diálogo, por más profundo, prolongado e inteligente que sea, que pueda acabar con el malentendido, por ser éste la huella de una imposibilidad que el mito de la torre de Babel intenta explicar. Es decir, que puede haber lenguajes formales (matemáticos, lógicos), pero no una lengua universal efectivamente hablada. Las lenguas, en su diversidad, muestran que no hay unidad totalizante en cuanto a los significados de las palabras. Hay proliferación, deslizamiento, tropezón, discordia. El malentendido es, precisamente, la marca de que no hay engarce perfecto entre lo que se dice y lo que se quiere decir.
Del mismo modo la pareja no hace un par, ni son mitades a la búsqueda de la otra media naranja, ni se complementan. La elección del compañero, de la compañera sexual discurre por vías inconscientes y se asienta siempre sobre un malentendido más o menos feliz, más o menos perverso, más o menos duradero. Los caminos por los que el niño y la niña llegan a ser sexuados son distintos; diferentes son también el goce masculino y el femenino.

Si en la búsqueda de una relación amorosa parto de la base de que hay en mí un vacío, una falta y que debo encontrar otro ser que venga a llenar esa falta, no estoy a las puertas de una relación amorosa, sino de una relación sacrificial y sabemos que los sacrificios tienen más que ver con el poder que con el amor. Una relación que oscilará entre la comedia de enredos y el drama a cuyo final trágico tantas veces asistimos.



Ahora que se acercan épocas festivas creo que es buen momento para dedicar algún tiempo a reparar en que ver todos los días al otro, a la otra, no implica que se lo conozca. Gozar de las diferencias en vez de sofocarlas o despreciarlas como si fueran un defecto, puede ser un sendero digno de ser recorrido.

Queridos lectores, deseo que el 2020 les traiga alegría y sueños  cumplidos.
 LIDIA ANDINO
PSICOANALISTA






CARMEN MENDÍVIL

...JAN VAN EYCK ES UNO DE LOS PRIMEROS ARTISTAS FLAMENCOS QUE FIRMÓ Y DATÓ SU OBRA, SIENDO CONSCIENTE DE LA IMPORTANCIA DE SU OFICIO?
Lo hizo en los marcos, entonces considerados una parte integral de la obra incluyendo el lema típico flamenco “Como puedo” que algunos historiadores interpretan como una frase modesta (lo hago lo mejor que puedo) pero otros dicen que podría ser falsa modestia «hago esto porque puedo» Las letras en los cuadros de Van Eyck están pintadas o talladas.

Van Eyck pintó una serie de retratos excepcionalmente evocadores e inquietantes en los que las figuras miran directamente al espectador, lo cual fue una auténtica innovación en la época.

Su famoso cuadro Retrato de hombre con turbante, (National Gallery–Londres) se ha preservado junto con su marco original. Los lados verticales son de hecho una sola pieza de madera con el panel central, y tiene la inscripción pintada JOHES DE EYCK ME FECIT ANO MCCCC.33. 21. OCTOBRIS «Jan Van Eyck me hizo el 21 de octubre 1433» en la parte inferior y en la parte superior el lema AlC IXH XAN, (como puedo).

RETRATO DE HOMBRE CON TURBANTE (1433, NATIONAL GALLERY-LONDRES)
(SE SOSPECHA QUE PODRÍA SER SU ATORRETRATO)

Hay varias teorías sobre la persona representada, pues algunos se decantan porque es un auto-retrato y otros creen que por el parecido con su mujer, bien podría ser su suegro. Sea quien sea, el cuadro es maravilloso. El fondo oscuro resalta el rostro de un hombre maduro,  de tez pálida, mirada penetrante y labios apretados, ataviado con una túnica oscura y un enorme chaperón con los extremos que normalmente cuelgan, anudados sobre su cabeza. El chaperón es una especie de gorro que fue muy demandado a lo largo de la Edad Media en el Norte de Europa. 

Hay un error común, en afirmar que Jan van Eyck inventó la pintura al óleo. Sin embargo, el óleo como técnica para pintar tallas de madera y otros objetos es muy anterior. Pero sí es verdad que los hermanos Van Eyck estuvieron entre los primeros pintores flamencos que lo usaron para pinturas sobre tabla. Fueron ellos quienes lograron nuevos y destacados efectos a través del uso de veladuras y otras técnicas. La veladura consiste en capas muy delgadas de pintura, de forma que se transparente la capa inferior, así el color que se ve es el resultado suavizado de la mezcla del color inferior más el de la veladura. Para realizar una veladura es necesario que la capa inferior esté perfectamente seca. Jan van Eyck aumentó la proporción de aceite transparente en la mezcla, lo que le permitía superponer varias veladuras, de manera que lograba mayor luminosidad y colores intensos.

 RETRATO DE HOMBRE CON CLAVEL (1436?) GEMÄLDEGALERIE, BERLÍN

Con este método llegó a representar con gran minuciosidad la calidad de las telas, la piel, la transparencia de los vasos, etc. Otra de sus obras maestras es el retrato del Matrimonio Arnolfini (National Gallery, Londres), en el que combina el realismo y el simbolismo oculto con el sentido de espiritualidad. Pero su obra maestra es, sin duda, el Retablo del Cordero Místico (catedral de San Bavón, Gante), un políptico terminado en 1432.

POLÍPTICO DE LA ADORACIÓN DEL CORDERO MÍSTICO, TAMBIÉN CONOCIDO COMO POLÍPTICO DE GANTE O ALTAR DE GANTE, ES UN RETABLO FORMADO POR 12 TABLAS. SE ENCUENTRA EN LA CATEDRAL DE SAN BAVÓN, GANTE (BÉLGICA). HUBERT Y JAN VAN EYCK (1432). 134,3 X 257,5 CM. 


Por la maestría de Van Eyck en la técnica al óleo, es por lo que se le conoce tradicionalmente como el «padre de la pintura al óleo».


Y, UNA PRIMICIA... 

¡¡ VAN EYCK ESTARÁ EN GANTES Y BRUJAS EN 2020 !!

 PARA SABER MÁS...


¡Y eso es todo por este mes! Hasta la próxima.

CARMEN MENDÍVIL


ISABEL BANDRÉS



En la primera escena, tras un largo recorrido por las estancias de una residencia de ancianos, aparece Robert de Niro y se escucha su voz en off. Así arranca la historia que nos cuenta Scorsese. Es un plano largo y espléndido que nos anuncia lo que nos espera: una magnífica película narrada durante tres horas y media que se nos pasarán en un suspiro pues tal es el grado de perfección de esta narración. En ella el director nos va desgranado con buen pulso y manteniendo un ritmo continuado la vida de Frank Sheeran, un asesino de la mafia que fue muy cercano al célebre líder sindical estadounidense Jimmy Hoffa (Al Pacino). Frank Sheeran (Robert de Niro) es un joven conductor de camiones que tras entrar en contacto con un capo de la mafia, Bufalino, se convertirá en su sicario. Pero no es sólo una película de mafiosos, es también una película sobre la historia de Estados Unidos en los años cincuenta y sesenta cuando la política de alto nivel, la corrupción y el crimen organizado estaban interconectados moviendo los hilos del país.

Las vidas de Franz Sheera, Jimmy Hoffa y Russell Bufalino se nos cuentan sin barroquismo y sin exhibicionismos vacíos utilizando un lenguaje pulcro, seco y clásico que nos ata a la butaca y nos mantiene pendientes de una historia en la que suceden cosas terribles en espacios y tiempos diferentes. Durante 209 minutos el director nos lleva de atrás hacia adelante, de adelante hacia tras atrás, del coche a la casa, a la costa, a los hechos históricos, de la familia a las reuniones mafiosas, a las juergas, a los tiros… La historia se mueve en cuatro épocas y en numerosos espacios y todo eso sin que nos genere la menor confusión. Los recursos narrativos de Scorsese hacen posible esa claridad, ese discurrir fácil de una narración endiabladamente difícil. Eso es, en definitiva, lo que consiguen los grandes creadores del cine y de la literatura: hacer que parezca fácil lo difícil y sencillo lo complicado. Y a ser posible, que el espectador y el lector no se den cuenta de la técnica y el trabajo que subyace en lograr que nos quedemos enganchados, como niños hipnotizados, a las historias que nos cuentan. Pero el director no sólo nos conquista con El irlandés, una historia subyugante de tiros y mafia, sino que nos proporciona, como toda gran obra, varias lecturas sobre las que pensar. Y aquí, entre otras cosas, nos habla de la soledad interior que sufrimos todos los seres humanos y no digamos de la que parecen el gremio de los psicópatas. Esos seres cuyo interior es un erial en donde no existen ni la culpa auténtica, ni el arrepentimiento verdadero, ni el amor sincero, ni la amistad espontánea. Todos esos sentimientos que de alguna manera nos acompañan, en ellos son meras sombras, apenas anhelos evanescentes que desaparecen en cuanto afloran. Sólo Peggy, una niña de doce años, sabe cómo son realmente, y sólo ella no se dejará embaucar por regalos suntuosos y mostrará simpatía únicamente por quien cree que posee algún rasgo de humanidad. Peggy representa la ética y la clarividencia en un mundo de personajes tan brutales como vacíos. Sólo ella sabe que los superficiales gestos de amabilidad tienen como objetivo comprar su cariño y, sobre todo, su aprobación.

Hay que destacar la última media hora de la película. Es estremecedora. Cuando desaparecen los oropeles sociales y las compañías exteriores, sólo quedan el desamparo y la orfandad del ser humano. Y es entonces, cuando se nos hace evidente lo que Peggy vio en ellos durante sus buenos tiempos: nada. No aparecen por ninguna parte ni el deseo de redención, ni la culpa por las atrocidades cometidas, ni el remordimiento sincero. Sólo surge el deseo narcisista de cercarse al otro para justificarse. En realidad, nada. Sólo vacío.

Una película sumamente recomendable que cuenta con un montaje y una música magníficos. ¿Y qué les puedo decir de Al Pacino, Robert de Niro y Joe Pesci? Los tres están en estado de gracia y nos ofrecen unas interpretaciones insuperables.

Espero que no les asuste su larga duración y vayan a verla.
ISABEL BANDRÉS







Un padre de familia, Ricky, de clase obrera se introduce en el mundo de los falsos autónomos con un trabajo sin horarios y con muchas penalizaciones si no cumple unos objetivos imposibles. Su mujer, Abby, cuida ancianos y dependientes, de sol a sol. Los dos trabajan por salir adelante en un mundo en el que los derechos sociales y laborales, tan duramente conquistados, están desapareciendo. A esto hay que añadir un hijo adolescente rebelde y una hija pequeña que no entiende la situación. La pareja tiene como objetivos: poder comer todos los días, darles a sus hijos una vida mejor y tener su propia casa. Y todo eso a pesar de que han perdido los ahorros de toda su vida en la crisis inmobiliaria y que viven en la cuerda floja, rozando continuamente la pobreza extrema y la marginalidad total a pesar de trabajar a destajo.

En esta película, el habitual acompañante de Loach vuelve a ser el guionista Laverty. Esta vez ambos se centran en lo que se ha dado en llamar “la nueva economía colaborativa”, engañosas palabras que esconden la práctica de un capitalismo salvaje de ciertas empresas que tratan a sus trabajadores como a siervos de la gleba: yo, la empresa, te doy el trabajo y los objetivos que tienes que cumplir y tú, el trabajador, como autónomo que eres, te pagas la seguridad social, el material de trabajo y asumes perdidas, riesgos y multas. En fin, una forma de esclavitud encubierta.

Se le acusa a Loach de tener una carrera basada en un solo tema: el social. Y es cierto. Este veterano director, 83 años, se mantiene fiel a sus principios a lo largo de toda su filmografía. Lleva toda su vida hablando de las injusticias sociales, de gente anónima que se siente indefensa ante un sistema injusto, de trabajadores que viven al día temiendo que su futuro sea todavía peor que su presente. Los individuos que pueblan las creaciones de Loach y Laverty lo único que ansían es salir adelante, pero el sistema se lo pone cada vez más difícil. Y en esta nueva narración no es diferente. Seguimos la historia de esta familia con el corazón encogido porque todos tenemos cerca a algún Ricky y a alguna Abby que luchan denodadamente, como ellos, para poder mantener a sus familias. PersonaS que en otro momento habían pertenecido a la clase media baja, y ahora la pobreza les está llamando todos los días a su puerta.

La película es emocionante, pero otra cosa es su realización. La narración tiene baches y momentos bajos, repeticiones, algún maniqueísmo y asoma demasiado, para mi gusto, el Loach activista social. Es verdad que su pulso cinematográfico hace que se contenga, pero se le nota el esfuerzo de esa contención y eso no es bueno. Una película que está lejos de sus mejores obras: Family life, Lloviendo piedras, Mi nombre es Joe, Yo Daniel Blake.

He de confesar, que soy una admiradora de Loach, al que respeto por su trayectoria humana y profesional. No es mI director favorito, pero he visto todas sus películas y las seguiré viendo. Lo que su cine dice me llega al corazón y me hace reflexionar aunque no lo diga de la manera en que me gustaría.
 ISABEL BANDRÉS




SUSI TRILLO


ELIANE ELIAS



DESAFINADO



I THOUGHT ABOUT YOU


COME FLY WITH ME
https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=vkGrBO0_s5I









Y déjate de rollos patateros… Sé bien que ese reloj que llevas es puritita imitación; que compraste media docena cuando fuiste de puente de La Constitución a Turquía… ¿Creíste que iba a colar? Pues no, porque a tu vuelta empezaste a lucir en la muñeca desde un Cartier hasta un Tag Heuer, uno cada día de la semana. Hasta que al Cartier se le cayó la rosca, al otro se le descolgaron las agujas… y así sucesivamente. Si hubieses comprado un reloj con fundamento, no le hubiera pasado eso y ahora no tendrías media docena despiezados y estropeados.

Quizá no sabes que en España, sí en esta España que pisas cada día, somos pioneros en Sistemas del Patrimonio Agrícola Mundial de la FAO, en energías renovables, en la investigación de fármacos, en trasplantes, en desalación de aguas, en la lucha contra el cambio climático, en legislación contra la violencia de género y la delincuencia cibernética, en digitalización de archivos históricos, en tecnología 5G, en realidad mixta durante una cirugía real, en la fabricación de TPS para proyectos eólicos marinos, en cardio-oncología… ¿Sigo? Empresas españolas remodelaron y ampliaron el Canal de Panamá, empresas españolas públicas y privadas construyeron el Ave de Medina a la Meca... Y así un largo etc. Si hasta tenemos a una gallega, María Caeiro, candidata al TOP 100 de mujeres líderes por ser pionera de la automoción!

¿Qué te quiero decir? Pues está chupado, que compres cosas de aquí. El Festina de toda la vida, sin ir más lejos! Y los yogures de Asturias y el pescado de Galicia o del Sur, pero no del Atlántico–Sur que a saber dónde es eso ¿Qué crees que haces comprando yogures franceses, pasta italiana, colchones alemanes y gilipolleces varias de allende los Pirineos? Pues parados, chaval, haces parados aquí, a la vuelta de la esquina: haces parado a tu sobrino, a tu hija y, ya puestos, a este paso hasta al lucero del alba.

Pues eso, piénsalo, compremos los productos que producimos y déjate de grandes superficies, hagámoslo en las pocas tiendas de barrio que aún nos quedan... De lo contrario, se irán a la porra, que es un sitio muy, muy lejos. Y nuestro barrio dejará de serlo. Y nuestra vida ya no será la misma.

Ala! Que pases unas Muy Felices Navidades comprando en las tiendas de tu barrio. Ah! y píllales lotería, que este año seguro que te toca un pellizco. Hazme caso.
SUSI TRILLO 



ESTO ES TODO, AMIGUIT@S !!
...NO SE ACATARREN!!