miércoles, 23 de diciembre de 2020

 





RECORDATORIO TERTULIA LITERARIA




UNIRSE A LA TERTULIA 
(EN ABIERTO, QUIEN QUIERA PUEDE UNIRSE)



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©Maria Svarbova-La Fragilidad Humana 1



FRAGILIDAD

MARÍA LUISA MAILLARD 

Está en la naturaleza del ser humano dejar de lado la pesadumbre y la conciencia de la propia fragilidad, en cuanto desde las alturas se anuncia una buena nueva, que acabe con nuestra precariedad. Es algo que los políticos populistas, que son los que ahora dominan las alturas, han aprendido a pie juntillas, da igual que sea la aparición —¡por fin!— de la vacuna que nos va a salvar de la pandemia, como del final de la corrupción con un cambio de partidos, como de la llegada del paraíso a la tierra, con un nuevo régimen que acabe con la injusticia y la supuesta opresión de un Estado centralizado o de una Europa convertida en Estado de los Estados. 

Sin embargo, no está demás que la fragilidad que se ha cernido sobre nuestras cabezas con la actual pandemia, y que hace tambalear los cimientos de una sociedad que creíamos segura, a través de la pérdida afectiva, social y laboral, nos incite a la reflexión. 


La fragilidad del ser humano tiene una larga tradición filosófica. “Somos un animal enfermo”, dice Nietzsche —y adapta Freud a sus teorías—, porque nuestra naturaleza no nace acomodada al medio como lo está la del resto del mundo animal. “La vida es un naufragio”, dice Ortega y Gasset porque siempre nos tenemos que enfrentar a unas circunstancias que se oponen a nuestros deseos, con lo que entiende la realidad como “resistencia”. Somos, en definitiva, seres frágiles porque nuestro destino final es la muerte “esa insustituible presencia que hace nacer el pensar”, dice María Zambrano, y porque somos conscientes de ello. 

El dominio progresivo sobre la naturaleza, a través de los avances científicos y tecnológicos ha logrado en gran medida hacernos olvidar la fragilidad que nos constituye y la conciencia de nuestros límites; pero como señala con acierto Paul Ricoeur, no sólo la fragilidad proviene de que seamos seres abocados a la muerte, también el aumento de poder del hombre, conlleva un aumento de la fragilidad. “La modernidad está caracterizada por la multiplicación de poderes y, por tanto, por el aumento de la fragilidad”. Fragilidad de la tierra que nos sustenta, amenazada no sólo por la creciente depredación, sino por armas cada vez más letales. Fragilidad de la vida humana que puede cambiar en apenas unos decenios, tal como la conocemos, debido a la ingeniería genética. Fragilidad del conocimiento por el crecimiento desmesurado de los medios de comunicación que multiplican los signos en circulación en tal cantidad, que no pueden ser debidamente interiorizados y acaban por ser compañeros inseparables de la propaganda y el populismo. A estas fragilidades habría que sumar la de nuestra actual situación, fruto de la globalización y la extrema movilidad de los habitantes del planeta que ha hecho posible que un virus, aparecido en China, se extienda en brevísimo tiempo por el resto del mundo.

 

Paul Ricoeur argumenta, siguiendo a Hans Jonas en su libro El principio de responsabilidad que la fragilidad en sus nuevas modalidades se encuentra inevitablemente unida a la responsabilidad, único camino para desarrollar una ética nueva que, todo hay que decirlo, avanza por un camino pedregoso porque matiza el optimismo ilustrado de que la idea del progreso, ligada necesariamente a la conquista por el hombre de nuevos poderes, es intocable. Vamos a transitar por ese difícil camino, señalado por los pensadores citados y vamos a detenernos en la fragilidad de nuestro sistema de organización política, la democracia. El que sea el menos malo de los sistemas políticos no puede cerrarnos los ojos ante el aumento de su fragilidad. Precisamente, al ser teóricamente el sistema menos malo de los conocidos. nos hace bajar la guardia ante sus fragilidades que en algunos casos, como el de Venezuela, convierten la palabra en una cáscara vacía. 

¿A qué se debe este aumento de la fragilidad de la democracia? Son muchos los flancos que la debilitan: Quizá uno de los más decisivos se refiera a la mengua progresiva del equilibrio de poderes, por la injerencia de la política en la judicatura y en el “quinto poder”: los medios de comunicación; pero nos vamos a detener en el que pensamos se encuentra en la base de todos ellos. Recordemos que la democracia es el único régimen político que no está basado en la legitimidad de una dinastía o en la fuerza sino en la voluntad del pueblo de querer vivir juntos, estableciendo un contrato social. Y todo contrato está basado en la confianza. Es por ello que, en la tradición anglosajona, heredera de los padres de la Constitución americana, el pecado inadmisible de los gobernantes es la mentira. Cualquier político al que se le compruebe que ha mentido, debe dimitir obligatoriamente. ¿Por qué? Porque la mentira destruye la confianza, la base del contrato social que sustenta la democracia. Por ello el populismo, que recurre de forma sistemática a la mentira y a la manipulación de los hechos, acaba siendo incompatible con la democracia. ¿Somos conscientes de la gravedad de la situación? 

MARÍA LUISA MAILLARD







IMÁGENES SOBRE LAS MUJERES Y LA LECTURA

PRESENTACIÓN

INÉS ALBERDI

Con la ayuda de una serie de imágenes queremos reflexionar acerca del significado que la lectura ha tenido para las mujeres. ¿Qué han supuesto los libros en manos de las mujeres? Vamos a hacer un recorrido por la pintura occidental, desde el Renacimiento a la actualidad, buscando una serie de significados en las imágenes de mujeres leyendo. 


Heinrich Füger, La actriz Josefa Hortensia Füger, 
esposa del artista, hacia 1797, Belvedere, Viena.
Alemania 1751-1818

Las imágenes de mujeres reflejan la ideología de la feminidad propia de cada época, además de ofrecernos mensajes ideológicos, religiosos o relatos intencionados acerca de la posición social de las mujeres; además de las aspiraciones de los artistas y de sus modelos femeninos.

 

Robert Lefevre, Retrato de Yelizaveta Demidova

Francia 1755-1830.


La colección de imágenes de mujeres leyendo que hemos reunido se concentra en el pasado más que en el presente, Son imágenes que ofrecen un retrato diverso de mujeres con libros y que, además, tienen un cierto nivel artístico que las hace valiosas en sí mismas. Muestra cómo se ha retratado a las mujeres leyendo, o con libros en sus manos, y es también una revisión personal de la historia de la pintura. 

Charles Edward Perugini. En el naranjal. Italia 1839-1918


Se trata de una selección, necesariamente personal, en la que el gusto y el criterio artístico juegan un papel, que puede ser discutible.

 

Irving Ramsey Wiles, Sol y sombra,1895. Estados Unidos 1871–1948


Queremos recorrer la vida de las mujeres en diferentes periodos históricos  y ver como parte de esa vida ha estado relacionada con los libros. Aparecerán otros temas relacionados con ellos, la religiosidad prescrita para las mujeres, el encierro femenino y el entorno doméstico: las reivindicaciones de libertad y autonomía, el pensamiento independiente de escritoras y artistas; la presión social de las convenciones, las diferentes formas de entretenimiento o disfrute y los modelos del buen comportamiento entre otros.

 

Amedeo Bocchi, Un retrato de Bianca. Italia 1883-1976

Todo ello irá unido a una reflexión sobre la importancia de la lectura considerándola una de las fuentes más significativas de placer y de conocimiento. Aprender a leer y aficionarse a leer ha sido, para los seres humanos, una forma de abrirse al mundo, de multiplicar la perspectiva sobre el mismo y de llevarles más allá de lo que su realidad y su experiencia les ofrecían.

INÉS ALBERDI









ROBERTO MICHEL, ESCULTOR DEL REY

PILAR RUBIO LÓPEZ 

Con motivo del III Centenario del nacimiento de Roberto Michel, Primer Escultor de Cámara del rey Carlos III, el Museo de la Real Casa de la Moneda de Madrid exhibe una muestra de dibujos, “academias” y modelos de esculturas realizados por el artista francés, con fondos del propio museo y de otros museos y colecciones. 

La exposición, en la que han participado conservadores de Patrimonio Nacional, del Museo del Prado y de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, quiere rendir homenaje al escultor, quizá un desconocido para el gran público, pero que dejó su impronta “por orden del rey” no solo en Madrid sino en varias ciudades españolas.


Emulando a Franz Hessel y a Walter Benjamin, para quienes pasear es un arte que requiere reeducar la atención, al finalizar el recorrido de la muestra, el espectador sentirá la necesidad de volver a mirar con otros ojos a los leones que tiran del carro de la diosa Cibeles cuando dirijan sus pasos a la plaza madrileña donde se erige la famosa fuente, para reconocer en ellos la autoría de Roberto Michel. Cuenta la leyenda que los leones representan a los amantes Atalanta e Hipómenes, quienes, por vivir su amor en el templo de la diosa Cibeles, fueron condenados a tirar del carro de la diosa sin poder mirarse jamás a los ojos.

 


Motivado por la didáctica de la exposición, el espectador recordará el estilo del escultor en las efigies de los niños-tritón de dos fuentes del Salón del Prado, diseñadas por Ventura Rodríguez en 1781, situadas en una zona ajardinada concebida por Carlos III para disfrutar de la ciencia, del arte y de la naturaleza, hoy conocida como Paseo del Arte. Fue uno de los múltiples proyectos que Carlos III diseñó para Madrid, dentro de un ambicioso programa urbanístico de gran calado para lavar la cara y las entrañas de una ciudad insalubre, mal iluminada y pestilente. El plan incluía el ensanche de las calles, la instalación de farolas y la red de alcantarillado para borrar la imagen de una ciudad sucia y oscura. Había mucho trabajo por hacer. Michel colaboró con arquitectos como Sabatini, diseñador y realizador de la Puerta de Alcalá, donde el escultor ornamentó la profusa decoración de trofeos militares, cornucopias, capiteles y cabezas de león, motivos que adornan la cara de la puerta que mira hacia el oeste, avistando La Plaza de Cibeles.

 


Pero Michel no solo trabajó a las órdenes de Carlos III, pues sirvió a otros reyes, a sus antecesores Felipe V y Fernando VI. Nacido 1720 en Le Puy en Velay (Francia), Michel vino a España de la mano de su maestro M. Luquet en 1740 y pronto se alzó como artífice y decorador del panorama artístico nacional. Su sello personal quedó grabado en los Reales Sitios, en fachadas de edificios y en puertas monumentales.

 


Para el Palacio Real de Madrid realizó estatuas de varios reyes y el león de la escalera principal, así como multitud de detalles ornamentales del interior y exterior del palacio. Para la iglesia madrileña de San José realizó dos imágenes de la Virgen del Carmen. También, las esculturas que decoran el exterior de la basílica de San Miguel. O una talla de San Juan Bautista en la catedral de la Almudena. Fuera de la ciudad, Michel trabajó en los Reales Sitios de Aranjuez, en la Granja de San Ildefonso, en El Pardo, en Burgo de Osma, en San Sebastián… 

Además del relato de sus esculturas y relieves, la exposición nos recuerda las maquetas y modelos preparatorios de conjuntos que nunca llegaron a realizarse. Son bellísimas sus “academias”, con la técnica de la sanguina, donde el autor experimenta y perfecciona el arte del dibujo. Algunas sanguinas son copias de las esculturas de las colecciones reales y modelos de vaciados en yeso de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la cual fue director.

 

Autorretrato

Roberto Michel vivió en la casa de Rebeque, un palacio propiedad de la Corona que habilitó Felipe V para residencia y taller de los artistas regios. Se casó con Rosa Ballerna, cuya familia de plateros era originaria de Vitoria. El escultor murió en Madrid en 1786 y quiso ser enterrado en la iglesia de Santa María Real de la Almudena, hoy desaparecida, en la confluencia de las calles Mayor y Bailén.

La muestra puede contemplarse hasta el 31 de enero 2021.

 PILAR RUBIO LÓPEZ





CARMEN BAROJA

MARÍA LUISA MAILLARD 

Carmen Baroja (1883-1950), casada con Rafael Caro Raggio y madre de Pío y Julio Caro Baroja, no pertenece sin embargo al grupo de las despectivamente llamadas “maridas”, sino a otro de rango superior, el de “hermanísima”. Hermana de Pío Baroja, el célebre novelista de la Generación del 98 y del pintor Ricardo Baroja, la proyección de su figura se ha visto ensombrecida por la alargada sombra de dos intelectuales varones, no demasiado partidarios de la independencia de la mujer. Hasta el año 1998 en que Amparo Hurtado dio a conocer, después de haberlo ordenado y anotado, un texto inédito, titulado por la misma autora Recuerdos de una mujer de la Generación del 98, su figura no había recabado la atención de los estudiosos ni de las feministas ocupadas en la reivindicación de las mujeres olvidadas. En épocas más recientes, su nieta Carmen Caro ha completado el perfil humano de los “recuerdos” de su abuela, con su faceta intelectual, recogida en el libro Con voz propia. Colaboraciones en prensa de Carmen Baroja. 

En realidad, más que a la Generación del 98, Carmen Baroja pertenece por edad a la del 14, ya que su fecha de nacimiento coincide con la de Ortega y Gasset, líder indiscutible de dicha generación. En cualquier caso, las circunstancias en la época de su formación, no eran todavía favorables al acceso de la mujer a los estudios superiores, algo que se lograría en 1910 y cuyos beneficios disfrutaría la siguiente generación, la del 27, situación que ella lamentará con cierta amargura, aunque no le cortará las alas. Es pues de admirar la constancia con la que, a pesar de los escollos que encontró en su camino, no cejara en su afán por el conocimiento y por encontrar una voz propia. 

Julio Caro Baroja, Carmen Baroja, Carmen Nessi y Pío Baroja

Según testimonios que recoge su nieta, Carmen Baroja era una mujer inteligente, rápida de comprensión, diligente, resolutiva y con una gran soltura de pluma, lo que revela ya una inclinación hacia la escritura que consolidará en la última etapa de su vida. En un principio, sus intereses se dirigieron a la etnología en todas sus variantes y en 1906 estudió en París, en el Museo de Cluny, la orfebrería y los esmaltes medievales. En 1908 se presenta al concurso La Exposición Nacional de Bellas Artes y gana el tercer premio por un arca repujada; y en 1911, el segundo por una lámpara votiva inspirada en las coronas del tesoro de Guarrazar. Participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1913 y en años posteriores será jurado del concurso que le concedió sus dos galardones. 

Habrá que esperar a los años 20 para que, ya casada y con hijos, encuentre el lugar acorde a sus aspiraciones en el bullir de “faldas liberadas” que su concepción de la mujer como un ser humano en absoluto inferior en capacidades al hombre, anhelaba. En 1927 publica en La Gaceta literaria, un artículo en el que recrea con gran gracejo su contribución a la vanguardia artística a través del experimento teatral de El Mirlo Blanco, un teatro de cámara enfocado a representar aquellas obras vanguardistas que rechazaban los teatros nacionales. Las representaciones se realizaban en el salón de la casa de su cuñada Carmen Monné, sita en la calle Mendizábal, quien además ejercía de electricista, tramoyista y escenógrafa, logrando aclamados efectos de luz y sombra. Su marido, Ricardo, hermano de Carmen Baroja, era el encargado de pintar la decoración y elaborar los efectos especiales como, por ejemplo, lograr la sensación de la lluvia azotando los cristales, agitando con tino un tambor lleno de lentejas. Cipriano Rivas Cherif era el director indiscutible y Carmen Baroja, aparte de actriz, hacía sus pinitos como autora, llevando a escena, en junio de 1926, una farsa de base folklórica, titulada El gato de la mére Michéle. En un escenario pequeñísimo, sin salidas ni puertas laterales se representaron entre muchas otras obras, Ligazón de Valle Inclán, El viajero de Claudio de la Torre, y Eva y Adán de Edgar Neville. Entre los variados actores y actrices se encontraban Josefina Blanco y Eusebio Gorbea, marido de Elena Fortún. En 1929 Rivas Cherif continúa el proyecto en la sala El Caracol, donde se desarrollará la representación fallida, por intervención de la Guardia Civil, de Los amores de don Perlimplín y Belisa en su jardín de Federico García Lorca. 



En esta época la polifacética Carmen Baroja aúna sus dos vocaciones publicando en 1933 en la editorial Labor El encaje en España. Al año siguiente, es nombrada miembro del Comité ejecutivo del Patronato del Museo del Pueblo Español. No olvida su vertiente más creativa y, de forma premonitoria, intuye las buenas relaciones entre ese nuevo arte, el cinematógrafo, y la literatura, elaborando dos guiones de cine basados en las novelas de Pío Baroja: La feria de los discretos y Las noches del Buen Retiro. Tampoco ha olvidado en estos años su compromiso con las mujeres y, tras un viaje a Londres con Magda Donato, en el que se alojan en un Lyceum inglés, será una de las promotoras y activa colaboradora durante toda su trayectoria del Lyceum Club, que ve la luz el 24 de noviembre de 1926, bajo la presidencia de María de Maeztu. 

Estalla la Guerra Civil y con ella la separación y la ruina familiar. Rafael Caro se encuentra en el Madrid republicano y Carmen Baroja con sus hijos, su hermano Ricardo y su mujer Carmen Monné en Vera de Bidasoa. Ante la extrema necesidad, Carmen decide, según sus propias palabras estudiar la “literatura enciclopédica” sobre labranza y cría animal y monta una pequeña granza con cerdos, gallinas, conejos y ovejas. Ella misma hilará y tejerá la lana con la que elaborará calcetines y chalecos para abrigar a sus hijos. 



A su vuelta a un Madrid empobrecido, Carmen Baroja, ya en el último tramo de su vida y próxima a la viudedad —su marido fallecerá en 1943— decide retomar su nunca olvidada vocación: la escritura. En 1942 dará a la luz El arte del encaje y en la editorial Juventud, Martinito el de la casa grande. En los años 40 colaborará en las publicaciones de la Delegación Nacional de Prensa, en la revista Mujer y en La Nación de Buenos Aires. En todos sus artículos, aparte de la impecable factura formal, destacan sus profundos conocimientos históricos y etnográficos; pero también su reivindicación de la figura de mujeres que han roto el rígido corsé de su época, ya por sus acciones, ya por su amor al conocimiento que, según subraya, ha sido negado por los hombres desde el siglo XII, en la figura de Ricardo de Bury, obispo de Durham: “Mujeres guerreras”, “Una monja viajera”, “Mujeres de capa y espada”,  “La monja alférez” y finalmente, “Bibliófilas”, un recorrido histórico por las grandes damas amantes de los libros, para recalar en la Francia de los años 20 en dos sociedades de mujeres bibliófilas: Las ciento y una mujeres bibliófilas y Las cien mujeres amigas del libro. 

Carmen Baroja muere en 1950, dejando la estela de una mujer valiente que luchó por tener una voz propia en circunstancias especialmente hostiles.

MARÍA LUISA MAILLARD




LA JUVENTUD NO TIENE EDAD

LIDIA ANDINO 

Cuando somos jovencitos ambicionamos ser mayores y cuando somos mayores suspiramos por una apariencia juvenil. Nos pasamos la vida deseando lo que no tenemos y pocas veces nos detenemos a gozar de lo que está a nuestro alcance. 

Llegar a tener la edad que se tiene es tan complejo porque nunca terminamos de asimilar el dolor que nos ha provocado la separación de nuestros padres, indispensable para crecer. 

Cuando hablamos de “nuestros padres” no nos referimos exactamente a esos señores y señoras mayores, vivos o muertos, con los que celebramos y sufrimos las navidades, sino aquel lugar donde bebimos la leche nutricia soldada con el amor, donde digerimos las sustancias alimenticias atravesadas de ideología, aquel lugar de nuestras apasionadas investigaciones, de nuestra curiosidad primera, de nuestras preguntas fundantes, insistentes, actuales. 

Tal es el apego por estos objetos primordiales que seguimos, más allá de la sustitución, manteniendo con ellos vinculaciones libidinales inconscientes, en función de las cuales, en ocasiones, organizamos nuestra vida. Así, con frecuencia escuchamos decir: “mi casa” al referirse a la casa donde una persona vive sola o no y también “mi casa” para mencionar la casa de sus padres. Por eso llama la atención la pertinaz insistencia que, en ocasiones, mostramos en aferrarnos a aquello de lo que no hay peligro de caer.

Tarea definitivamente inconclusa: el permanente intento de sustituir esas primordiales vinculaciones; no el delirio de proponer su eliminación, ni la pretensión de negar su existencia, ni mucho menos la alucinación de haber producido una completa separación de aquellos primeros objetos, sino la aceptación, el reconocimiento del “removido suelo sobre el que se alzan —orgullosas— nuestras virtudes”. 

La vida es el camino más largo hacia la muerte, por ser el conjunto de fuerzas que resisten a ella. Cuando en ese recorrido se nos presentan obstáculos huimos hacia adelante envejeciendo antes de tiempo, o bien, nos arrojamos en los brazos de aquella infancia dorada, más soñada que real, donde todo estaba resuelto y si no, alguien ya lo resolvería. 

Frente a esto, el trabajo de crecer para llegar a ser lo que somos, porque juventud es llegar a tener la edad que se tiene. 

Hasta la próxima y disfruten de las Fiestas.

LIDIA ANDINO
PSICOANALISTA



…LA OMS HA CONFIRMADO QUE PAPÁ NOEL ES INMUNE AL CORONAVIRUS Y EL SECRETARIO DE ESTADO PARA LA UE, CORROBORA QUE LOS REYES MAGOS NO TENDRÁN NINGÚN PROBLEMA EN LLEGAR A ESPAÑA?


¡¡¡Sin duda es una noticia tranquilizadora para muchos niños!!!



CARMEN MENDÍVIL

 

En España y, aunque en los últimos tiempos Papá Noel hay ido ganando importancia, el día de Reyes sigue siendo nuestro gran día. En los recuerdos de infancia de las personas que en los años 50 y 60 eran niños, Papá Noel no estaba muy presente en nuestra Navidad. En los 80 recuerdo que en algunas casas se daba un detalle y es a partir de los 90 cuando empieza a integrarse en nuestra tradición.

 


Hay también otros personajes muy importantes que traen regalos y que ayudan a los Reyes Magos y a Papá Noel a hacer de las Navidades unos días muy felices para los niños.

 


En Italia la bruja Befana es muy popular y se toma su trabajo muy en serio. Según el cuento, los Reyes Magos en su camino hacia Belén se perdieron y pidieron ayuda a una anciana que les atendió y les regaló dulces. Los Reyes le rogaron que les acompañara a buscar al niño Jesús, pero la bruja metió la pata y se negó. También es cierto que se arrepintió enseguida, y tras preparar un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos, sin éxito. Así que para arreglar un poco la cosa, decidió pararse en las casas repartiendo dulces. Desde entonces Befana, que es una bruja muy amable,  vaga por el mundo haciendo regalos a los niños para hacerse perdonar. Es lo malo de tomar una decisión precipitada, aunque parece, por su sonrisa, que lo pasa bastante bien.

 


En Rusia y algunos países que anteriormente formaron parte de la Unión Soviética, la figura de Papá Noel es conocida como Dez Moroz o el Abuelo Helado. El abuelito, al que le gusta provocar grandes heladas con su vara mágica, llama a la puerta de las casas e irrumpe en la cena familiar pidiendo a los niños que le canten o reciten un poema si quieren recibir su regalo. Su ayudante, es su nieta Snegúrochka, la Doncella de Nieve. Se dice que es una niña hecha de nieve que se transformó en persona. Me parecería más lógico que fuese al contrario, con el frío que debe de hacer por allí, pero todo es posible en Navidad. 


Dez Moroz

Hay otros muchos más personajes que llevan regalos por Navidad, como Dun Che Lao Ren, en China. Éste viste con mucho estilo, de rojo, pero con trajes de telas chinas estampadas y un sombrero cilíndrico. Lo encuentro muy fashion.


Dun Che Lao Ren

 

Me gusta también Hoteiosho —en el caso de Japón—, un monje, que por su aspecto diría que se pone como el Kiko comiendo y que, según cuenta la leyenda, tiene ojos en la nuca para vigilar el comportamiento de los niños.

 

Hoteiosho

Y así podemos recorrer todo el mundo con sus tradiciones propias para estas fiestas, pero todas con el mismo propósito, alegrar y dar felicidad a niños y mayores.

 


¡Os deseo unas muy Felices Fiestas con mis mejores deseos para el próximo año!

CARMEN MENDÍVIL





EL CUERPO DEL OTRO

ISABEL BANDRÉS

 

El cuerpo es y alberga todo lo que somos. Es lo material y lo inmaterial: piel, ojos, manos, inteligencia, inconsciente, ideas… todo aquello que hace que seamos una singularidad que nos diferencia de los otros. Es nuestro bien más preciado, sin él no existiríamos, y se reconoce como uno de los bienes más queridos por el prójimo ya sea para apreciarlo y cuidarlo o para maltratarlo y someterlo. Los poderosos siempre han sabido que si se quiebra el cuerpo en sus diversas facetas se derrota la esencia de la humanidad. Torturas, hambre, adoctrinamiento, amenazas, manipulación… han servido a lo largo de nuestra historia para doblegar la voluntad del otro. El poder político o religioso nunca se ha parado en minucias a la hora de subyugar al ciudadano. Hoy, en nuestro mundo democrático, se han suavizado los métodos, pero el instinto de dominar a los demás sigue vigente en lo público y en lo privado. Las noticias se hacen cada día eco de ese deseo de exterminio del otro que todos, en alguna medida, llevamos dentro. Un policía mata en EEUU a un supuesto delincuente negro cuando lo tenía acorralado en el suelo. Un niño de seis meses es ingresado en un hospital de Murcia tras una paliza paterna. En Sevilla una mujer es lanzada por un balcón con resultado de muerte. Las llamadas al 016, servicio para denunciar la violencia de género, ha registrado un aumento de 47% durante los meses de confinamiento por la pandemia. Navalny, un político ruso, es envenenado por sus opositores. En Málaga se liberan a 37 mujeres víctimas de explotación sexual a manos de una mafia colombiana.


Pero no hay que ir a casos extremos, aunque son más habituales de lo deseable, en el día a día se intenta doblegar al otro: la domesticación del niño en las escuelas, la presión psicológica sobre la pareja, empleado o amigo, la información periodística torticera y manipuladora, “las verdades” cocinadas y difundidas por los gobiernos, “la necesidad” de pertenecer a lo políticamente correcto… nos indican el afán de dominio sobre el otro y la falta del cuidado por el bienestar ajeno. Ha habido —nos dice Foucault—, desde la antigüedad todo un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder. El cuerpo al que se manipula, al que se da forma, que se educa para que obedezca” .


Tanto en las relaciones personales más espontaneas como en las más estructuras tendemos a imponer nuestro criterio, a salirnos con la nuestra, a llevar la razón. Normalmente este deseo de dominio es tolerable. En una reunión social cada uno termina pensando que él tiene razón, pero las relaciones no se rompen. Sin embargo, hay relaciones personales y públicas que se basan en la sumisión del otro. Hay vínculos cuya piedra angular son el sometimiento, la subordinación y el control. Un poder totalitario sea público o privado nos convierte en una especie de zombis sin subjetividad ni pensamiento propio cuando no en cadáveres. Y, en muchos casos, esa potestad y esa autoridad para dominarnos, controlarnos y humillarnos se la hemos dado nosotros. Sufrimos una especie de sugestión, de hipnosis que nos lleva a adorar al líder político, a una determinada ideología, a la pareja, al jefe o al amigo. Deseamos tanto relaciones ideales, sociedades justas, benévolas y políticos perfectos que nos olvidamos de que eso no existe. Somos todos nosotros (ya sé que algunos creen que ellos no) una mezcla de sentimientos contradictorios: sumisión, agresividad, emotividad, envidia, exaltación, generosidad, bobería crédula, deseos grandiosos… y con todo eso hemos de contar.


Hoy corren vientos de totalitarismo y populismo en todo el mundo y los pueblos hipnotizados se dejan arrastrar hacia ideales inalcanzables que terminan en desastres sociales. Lo fue el nazismo y lo fue el comunismo. En nuestras relaciones privadas, nos pasa otro tanto, buscamos relaciones sin mácula y plenas que llenen cada minuto del día. Y esas tampoco existen. Los humanos no vivimos en el mundo de la rotundidad, vivimos en el mundo de las aproximaciones, de la duda, de la incertidumbre. Navegamos en aguas turbulentas, en lo personal y en lo político, que nos toca sortear como mejor podamos. Nos gustaría transitar por aguar tranquilas, aunque esa no es nuestra condición ni la del mundo, pero de allí a dejar que los excesos del otro (político o privado) se apodere de nuestras vidas va un gran trecho. 

Este año horrible ha sido un buen periodo para los depredadores. Muchas víctimas estaban aisladas en manos de sus verdugos. Otras estaban incomunicadas en las residencias muriendo ante la indiferencia de los poderes públicos y, seamos sinceros, de la sociedad porque veíamos reflejada una imagen que no nos gustaba. ¿Solución? Retirar la vista del espejo que nos refleja como individuos y como sociedad. La violencia y la indiferencia son dos maneras de someter y humillar. Y la mayoría de los ciudadanos estábamos encerrados en nuestras casas frente al televisor, ese gran manipulador, escuchando comentarios y viendo imágenes pensados para hacer diana en nuestra capacidad crítica.   


Un nuevo año comenzará en unos días y les deseo y me deseo que no nos dejemos alienar ni en la esfera pública ni en la privada, que intentemos recobrar el sentido de la realidad y abandonemos la ficción, que sepamos diferenciar entre relaciones “humanas” con sus vicisitudes y el sometimiento al otro, que tengamos más dudas que certezas, que disfrutemos de la humanidad de los otros sin adorarlos y, sobre todo, que nunca les demos el poder sobre nosotros a los otros. Oxigenemos y aprendamos a disfrutar de nuestra individualidad.

ISABEL BANDRÉS




DIARIO DE LA PESTE, COVID-19
Y MEMORIA DEL 2020

ROSARIO HERRERA GUIDO


“¿Cómo leer hoy, en medio de la crisis del coronavirus,
las palabras de Daniel Defoe, William Shakespeare
y Giovanni Boccaccio sobre las viejas pestes?
¿Podremos construir hoy un diario del año de la pandemia?”

Andrés Gattinoni

I

Quién iba a imaginar que el Diario del año de la peste de Daniel Defoe (Impedimenta, Madrid, 2011), estaría este 2020 en las manos y la mirada ávida de múltiples e inimaginables lectores. Una crónica periodística o relato novelado de la plaga que asoló a Londres (1664-1666). Por ello, el  diario más buscado, al lado de La peste de Albert Camus, está agotado y las editoriales Impedimenta y Alba preparan reediciones. Defoe, más famoso por Robinson Crusoe, tan filosofado por Michel Tournier, en su Viernes o los limbos del pacífico (Alfaguara, 1992), escribe este relato novelado para heredar a la humanidad una constancia de las miserias y las pocas virtudes que deja a cielo abierto una pandemia. 

Una bitácora del desarrollo de una plaga, el comportamiento y la inevitable condición humana, cuando se emiten las alarmas. Inverosímil, como el eikós griego, al que recurre Aristóteles en su Poética, para lograr balbucear la tragedia griega de Edipo. Inimaginable que el Diario del año de la peste podría llegar a ser un espejo del drama planetario del covid-19, después de tres siglos y medio, en que los relatos logran evocar el tema del eterno retorno de Nietzsche o la repetición de Freud (Nächtraglichkeit). Una repetición con diferencia, como advierte Gilles Deleuze, pero repetición al fin.

Un diario que no deja de ser una historia de terror, relatada y novelada con vivacidad siniestra, surrealista o hiperrealista, porque Defoe tenía cuatro años cuando sucedieron los funestos hechos. Todo está recreado pero, sabemos por Lacan, que “la verdad tiene estructura de ficción”. Aunque Defoe, para darle un tono realista, recurre a los tratados médicos de John Quincy y Nathaniel Hodges (uno de los pocos médicos que no huyó de Londres). El lector -dice Defoe- que se asoma al Diario del año de la peste, reconoce más al reportero que al novelista, que selecciona los sucesos apasionantes, trágicos, moralizantes, humorísticos, incluso exigiendo responsabilidad al gobernante y proponiendo a los ciudadanos los medios para sobrevivir a la epidemia. 

La gran lección de Defoe es empezar por el recuento de muertos, día tras día, semana por semana, no tan distinta a la información de los actuales diarios, mientras circulaban, como ahora, amuletos, escapularios, remedios mágicos, curanderos y pócimas, Pero la medida efectiva para evitar la expansión del contagio era, entonces como ahora, el confinamiento en casa, que justo porque la prohibición va de la mano de la trasgresión, como enseña Georges Bataille, no faltaba quien se saltara las restricciones igual que en nuestros días los vecinos de todo el mundo, Italia, Madrid, New York o México, pero con medidas higiénicas más deficientes que las de ahora, aunque con obstáculos parecidos a la cruzada contra el cubrebocas desde el gobierno, en espera del conocimiento de los gérmenes de Pasteur, que llegarían en 200 años, muchos más que las vacunas genéticas exprés de hoy en día contra el covid-19, que al dar demasiada esperanza han acelerado las conglomeraciones de las fiestas de invierno y los contagios, las hospitalizaciones y las muertes. 

Defoe, el talabartero, aunque libre entonces del capitalismo, como teme que su negocio peligre, decide no abandonarlo. Pero el cierre del puerto de Londres, se convierte en una amenaza para la incipiente macroeconomía y puede provocar el colapso de las mercancías y el comercio, como en nuestro tiempo.  

II

En Madrid, la Puerta de Alcalá, que ahí está desde hace más de dos siglos y medio, presencia desde 1778, las guerras civiles del siglo XIX, la Guerra Civil Española (1936-1939), el Nacimiento de la Democracia (1975) y ahora lo inverosímil (según el eikós aristotélico propio de la tragedia), la pandemia de covid-19 que, como en otras naciones, al principio no fue tomada en serio por el gobierno centroizquierda de Pedro Sánchez y la juventud, a la que desde el principio se le dijo que no le iba a pasar nada, pero que cuidaran a los abuelos, y en la primera ola tuvo que llegar a ocupar El Palacio del Hielo como depósito de cadáveres. 

Una pandemia que deja a España con más de 60 mil muertes, un nivel de pobreza como no se había vivido desde la Guerra Civil Española, con 10 millones de pobres y una contracción económica que la OCDE calcula de más del  15% para este 2020, y con un nivel de desempleo de más del 25% hacia 2021. Y cuyos primeros signos vitales pueden esperarse en 2022, pero con un tímido crecimiento. Incluso con la vacuna que comenzó el domingo 27 de diciembre, para que advenga una “nueva normalidad”. Una regularidad ya frustrada, pues la famosa y concurrida Feria de Sevilla del próximo mes de abril ya se anuncia cancelada. 

III

En Nueva York, el covid-19, recorrió todas las estaciones, desde la primavera hasta entrando al invierno, viviendo un rebrote, con un trauma que golpeó la condición humana, a causa de un torrente de pérdidas que no dejan de penarse por 24 mil muertes, personas con historias y familia, pero en total soledad, que sigue calando hondo en el ánimo de los estadunidenses, en uno de los países más golpeado por la pandemia planetaria, debido a la ignorancia, la frivolidad, la desvarío del gobernante  y una grotesca manipulación de la biopolítica.

Nueva York sigue afectado por la crisis emocional, sanitaria, económica, social y cultural, a pesar de la esperanza en las vacunas, que para unos traen alivio y para otros el rechazo al cambio genético y el control político. Una ciudad desierta, cuya postal nevada del Central Park muestra la detención en el tiempo de un filme de ficción, con la impensable desolada 5ª Avenue, los otrora concurridos teatros de Broadway, los solicitados museos, el Met y el  Moma, desolados. Una de las peores crisis, después de la depresión de 1929, con un déficit de 15 mil millones de dólares y un masivo desempleo, pues sus  principales industrias son los museos, los teatros y los conciertos, que han permanecido apagados desde marzo  en la Gran Manzana, confrontada desde todos sus ángulos este 2020. 

Pero el desplome de Trump, según me dicen amistades de New York y San Francisco, a pesar del desastre del manejo biopolítico que le imprimió a la pandemia, nuevamente abre el horizonte a la esperanza actual y por venir. 

IV

Italia, el primer país europeo golpeado por la pandemia de covid-19, surgida en Wuhan y exportada supuestamente a Bérgamo por unos investigadores que fueron a un Congreso. Ahora, después de todos estos meses, como a los  jóvenes se les difundió, igual que en todo el mundo, que no les pasaría nada, sólo a los enfermos o personas de la tercera edad, con sus escuelas y universidades cerradas se dedicaron a festejar y contagiaron a sus padres y abuelos. Como me compartió con extremo dolor,  mi amigo napolitano, el filósofo Stefano Santasilia: “No tengo a quién darle el pésame”.

El año 2020 agoniza con un gran pesar, pues no se sabe lo que sigue los próximos días; aunque se habla de nuevas restricciones ante una tercera ola de contagios, tras un confinamiento muy estricto y medidas represivas, desde marzo, al filo de las fiestas de invierno. Durante todos estos meses se viene esperando que Italia se reponga de las crisis sanitaria, económica, emocional, moral, política. Porque cuando la pandemia se superó, se dio la apertura y los viajes, produciendo un creciente contagio y numerosos decesos. 

Una imagen siniestra marcó a Bérgamo y a toda Italia, los camiones militares que se llevaban los ataúdes fuera de la ciudad más afectada durante la 1ª fase de la pandemia, con su número de muertos sin nombre y en total soledad. Una experiencia que ha dejado a cielo abierto la fragilidad de tod@s: ricos y pobres, blancos y negros, buenos y malos.

Pero, como enseña Goethe: “No hay futuro sin esperanza”. Ahora la Campaña de la Flor de cinco pétalos, para florecer, está estampada en la cubierta de la tienda donde se va a aplicar la vacunación masiva, con el lema: “Renace a través de la vacuna”. No sin incertidumbre, pues la vacuna no garantiza el fin de la pesadilla.

V

Sudamérica, viviendo un mal de muchos y de todos. No sólo por Brasil, que es el gigante de la región, que supera los 6.5 millones de infectados y 186 mil muestres; Argentina, 1.3 millones de infectados y 3, 623 decesos; Colombia supera el millón de contagios y 30 mil defunciones; Chile 130 mil contagios y 1,600 fallecimientos, y Perú tiene el 5° lugar en la región, con 1.3 millones de contagios y más de 28 mil víctimas. Todos con un sistema de salud y una economía colapsada. A pesar de que sus gobiernos invirtieron porcentajes importantes como medidas para atenuar el impacto de la caída económica. 

Mientras Japón, Luxemburgo y Bélgica, países de primer mundo, destinaron 21%, 20% y 19% de su Producto Interno Bruto (PIB), para combatir la pandemia y sus funestas consecuencias, el promedio global en América Latina fue de 3.7% del PIB De los que sobresale México, mas no por espléndido, olvidando el lema “primero son los pobres”, sino por su indigente tasa del 1.1% del PIB y 0.7% para salud, que desencadenará una caída del PIB del 9% y una tasa de pobreza de 49.5% para este 2020. 

No cabe duda que las imágenes que dieron la vuelta al mundo, con los muertos en las calles de Guayaquil, marcaron la pauta de lo que sería la pandemia en Sudamérica, una de las más afectadas del planeta, que se replicaron en el Perú, donde mucha gente murió en sus casas, a la llegada al hospital o en los pasillos de las clínicas, como en México. 

VI

El doctor Antonio Lazcano, miembro de El Colegio Nacional, este pasado 19 de diciembre, declaró en entrevista con la TV Milenio de México, que ciertamente con las vacunas se vislumbra una luz al final del túnel, pero que es largo, por lo que la población debe estar atenta a las medidas de protección, para evitar el contagio: guardando la sana distancia, usando el cubrebocas, lavándose las manos, evadiendo tocarse boca, ojos y nariz, además de evitar reuniones y conglomeraciones. 

Tenemos ejemplos, como el de Tailandia –sigo a Lazcano- que desde el comienzo de la pandemia de covid-19 le apostó al cubrebocas, y ya logró un control de la pandemia admirable. Pero en México, la cruzada contra el cubrebocas que comenzó el Presidente de México y la secundó a quien designó de responsable de la prevención y control de la pandemia, el doctor Hugo López-Gatell, que se prestó desde el principio a jugar cartas con la biopolítica, esa peligrosa mezcla de política y sanidad, respaldando el deseo político-religioso del Presidente, a propósito de que no se iba a contagiar por la protección que le daban sus escapularios, amuletos y su estatura moral. Un científico que con frecuencia se presenta en público con corbata guinda, para no quedarse fuera de la foto del partido en el poder.

ROSARIO HERRERA GUIDO




DOMINIQUE FILS-AIMÉ



STRANGE FRUIT

https://www.youtube.com/watch?v=8K1m1aa5EJ8

 

ADRIANNE LENKER


ANGELS

https://www.youtube.com/watch?v=fGNCcqp6Z-k


ALELA DIANE


ALBATROS

https://www.youtube.com/watch?v=IFE1tUlWRiE