sábado, 1 de febrero de 2020




2º CERTAMEN DE RELATOS DE MUJERES

AMMU 2020




PARA DESCARGAR LAS BASES
CLICA AQUÍ




La Asociación Matritense de Mujeres Universitarias, habida cuenta de la buena acogida de su iniciativa, convoca por segundo año consecutivo su concurso de relatos. Animo a todas las mujeres interesadas en la creación literaria, especialmente a las jóvenes, a participar. Sus relatos serán leídos con interés por el jurado seleccionado por la Asociación. ¡Ánimo, chicas!

 MARÍA LUISA MAILLARD
PRESIDENTA DE AMMU








PRÓXIMA TERTULIA LITERARIA


SOMOS LIBROS, SOMOS LIBRES





COMENTAREMOS EL LIBRO



Los relatos que componen este libro están considerados por muchos como lo mejor que se ha escrito en España sobre nuestra guerra civil. Redactados entre 1936 y 1937 y publicados inicialmente en varias revistas internacionales, retratan distintos sucesos de la guerra que Chaves Nogales conoció directamente: «Cada uno de sus episodios ha sido extraído fielmente de un hecho verídico; cada uno de sus héroes tiene una existencia real y una personalidad auténtica», dirá en el prólogo. «Pequeño burgués liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria», Chaves fue uno de los más importantes escritores y periodistas españoles de la primera mitad del siglo XX. Como director del periódico Ahora permaneció en Madrid desde el inicio de la guerra hasta finales de 1936, cuando el gobierno de la República se traslada a Valencia y él decide exilarse. La solidaridad y compasión por quienes sufren en carne propia los horrores de la guerra permiten a Chaves observar los acontecimientos de la contienda con una equidistancia y una lucidez asombrosas. A sangre y fuego es sin duda una de las narraciones más inteligentes y llenas de vida de cuantas se han escrito sobre el tema; un verdadero clásico de la literatura española. 



Manuel Chaves Nogales fue un periodista y escritor español. En su faceta como periodista colaboró con numerosos diarios, dirigiendo también varias cabeceras. Así mismo, destacó igualmente en el ámbito literario, siendo autor de un gran número de obras.







YA EN IMPRENTA EL Nº 41

de la COLECCIÓN DE BIOGRAFÍAS 

DE MUJERES AMMU



VIDA DE SOFONISBA DE ANGUISSOLA

de A. PILAR RUBIO LÓPEZ



Sofonisba Anguissola Ponzoni (Cremona, hacia 1532-35; Palermo, 1625) fue una insigne pintora del Renacimiento, celebrada por contemporáneos de la talla de Vasari o Miguel Ángel. Debido a la prohibición de que las mujeres firmasen  sus obras, muchos de sus cuadros han sido atribuidos a pintores masculinos como El Greco, Sánchez Coello o Tiziano y sólo en las últimas décadas se está reconociendo su verdadera autoría. Estuvo en la Corte de Felipe II como dama de compañía de Isabel de Valois y, gran retratista, dejó una galería de retratos de la familia real española, del rey, la reina y las infantas Clara Eugenia y Catalina Micaela. Su obra hoy se encuentra presente en los grandes Museos del mundo. Este libro pretende contribuir a la recuperación de su memoria y de su gran legado artístico.



¡¡SALUDAMOS AL NUEVO 

GRUPO DE MUJERES UNIVERSITARIAS DE

 MURCIA QUE SE INTEGRA EN LA

 FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE MUJERES

 UNIVERSITARIAS!!





Su creadora, y actual presidenta, María Francisca Liaño Bascuñana, doctora en Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Murcia, tiene por delante la ardua tarea de consolidarlo.


¡¡BIENVENIDAS COMPAÑERAS!!






RESEÑA DE NUESTRA BIOGRAFÍA Nº 35

VIDA DE HANNAH ARENDT

de José Lasaga Medina

EN DIÁLOGO FILOSÓFICO

















DEPRESIÓN Y AUTOCASTIGO

LIDIA ANDINO
PSICOANALISTA

La angustia, el dolor y la tristeza son condimentos normales de toda vida; sin embargo, en ocasiones, también la tristeza, la angustia y el dolor llevan a la mutilación, a la enfermedad y a la muerte.

Nunca se nos ocurre considerar como un estado patológico la reacción de una persona ante la pérdida de lo muy amado; la vemos decaída pero confiamos en que al cabo de un tiempo esta reacción desaparecerá por sí sola y juzgamos inadecuado e incluso perjudicial perturbarla. No obstante, si ese estado de ánimo tan doloroso se prolonga demasiado puede llegar a perturbar la capacidad de amar, la actividad de otras funciones y el interés por el mundo exterior. En ese caso, podemos decir que estamos en presencia de una melancolía. Hablar de la melancolía, como del sueño, es hablar de uno mismo, ya que soñar soñamos todos y perder algo amado y valioso en la vida también a todos nos ha ocurrido, nos está ocurriendo o nos va a ocurrir.

Si el duelo es tomado en cierto sentido como algo normal que acompaña la pérdida de lo amado, la melancolía se traduce en reproches y acusaciones que la propia persona se dirige a sí misma, hasta un delirante anhelo de recibir un castigo.



El melancólico hace las tareas cotidianas cada vez con mayor desgana, en silencio, sin el menor entusiasmo, se retira de la vida para dedicarse al autocastigo; manifiesta "no tener ganas de vivir" o "no tener por qué vivir". También compadece a los suyos por hallarse ligados a un ser tan indigno y despreciable; no se oculta, más bien exhibe sus defectos porque todo lo malo de que se acusa corresponde, en realidad, a otra persona —la que lo abandonó— que ahora, por un proceso de identificación, forma parte de sí.

Diga la verdad o se calumnie, quien se presenta tan mal a los ojos de los otros tiene que estar afectado, ha perdido la autoestima y debe tener “razones” para ello.



Se trata de un delirio de empequeñecimiento acompañado de otras alteraciones como insomnio, rechazo al alimento, atiborrarse de comida, dormir mucho más de lo conveniente. Lo interesante es que, en todos los casos, lo que origina tanta congoja pasa desapercibido para el propio sujeto, de ahí que reconocemos en nuestra tarea profesional lo inconsciente en el devenir del trastorno: el sujeto puede saber qué ha perdido, pero no lo que ha perdido en esa pérdida.

Esta mirada sobre la melancolía permite el eficaz tratamiento de este cuadro que obstaculiza y, a veces, impide lo más necesario para la vida del ser humano: el propio pensamiento, su sexualidad, su trabajo, su manera de vivir.

LIDIA ANDINO






MARÍA LUISA MAILLARD


CIUDADES EN LAS QUE UN DÍA NAUFRAGAMOS
ARA de HARO 

 2019 Editorial Talentura, Madrid.



Belleza y desolación. Son las dos únicas palabras que acuden a la pluma del protagonista de esta novela, Michael Dodds, un fotógrafo del mundo de la moda, aspirante a escritor. Son las dos palabras, que podríamos decir engarzan como el hilo de un collar, la descripción y peripecias de los personajes principales de esta novela, fundamentalmente de los personajes femeninos: mujeres del mundo de la moda, modelos carentes de sentimientos o emociones y que copulan, vomitan, se niegan a la comida, se drogan y sólo están seducidas por su imagen en el espejo y, episódicamente por alguna prenda icónica.

Tres mujeres transitan por la vida del protagonista: Estrella, una amante fugaz; Linda, su esposa; y Julie, una antigua amante, con el rostro rehecho, debido a un accidente de coche y que ahora dirige con frialdad y nepotismo los castings de afamados modistas como Dior. La voz de la narradora describe en el primer capítulo al personaje de Estrella, sin ninguna concesión: belleza y desolación en estado puro. El personaje de Linda, una ex modelo que dejó su profesión para ser madre de tres niños, es descrito en el segundo capítulo por su marido Michael de una forma incluso más inclemente, que roza la degradación del personaje y anuncia el divorcio que ya se materializa en el tercer capítulo. Finalmente en el tercer capítulo es Julie quien introduce al protagonista en una rocambolesca peripecia, a través de un hombre anciano que aterriza en París desde otra desolación y otro frío, la KGB y las cárceles de Siberia, y que busca en un mercado de la ciudad a su mujer muerte, a la que sigue amando a pesar de que sospecha que fue ella quien le denunció. A través del anciano Andrei y de su desaparecida mujer Kristel, los padres de Julie, la pluma de Michael comienza a fluir. ¿Ha sido el amor que pervive en el corazón de un anciano? Ese amor que Julie dice que es "solo una palabra… para tapar algo que no sabemos qué es"?

El relato discurre de una manera fluida con bellas descripciones de las ciudades por las que transita el personaje, Nueva York, Fiesole y París, y algunas digresiones, a cargo de personajes secundarios, sobre el arte de la escritura, más cerca de la penumbra que de la claridad. Quizá se eche de menos algún rasgo de humanidad en los personajes femeninos del mundo de la moda, que parecen, a la postre, ser los principales responsables de la desolación de un protagonista masculino, que contesta a la pregunta de si le gustan las mujeres: "Me gusta follarlas, pero no sé si me gustan"; y que se redime al final por la escritura y el resurgir de un vago amor por su ex amante Julie que, por supuesto, lo rechaza porque en su mundo, el de la moda, el amor no existe, sólo existe el deseo fugaz.

Muy recomendable para quien quiera aproximarse a la vacuidad de la belleza del mundo de la moda, que hoy en día se encuentra omnipresente en todos los medios de comunicación audiovisuales.

MARÍA LUISA MAILLARD












LA IDEOLOGÍA NOS CIEGA

ISABEL BANDRÉS

Todos los humanos tendemos a cegarnos. Los que dicen que no, también. Cuando la realidad es dura y difícil de asumir, nos fabricamos una versión a la medida. Incluso, a veces, nos confeccionamos varias para poderlas utilizar a nuestro antojo, según tengamos el día. Quizá sea un recurso para poder seguir adelante, no lo sé. Y por lo que observo, con las ideologías políticas sucede lo mismo: refutamos lo evidente. Los hay que han negado el holocausto nazi, los presos en Siberia, los asesinatos de Pinochet, las hambrunas en Ucrania, la feroz represión de los militares argentinos, la pobreza extrema en la Venezuela de Maduro, la teocracia de Irán, las políticas nacionalistas y supremacistas de Orbán (Hungría) y Salvini (Italia), la falta de derechos humanos en la Cuba de Castro… Y cuando es imposible desmentir la realidad por tan evidente, se retuerce y se adereza para que pueda ser digerida: el nacionalismo puede servirse con una salsa de progresismo. Y ¡voila!, lo que era considerado pensamiento fascista se ha convertido en una corriente de izquierdas y de progreso. Y podemos seguir con el aderezo: los crímenes de Pinochet eran necesarios por el bien de la patria, los de Maduro por el bien del pueblo, los de Hitler para la grandeza de Alemania, los de Stalin por la libertad de todos los pueblos y proletarios del mundo… Aderezar, salpimentar, adobar y aliñar un relato para que los asesinados, torturados y apresados por el poder puedan ser presentados como un mal menor y necesario. Puestos a cegarnos, hagámoslo a lo grande.

Pero hay algunos que deciden no cegarse. Vasili Grossman, el mejor escritor del siglo XX, escribió mucho y bien combatiendo los horrores del nazismo. Creía que el comunismo erradicaría el fascismo para siempre “sentía (escribe) que, luchando contra los alemanes, luchaba por una vida libre en Rusia”. Este brillante corresponsal de guerra ruso no ocultó en ningún momento su fervor comunista y su admiración por el ejército rojo. Terminada la guerra, recorre Ucrania y es testigo del holocausto de Stalin: cuatro millones de muertos por hambrunas programadas. Quien fue un hombre fiel al régimen se convierte en su crítico. Dos libros: Todo fluye y Vida y destino, obra maestra del siglo XX, son censurados convirtiéndolos en textos peligrosos en la Rusia de Nikita Kruschev. Realmente, Grossman no cambia de pensamiento y no se convierte ni en nazi ni en liberal. En todos sus textos defiende una sola idea: la humanidad del hombre por encima de los regímenes y las ideologías políticas. El precio que tuvo que pagar por no doblegarse fue alto: su gran obra, Vida y destino, terminada en 1960 y de la que hizo dos copias, fue publicada en la década de los 80 fuera de Rusia y muchos años después de su muerte en 1964. Durante sus últimos años vivió en una pobreza extrema y fue tratado como un apestado social.


Aquí y ahora, gozamos de democracia y libertad. Podemos votar a cualquier partido del amplio arco parlamentario, expresar nuestras ideas, optar por formas de vivir diversas, manifestarnos, hacer huelga, reclamar nuestros derechos… Pero observo que sufrimos de una cierta ceguera ideológica auto-impuesta. Es raro que entre amigos de diferentes ideologías se abra un debate político serio, lo que significaría admitir equivocaciones y errores de los propios y, también, similitudes entre los diferentes. Si alguna vez surge algún asunto político se crea una tensión en la que subyace: “ojito, con lo que dices de los míos”. La ideología se ha convertido en un refugio, una identidad, una compañía, una creencia cerrada por lo que sólo podemos encarar debates sin fuste que se resumen en: “los tuyos, más y peor”.

Los partidos existentes sólo nos lanzan discursos banales en un esfuerzo de mantener unas ideologías esclerotizadas que a lo único que aspiran es a ocupar un poder vacío de contenido. El mundo actual se enfrenta a desafíos que no reciben contestación política. La emigración, la falta del trabajo en un mundo cada vez más robotizado, la diversidad de sensibilidades, el cambio climático y sus derivaciones… son abordados con formulas antiguas y recursos retóricos que no aportan ninguna solución real. Socialismo y liberalismo hacen gestos en el vacío porque sus ideas han sido superadas por la vida y por los acontecimientos. No hay ideas nuevas ni formulas que afronten los nuevos retos. De momento, los políticos subsisten a base aspavientos y sobreactuación. Y en eso están.


¿Y qué nos queda a los ciudadanos en este impasse? Nos queda, sobre todo, observar la realidad de tal manera que nuestras tendencias políticas y nuestras creencias afecten lo menos posible a lo observado. 
ISABEL BANDRÉS







LOS GOYA Y EL OTRO

(ALGUNAS REFLEXIONES ENFRENTE DEL TELEVISOR)
ARA DE HARO

Para aquellos que no se hayan muerto del shock neurológico que implica el titular (sí, se puede pensar y ver la TVE a la vez!); aclaro que es algo que no hago muy a menudo y que, por tanto, mi cerebro no ha sido todavía dañado irreversiblemente, al menos eso creo... Ayer vi la televisión, y diría aún más, intencionalmente, con un vino blanco gallego y mi estupenda pareja Manuel, al lado... Todo cuenta, claro, y que ambos hayamos superado la barrera de los 50 años, aún los 55 y uno de nosotros los 60, nos lleva a un estado de indulgencia plenaria que quizás solo pueda alcanzarse a esas edades; el vino y la buena compañía hacen el resto.

Nunca había visto un "Goya" entero, sólo trozos y me ha dejado sin mucho deseo de repetir, la experiencia solo ha confirmado mis peores temores, en suma, fue una aventura de poca altura y poca miga, pero da que pensar. El paseo de modelos de actrices y actores fue descrito con excesiva adulación, por unos presentadores que parecían avistadores de aves exóticas, y éstos/éstas, sin embargo, reaccionaban como gallináceas fáciles de atrapar (entre tanto blanco paloma, no había, sin embargo, paz) , y ser conducidas dócilmente a un rincón televisivo, donde ser apreciadas y apreciados, debidamente.



A cambio, nunca se les hacían preguntas incómodas : este talento tan hispano para clavar el estoque donde más duele, parece haber caído en desgracia, tanto en la TV  como en Universidad y otros órganos organizados. Ahora las mayores astracanadas son saludadas con un protocolo de respeto inusitado. Y me parece bien con los trajes de etiqueta, aunque había verdaderos espantos, menos bien para las tesis y demás, pero qué difícil es luchar contra las mores y las temporas... Luego vino el verdadero enfrentamiento, que se dirimió entre el séquito orientalizante de Almodovar (por lo divino) y el más europeizante  (por lo discreto) de Amenabar: Qué bonito que ambos grandes directores compartan esa A inicial, arábiga y alfa... al igual que su capacidad de ignorarse mutuamente con tanta recta intensidad.

¿Es la dualidad algo inevitable en nuestro país? Monta tanto y tanto monta... Los premios al principio, se equipararon al duelo eterno de  los goles del Madrid /Barca. Empate técnico.

Felizmente el terceto de directores de La trinchera infinita, amables y en buena armonía, parece abrir una esperanza y un futuro en nuestro país de odios cainitas...

Y estaba Sánchez, el Presidente, pero no sirvió de nada; él también agarrado a su habitual papel de figurante estelar (Ay Sánchez!) en silencio,  bueno, bonito y no barato, que llega en helicóptero, como un Deus ex-machina, para dejarlo todo igual (y esperamos que no peor).

En fín, un remake de Guerra de Tronos, sin enanos ni dragones...



Princesa sí hubo, una ausente Marisol, con elegante evanescencia,  y que nos regaló un cierto suspense por la posibilidad de una inminente e improbable aparición. Sin duda, su alejamiento fue lo mejor de la velada. Sus hijas adorables, y el noble perfume de su desinterés por la fama y la quincalla, nos hizo a todos mejores, más sabios, más nostálgicos, más decentes.

Buenafuente y Silvia Abril, su pareja, estuvieron más discretos de lo necesario, pero muy Fellinianos y la curiosa circunstancia de su voluntario emparejamiento daba picante añadido a sus escasos y algo alicaídos diálogos.

La gratitud de la actriz revelación de 84 años, Benedicta Sánchez (nada que ver con el otro), una verdadera druida que dejó una estela a bosque no quemado y rosal salvaje en el aire que daban ganas de ir inmediatamente a ver la peli de " Lo que Arde". Un film inclasificable, como  los ojos de fauno del director y su séquito propio del dios Pan.

Y yo pensaba eso es lo que hace que el arte sea tan necesario, la paradoja de que una actriz revelación pueda ser vieja, y un niño pequeño el mejor actor del mundo, y que una directora revele los mecanismos mentales de un hombre mejor que nadie y un director pueda describir a las mujeres, mejor que las propias mujeres. Finalmente cuando los tantos dieron la victoria al "clan Almodovar", me gustaba la sonrisa inalterablemente rosa de Penélope, que igual hubiese florecido en caso contrario; hay certezas que van más allá del traje muy bello de jarrón de flores malvas que se lleva, y sonrisas cuyo encanto están más allá del bien y del mal. Es bello no querer alinearse con ninguna victoria. Qué estupenda Ministra de Cultura sería!!!


Al final, Banderas logró un Goya y bailó como un joven de veinte años!!! O casi. Nuestro Banderas, tan nuestro y tan poco de Nicole, vestida de elegante verde veneno.

Así es, al final, Almodovar y Amenabar no se fundieron en un abrazo fraterno, ni se dieron la mano, aunque fuese sido de modo bizco e hipócrita. Necesitamos tanto ese impulso de paz en nuestro país... Y una vez más perdimos otra ocasión de ser un país realmente civilizado (entre tanto vestido blanco).

ARA DE HARO

 





FEDERICO GARCÍA LORCA Y EL CINE

FLORA LOBATO


Las palabras que Buñuel desgrana en su libro Mi último suspiro (págs. 154-155) nos van a servir para acercarnos, siquiera mínimamente, a Federico García Lorca y ver cómo era este ser tan extraordinario: “De todos los seres vivos que he conocido, Federico es el primero. No hablo de ni de su teatro ni de su poesía, hablo de él. La obra maestra era él. Me parece, incluso, difícil encontrar alguien semejante. Ya se pusiera al piano para interpretar a Chopin, ya improvisara una pantomima o una breve escena teatral, era irresistible. Podía leer cualquier cosa, y la belleza brotaba siempre de sus labios. Tenía pasión, alegría, juventud. Era como una llama”.

Lo que Buñuel pensaba acerca de la forma de ser de Lorca es un claro exponente de que nos encontramos ante un genio, y esa misma genialidad pudo ser la que lo llevó a captar las ingentes posibilidades que del cine podían tomarse para aplicarlas a otras actividades creativas. Asegura Román Gubern en Proyector de Luna. La generación del 27 y el cine, pág. 102, que nuestro poeta había sido contaminado por la estética fotográfica y, desde luego, desde antes de 1930. La misma opinión de Gubern la encontramos en Brian Morris, quien afirma en su libro La acogedora oscuridad. El cine y los escritores españoles (1920-1936) pág. 136, que las obras de Lorca nos descubren la importancia de sus respuestas al cine: las escenas, la técnica, los actores y las formas de interpretación. Y, asimismo, manifiesta que tanto sus obras como sus poemas incluyen personajes inspirados en las figuras estilizadas que había contemplado en las películas.



Federico García Lorca utilizó al actor norteamericano, Buster Keaton, con quien se comparaba, sirviéndole como máscara de sus propios miedos e inseguridades; por ello no leyó el poema titulado “El paseo de Buster Keaton”, en la quinta sesión del Cineclub, del mes de abril de 1929; escogió otros poemas para recitarlos en el intermedio entre un filme y otro. Dichos poemas fueron “Oda a Salvador Dali” y “Romance de Thamar y Amnón”. De haber leído el primero citado, el de Keaton, habría supuesto una confesión pública de sus más profundos sentimientos, aunque lo hubiera expresado de forma indirecta o enigmática.

Por tanto, la figura de este actor cómico le sirvió como espejo en el que veía reflejada su propia imagen, identificándose con él, en el sentido de que ambos padecían frustraciones, provenientes de reglas sociales que reprimían su desarrollo personal. Y parece que este sentimiento de anhelo imposible, lo vertió Lorca en su pieza dramática, Yerma, cuya protagonista vive con el gran deseo incumplido de ser madre.



Son varias las obras de teatro en las que se pueden apreciar referencias cinematográficas; es el caso de La zapatera prodigiosa, que posee una escena denominada por el mismo Lorca como “casi una escena de cine”; el título de Bodas de sangre está inspirado en una película histórica italiana Bodas sangrientas; dicho filme se estrenó en España en 1927. Como colofón de similitudes entre la obra literaria de nuestro poeta granadino y el séptimo arte, citaremos su poemario Poeta en Nueva York, donde Lorca expone las sensaciones que le produjeron ciertas estampas y vivencias de la ciudad norteamericana. El contenido de dicho poemario ha sido comparado con la visión que ofrece Fritz Lang en su película titulada Metrópolis, pues en las dos encontramos esa división que agrupa a los seres en dos grandes bloques: los poderosos o clase dominante y los desasistidos sin recursos de ningún tipo. Un buen ejemplo de estos últimos citados son los obreros de Metrópolis, obligados a trabajar hasta sentirse extenuados, y los trabajadores del poema “La aurora” de Poeta en Nueva York, donde sus protagonistas salen al alba a buscarse el sustento en un espacio deshumanizado.

A la vista de lo expuesto, podemos afirmar que Federico García Lorca fue un entusiasta del arte cinematográfico. Se impregnó del mismo y de él extrajo valiosos recursos que aplicó a otro arte: el de la literatura.

FLORA LOBATO







¿SABÍAS QUE ENTRE UN 8 Y UN 13% 
DE LA POBLACIÓN MUNDIAL ES ZURDA?

CARMEN MENDÍVIL


M.C. ESCHER, Dibujando manos, 1948

Pues así es y, al parecer, la zurdera es más común entre los varones sin que se sepa cuál es la razón y además el número de zurdos probablemente sería bastante mayor si no hubiera presiones culturales. De hecho, hay muchos zurdos que escriben con la mano derecha ya que fueron obligados a hacerlo durante su fase de aprendizaje y sin embargo utilizan el pie o la mano izquierda para otras actividades.

Según algunos científicos, una pareja diestra tiene menos posibilidades de tener un hijo zurdo en comparación con una pareja de zurdos cuya probabilidad de tener un hijo zurdo es del 40% por lo que según ellos, hay un factor hereditario. Los científicos que apoyan esta teoría dicen que las personas que son zurdas lo son desde el vientre materno ya que los fetos hacen movimientos de brazos, como puede ser el acercarse el pulgar a la boca, en los que predomina un lado. Las personas diestras tienen dominancia por el hemisferio cerebral izquierdo, los zurdos y ambidiestros, pueden presentar dominancia izquierda, derecha o cruzada, es decir, no tienen hemisferio dominante. Se habla de zurdo homogéneo si la lateralidad se corresponde con otros órganos, como el oído, el ojo, fosa nasal y la pierna, pues en el caso contrario se habla de zurdo parcial, o zurdo cruzado que es el que tiene lateralidad cruzada.

El pensamiento divergente —proceso de pensamiento de generar ideas creativas mediante la exploración de muchas posibles soluciones—, está muy presente en las personas zurdas. Esto puede deberse en parte al hábito, desde temprana edad de utilizar objetos para diestros y la necesidad de adaptarse a ellos buscando soluciones y generando así ideas creativas. En épocas pasadas la reputación de los zurdos no era buena. La zurdera era considerada una desviación y se intentaba “corregirla” para que la persona usara su mano derecha. Incluso, se los llegó a considerar como diabólicos o malignos. El costado izquierdo ha tenido históricamente mala reputación, “levantarse de la cama con el pie izquierdo” era ya señal de que todo iría mal ese día. En noruego, la expresión venstrehåndsarbeid (obra zurda) significa “realizado de forma insatisfactoria”. 


En la actualidad esto ha cambiado y los zurdos pueden desarrollar sus habilidades y recientemente ha surgido un mercado para zurdos bastante amplio que les facilita mucho la vida. Pero aún así, los zurdos se las han tenido y en muchos casos, se las tienen que seguir ingeniando para utilizar muchos inventos prácticos para diestros y adaptarse a ellos: Los instrumentos musicales, las tijeras, los abrelatas, el carrete de la caña de pescar, la posición de los controles en los aparatos... incluso con un cuchillo se corta mejor si se empuña con la mano derecha. Muchos zurdos se familiarizan con los utensilios diseñados para diestros sin dificultad pero es evidente que necesitaron un período de adaptación. Por ejemplo, las sillas con pupitre incorporado fueron una gran incomodidad para amigos míos zurdos. Estos problemas, obviados durante muchos años, fueron causa de incomodidad, dificultad, desventaja, frustración y a veces de peligro para los zurdos.

A lo largo de la historia, desde el punto de vista de los diestros, ser zurdo ha sido considerado como algo negativo; la palabra latina sinister quiere decir “izquierda” y  precisamente la palabra “siniestro”, que también significa “zurdo” (a diestra y siniestra) tiene unas connotaciones negativas que todo el mundo conoce. En la antigua China, el izquierdo era el lado “malo”. El adjetivo “zurdo” (en chino mandarín: , zuo) significa “impropio” o “desacuerdo”. En algunas partes de China, aún hay adultos zurdos que recuerdan con amargura el sufrimiento por su «crimen» y el consiguiente castigo traumático por no aprender a ser diestro, tanto en la escuela primaria como secundaria.

PRIMERA CÁMARA PARA ZURDOS

En el mundo islámico, una persona zurda es considerada sucia. La explicación es que, al no disponer de papel ni de cantos rodados, se utilizaba la mano izquierda para limpiarse después de defecar. Y como tampoco se disponía de agua en abundancia para lavarse las manos después, no estaba permitido utilizar dicha mano para nada más y mucho menos para comer. Muchos árabes no utilizan para ello cubiertos, sino los dedos de la mano derecha y comen directamente de ollas o fuentes que comparten con los demás. Por este motivo, la mano izquierda debe mantenerse oculta todo el tiempo y no puede servir para ayudarse. En Arabia Saudí debemos saludar, comer, coger cosas o indicar algo siempre utilizando la mano derecha. En el caso de la mano izquierda, ésta solo se usa para la limpieza personal, quitarse los zapatos o la ropa, y jamás debe de ofrecerse para ningún otro tipo de tarea, ni siquiera en el caso de tener la mano derecha ocupada. Los inuit, que nosotros conocemos como esquimales, creen que una persona zurda es un hechicero o un chamán y en Asia, un japonés podía repudiar a su esposa si se descubría que era zurda.

Lamentablemente, eran muchos los países en los que en las escuelas elementales castigaban al niño que escribía con la izquierda, les golpeaban con la regla en la mano o se la ataban detrás de la espalda. Se ha identificado a ser diestro con ser hábil: diestro proviene del latín dexter (como dexterity en inglés, o destreza en español). Por otro lado, existe la creencia que sugiere que los zurdos son más adaptables, inteligentes o creativos que los diestros: “tener mano izquierda”, es un dicho positivo en lengua española.



En la antigua Roma, los zurdos tenían una categoría especial entre los gladiadores ya que era una cualidad muy apreciada: la mayoría de los luchadores eran diestros por lo que estaban acostumbrados a luchar contra diestros y tenían problemas para enfrentarse a los zurdos puesto que todo el esquema de la lucha es inverso. Sin embargo, los zurdos estaban acostumbrados a medirse con diestros así que no tenían tanto problema. Cómodo, por ejemplo, era zurdo y cuando un gladiador zurdo moría no olvidaba mencionar ese rasgo en su epitafio. Las estrellas de la arena, por descontado, aprendían a usar las armas con ambas manos para no tener este problema.

El hecho de ser ambidiestro indica que las dos mitades del cerebro no han llegado a estar tan completamente especializadas, como quizás lo están en los individuos homogéneamente diestros (u homogénea-mente zurdos). Dentro del mundo animal, lo más extendido es la predominancia de la lateralidad derecha, tanto anatómica, como psíquica.

Como dato curioso, decir que la circulación motorizada por la izquierda, propia de países de tradición británica, se remonta a los coches de caballos. Como la mayoría de los cocheros usaban el látigo con la derecha, se dispuso la circulación por el lado izquierdo de la calzada, para no molestar a los viandantes.


BOLÍGRAFOS PARA ZURDOS

Se dice que la zurdera de Napoleón Bonaparte contribuyó al sentido del tráfico en el lado derecho de la carretera en la Francia post-revolucionaria. También se cuenta que el gran militar cabalgaba con la espada en su mano izquierda, y que organizó a su caballería de la misma manera. Se supone que esto podría permitir a la caballería atacar por la derecha a sus oponentes.

Zurdos famosos hay muchos y en todos los ámbitos: Alfred Einstein, Alejandro Magno, Bill Gates, Marilyn Monroe, Angelina Jolie, Julio Cesar, Pele,  Juana de Arco, Che Guevara, Sylvester Stallone, Vincent Van Gogh, Jimmy Hendrix, Paul McCartney, Amadeus Mozart, Beethoven, Napoleón, Stan Lee, Roger Taylor, Bruce Willis, Tom Cruise, Whoopi Goldberg, Robert De Niro, Aristóteles, Barack Obama, Ringo Starr, Kurt Cobain, Charles Chaplin, Steven Spielberg, Diego Maradona, Benjamín Franklin, Iker Casillas, Henry Ford, Rafa Nadal, Lionel Messi, Keanu Reeves, David Calle, Eminem y Lady Gaga, entre otros, eran y son zurdos. Durante mucho tiempo se ha creído que  Leonardo da Vinci, que escribía de derecha a izquierda y empezando por la última página, utilizando la escritura especular, era zurdo. Sin embargo, recientemente se ha confirmado que da Vinci era ambidiestro.

Y el famoso pistolero del Oeste, William Body, alias Billy El Niño… tampoco lo era.

Mi marido lo es J
CARMEN MENDÍVIL






ISABEL BANDRÉS




EL OFICIAL Y EL ESPÍA VERSUS RICHAD JEWELL 

Coinciden en las carteleras estas dos excelentes películas que tienen mucho en común: las dos son de directores que sobrepasan con creces los ochentas años y ambas nos hablan de la soledad del individuo ante el poder, aunque en dos épocas diferentes. Las diferencias, están en su manera de narrar y en ritmo que impone cada director a su obra. 

En El oficial y el espía, Roman Polanski nos narra el caso de Alfred Dreyfus, joven oficial del ejército francés, que es acusado de traición por pasar secretos de Estado a los enemigos y vecinos alemanes. Estamos a finales del siglo XIX, veinte años después estallaría la Primera Guerra Mundial, el antisemitismo se extiende por Europa y Dreyfus es un judío. Todo lo cual, hace que, a pesar de lo endeble de las pruebas que hay en su contra, sea condenado por el ejército, los jueces y la sociedad como traidor. Un poderoso estamento del Estado, el ejército, antepone sus prejuicios raciales al derecho de un juicio con las suficientes garantías probatorias y procesales. El coronel Georges Picquart, máximo responsable del Servicio de Inteligencia del Ejército y antisemita declarado, descubre que el caso se ha cerrado en falso. A pesar de ser militar y anti-judío, decide obedecer un código de honor propio que le impulsa a buscar la verdad por encima de cualquier otra consideración. Representa al hombre frente a la poderosa maquinaria del Estado. El caso Dreyfus traspasó las fronteras de Francia y conmovió a toda Europa. Los intelectuales tomaron diferentes posturas. Sus defensores se apoyaron en los principios de justicia, verdad y derechos. Sus antagonistas evocaron sus propias abstracciones: honor, patria y raza. Una voz que se alzó sobre todas, fue la del escritor Zola con su famoso artículo, “Yo acuso”.

La narración de Polanski pone el foco en la figura de Picquart. Este militar de profesión decidió no someterse a un ejército del siglo XIX altamente jerarquizado y a su normativa rígida y autoritaria. Se niega a mirar hacia otro lado y opta por complicarse la vida por alguien con quien no simpatizaba especialmente. Sabe que las consecuencias de su enfrentamiento con el todopoderoso ejército de Francia pueden costarle, como poco, su carrera y la marginalidad social, pero no da un paso atrás. No deja que su criterio sea doblegado y abandona la tranquilidad que le daría una actitud más sumisa. Picquart se niega a vivir a través de la institución a la que pertenece y borra cualquier signo de simbiosis con ella. Representa la independencia del individuo frente al grupo que pretende someterlo, robotizarlo: pensamiento único, todos a una, ni una voz discordante. Este hombre cambia “el paso” reglamentario por “su propio paso”. Y, sin embargo, logra desde su individualidad mantenerse en el ejército.

La narración es clásica, elegante y sobria. A pesar de tratarse de una historia conocida, nos mantiene atentos a la pantalla durante las dos horas  que dura su metraje. La sabiduría de Polanski queda manifiesta cuando mezcla la narración policial con la judicial y la romántica. El ritmo es pausado como requiere una investigación minuciosa sobre unos acontecimientos enmarañados. El ambiente y espíritu de la época están magníficamente reflejados. Hay que destacar la maestría de cómo va introduciendo personajes, escenarios y ambientes sin perder en ningún momento el ritmo narrativo.

Está interpretada por actores de solvencia, entre los que hay que destacar a Jean Dujardin en su interpretación del coronel Picquart.

Obra relatada sin histrionismos, ni sensiblerías. No se la pierdan. 

ISABEL BANDRÉS










En Richard Jewell es un modesto guardia de seguridad sin apenas educación que descubre un paquete bomba mientras está trabajando en las Olimpiadas de Atlanta del año 1996. Primero lo convierten en un héroe nacional y luego en terrorista cuando el FBI y la prensa sensacionalista lo señalan como al principal sospechoso de los hechos.

Eastwood nos narra como la potente maquinaria de las grandes organizaciones, FBI y los medios de comunicación, ejercen el poder contra un hombre corriente sin medios económicos, sin preparación y sin contactos sociales. El abogado independiente, Watson Bryan, decide enfrentarse, abandonando toda prudencia, al FBI y a la prensa con la dificultad añadida de que su cliente, Richard, es un alma cándida que tiene una fe absoluta en el sistema. En una narración en que fusiona el drama, la comedia y la intriga judicial, el director nos va contando las desventuras de un antihéroe que no entiende como “los suyos” y el sistema  en los que cree pueden traicionarle.

La película de Eastwood hace una crítica feroz de unos medios de comunicación corrompidos que sólo quieren vender periódicos y obtener grandes audiencias. Los policías tampoco salen mejor parados, son descritos como burócratas a los que les importa más salvar su puesto de trabajo que descubrir la verdad. Y los ciudadanos aparecen como un rebaño carente de pensamiento propio que se deja manipular y alienar por soflamas patrioteras y por interpretaciones interesadas de la realidad. ¿Les suena?

La narración es ágil, se sigue bien y se nota que el director quiere a sus personajes y nos traslada esa empatía a los espectadores. Una película repleta de frescura y dinamismo que hace una crítica feroz de nuestra sociedad. Quizá sobran los discursos finales cuando las imágenes ya nos lo han dicho todo.

Hay que destacar la actuación de Paul Walter Hauser (Richard Jewell) y de Sam Rockwell (Watson Bryant). Así como la de los actores secundarios: Olivia Wilde, John Hamm, Kathy Bates.

No se la pierdan, la disfrutarán.
ISABEL BANDRÉS
















VANESA  MARTÍN





"...QUE SI ME VOY SIEMPRE ME ECHES DE MENOS
SIN QUE TE COMPROMETA UN SOLO RATO,
CONTEMOS CORAZÓN QUE YA SABEMOS
CAER DE PIE COMO CAEN LOS GATOS" (V.M.)




PARA ESCUCHAR
PORQUE QUEREMOS VERNOS


PARA ESCUCHAR
PARA ESCUCHAR
DESCUBRÍ


PARA ESCUCHAR
DE TUS OJOS


MIRÁ VANE, NI LO DUDÉS...
EL PRÓXIMO 8 DE FEBRERO PODÉS PONER EN PIÉ A TODO EL MÍTICO TEATRO COLÓN DE BUENOS AIRES; 
INCLUSO A LOS DE LA BARRA BRAVA!!  
SOS UNA MINA QUE POR DERECHO, PODÉS!! 

VAMOS!! Y QUE LA FORTUNA FAVOREZCA A LAS VALIENTES!!

  

ESTO ES TODO, AMIGUIT@S

NO SE ME MOJEN... QUE ME ENCOGEN...