miércoles, 11 de septiembre de 2019










Quiero enviar desde aquí mi agradecimiento a todas las autoras que, desde puntos tan distantes como México, Costa Rica o Argentina, y otros más próximos como Valencia, Barcelona, Málaga o La Coruña, han participado en nuestro Primer Concurso de Relatos.

Debo añadir que, tanto la selección, como el cuento finalmente galardonado, han supuesto un arduo trabajo para las diez componentes del jurado, habida cuenta de la calidad de los relatos.

Vaya también desde aquí mi agradecimiento al jurado por su paciencia y su gran labor.

La competición, autoras, ha estado muy reñida.

¡Mi felicitación a todas vosotras!
¡Os animo a que sigáis escribiendo!



FALLO DEL JURADO

La elección de los relatos premiados se ha realizado mediante jurado


COMPOSICIÓN DEL JURADO:

Irene Gracia, escritora y pintora
Inés Alberdi Alonso, socióloga y escritora
Isabel Bandrés Sumerzo, Lda. Derecho y periodista
Carmen Insausti, científica hematóloga
María Luisa Maillard, prof. y escritora
Lidia Andino Trione, psicoanalista y escritora
Natalia Velasco Postigo, prof. y escritora
Elena González del Pino, Lda. ICADE, prof. Yoga
Ana Lobato, lectora de Eila Editores
Susi Trillo, editora y promotora de este concurso

QUIENES DECIDEN OTORGAR
LOS SIGUIENTES PREMIOS:
  
PRIMER PREMIO: 5 DÍAS. 1 HORA.
Autora: Carmen Centelles Guarc

SEGUNDO PREMIO: La escritora de bronce
Autora: Ara de Haro

TERCER PREMIO: Los fantasmas de mi vida
Autora: Raxá de Castilla Rosales 





En el blog de octubre comunicaremos la fecha y el lugar 
de entrega de los galardones


RELATOS QUE FORMARÁN PARTE DEL LIBRO QUE EILA EDITORES PUBLICARÁ CON LOS 10 MEJORES:

5 Días. 1 Hora. Autora, Carmen Centelles Guarc
La escritora de bronce. Autora, Ara de Haro
Los fantasmas de mi vida. Autora, Raxá de Castilla Rosales
Silba, silbón. Autora, Paola Andrea Vargas Moreno
Inmaculada. Autora, María Fernanda Castro Coba
La extraña ceguera de Makulay. Autora, Karessa M. Ramos Aguiñot
Hope. Autora, Eliana Yadira Cuéllar Aguilera
Naín y el valle de los cerezos. Autora, Asunción Pilar Rubio López
Vanitas, vanitatis. Autora, Xiomara Espartero Ruiz
Tirada de tres cartas. Autora, Camila Amal Gaibur Collao


¡¡ENHORABUENA 
A TODAS!!













EL POETA Y AMIGO DE AMMU, EMILIO GÓNZALEZ, PRESENTA SU LIBRO LA VIDA ES UNA HERIDA ABSURDA –POESÍA REUNIDA-, EL PRÓXIMO JUEVES DÍA 19 DE SEPTIEMBRE, A LAS 19:30H EN LA BIBLIOTECA EUGENIO TRÍAS DE EL RETIRO (Antigua Casa de fieras), MADRID.



Prendida en el verano
El mar ausente,
la sonrisa perpetua,
impenetrable.
Paso filoso
lamiendo la vagina del mundo.
Verde y amargo círculo de encuentros,
una tarde certera bajó sobre tus párpados.
Con las manos abiertas como raíces
fuiste árbol y sombra,
entrañable ritmo de ciudad.
Vendrán locos años de hastío,
suntuosos excrementos conyugales
y armas listas para dejarte morir entre mis brazos.
Naufraga a sotavento la seda vespertina.
La señora marquesa levanta impune sus faldas
y el pubis de la civilización
derrama pus y espuma ante el pirata.
Después del cruel tropiezo
gestos monumentales
quiebran la inercia del paisaje.
Entre las rojas barbas de Cronos,
un niño decapitado corre por la pradera,
transparente a las murallas,
dispuesto a crecer en el desierto. 


Este poema pertenece al libro LA VIDA ES UNA HERIDA ABSURDA -Poesía reunida- 1986/2016, de Emilio González. Ediciones Vitruvio, Colección Baños del Carmen, nº 783.

El libro será presentado el próximo jueves 19 de septiembre a las 19:30 h. en la Biblioteca Eugenio Trías de El Retiro (antigua Casa de Fieras).

La presentación estará a cargo del poeta Rafael Soler, el editor Pablo Méndez Jaque y el propio autor.








COMENTAREMOS LOS LIBROS DEL VERANO:



















DE DISLATES Y EVASIVAS DEL PODER 
ANTE LA MASACRE DE EL PASO, TEXAS
ROSARIO HERRERA GUIDO 
(Dese México)

Como se difundió, antes de que el supuesto genocida Patrick Crusius se apostara frente a una tienda de Walmart en El Paso, Texas, un tremendo documento apareció en la polémica plataforma “8chan”, un refugio para supremacistas blancos (xenófobos, paranoicos y psicópatas), que pronto borró su contenido, aunque minutos más tarde, Crusius comenzó a disparar contra cientos de personas que, según las autoridades, se encontraban en la tienda, matando al menos unas 20 personas e hiriendo a otras 26, como el peor tiroteo en la reciente historia de los Estados Unidos.

En el texto, que los medios de Estados Unidos adjudican al autor, se asegura que moriría justo el mismo día, aunque Crusius se entregó poco después a la policía sin resistencia. El fiscal de distrito, Jaime Esparza, para no buscarse problemas con Trump, concluyó a bote pronto que el caso va a ser tratado como “terrorismo doméstico”, y que se buscará para el genocida la pena de muerte.

 

¿Qué más puede hacer “el poder”, ante la sociopatía o psicopatía, que primero se prepara en la escuela de cacería del padre, luego en la venta masiva de armas y el negocio de la National Rifle Association, más tarde en el discurso de odio de Trump, desde su campaña o desde siempre? ¡Maten el mal, que quién sabe o quiere saber de dónde viene! ¡Qué ajenos y qué lejos están las autoridades del Primer Mundo y Tercer Mundo, para leer los signos sociales, interpretarlos e intervenir con políticas públicas y programas para en verdad superar o abatir la violencia y el genocidio!

El supremacista blanco, Patrick Crusius, comienza su “manifiesto” declarando su admiración al autor de los tiroteos en las mezquitas de Christchurch de Nueva Zelanda, donde fueron acribilladas al menos 51 personas, este pasado marzo. Como Brenton Tarrant, el australiano de 28 años, que transmitió su tiroteo por facebook, en Nueva Zelanda, asegura que su ataque es contra la “invasión hispana de Texas”. Y alega a su favor, como lo viene arengando Trump, desde su campaña y hasta la fecha, sin parar, el impresentable presidente de los vecinos del norte, que las personas extranjeras están desplazando a la “gente blanca” de “origen europeo”. Una paranoica idea, fundada en la egolatría o delirio de grandeza donde no cabe nadie, y que llega a la categoría de teoría racial “el gran reemplazo”, promovida por el escritor francés Renaud Camus, quien argumenta que las élites de Europa han estado trabajando para sustituir a los europeos blancos con migrantes de Medio Oriente y del Norte de África.

Patrick Crusius, difunde un manifiesto de cuatro hojas, con 2,300 palabras, que titula “La verdad incómoda”, donde ataca a mexicanos, hispanos y judíos, y les advierte que no ocuparán el lugar de los “estadunidenses blancos”. Y donde los congresistas demócratas también reciben sus ácidas críticas contra su estrategia de dar cabida creciente a la población hispana.

Un cruento documento para recorrer casi todo el país del norte y llegar a El Paso, a dar “el paso al acto psicópata” (cuando un delirio paranoico se materializa), justo en el centro de la crisis migratoria de Trump, tanto para elegirse como para reelegirse Presidente de USA. Pese a las extremas medidas para entrar y más para salir de los EUA, así como las múltiples campañas contra el “terrorismo internacional”, y que ninguna agencia se encarga de identificar “organizaciones terroristas” a nivel nacional. Ya que por enfrente de la FBI y la CIA pueden pasar los manifiestos genocidas por las ventanas de la Internet y ni quién se de cuenta.
 
Mientras Tanto, Patrick Crusius, en su discurso antimigrante, repite las diatribas de los supremacistas blancos: “Si podemos deshacernos de suficientes de ellos, entonces nuestra forma de vida puede ser más sustentable”. Y en uno de los instantes más agudos de su manifiesto, el atacante detalla las virtudes y defectos de las armas AK-47 y AR-15, sus municiones, el diseño de bala y “la penetración” que tendrían en los cuerpos de sus víctimas. Dígase en unas cuantas palabras “el goce psicopático con el dolor que produciría al asesinarlas”.

Y para cerrar con broche de oro, Patrick Crusius, a pesar de que el eje de su discurso parece clonado con las arengas de Trump contra los mexicanos desde la Campaña de Odio que lo llevó a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, intenta quitarle responsabilidad a los discursos de Trump sobre los inmigrantes y asegura que su posición es anterior a Trump. Aclaración no pedida acusación manifiesta. Además, desde la impecable dialéctica de Georg Hegel, sabemos que una negación es una afirmación. Su cuenta de Twitter lo confirma al incluir un hashtag “BuildTheWall” (construye el muro, el lema de Trump), además de una foto con pistolas que forman la palabra Trump). Pero Patrick Crusius, estrictamente dice la verdad, pues él ya tenía esas ideas antes de Trump. Claro que Trump no es el creador de la xenofobia, el racismo norteamericano o la psicopatía del joven, pero sí el que viene a cosechar una siembra centenaria que riega a diario desde antes de su campaña y presidencia, cuando se le vinculó con el Ku klux Klan y no por una fake news.

 

Para terminar, como siempre, los dislates y evasivas del “poder”, nunca se hacen esperar. Trump con sus twitters lamentando el cobarde y demente acto terrorista y agregando a regañadientes una posible regulación de las armas, a sabiendas que si quiere ser Presidente y reelegirse tiene que permanecer de rodillas ante la National Rifle Association (desvinculando su permanente discurso de odio de la masacre de Texas). Obrador, por su parte, primero confirma la muerte de mexicanos, en lugar del multihomicidio, alimentado a diario por la xenofobia de Trump, y al que con la sumisión de construirle su Muro con la Guardia Nacional, en ambas fronteras, le está ayudando a reelegirse, lo que sí va a hacer Historia. Luego, en otro twitter el Presidente del Gobierno de México, atribuye al libre mercado de armas en USA el genocidio de Texas, sin vincular por segunda vez las arengas de odio de Trump. Por último, tomando como espejo al fiscal de distrito, Jaime Esparza, para evadir problemas con Trump, Marcelo Ebrard, concluye que se trata de un caso de “terrorismo”, que debe ser aclarado para que no quede impune.

¿Qué más puede hacer “el poder”?, que como se tiene que cuidar de absolutamente todo y todos, no puede ni siquiera aventurarse por el sendero de la verdad. Una verdad, que no es bella, como creyó Platón, sino horrenda, pero que de callarla va a aullar a los cuatro vientos anunciando una inminente tragedia.

ROSARIO HERRERA GUIDO
(DESDE MÉXICO)




 ISABEL BANDRÉS

HACE OCHENTA AÑOS…

A las 4,45 horas de la mañana del 1 de septiembre de 1939, hace 80 años, comenzó la Segunda Guerra Mundial. Los cañones del acorazado Schleswig-Holstein abrieron fuego de manera sorpresiva sobre la guarnición polaca de Westerplatte, en el canal que conectaba Danzig, hoy Gdansk, con el Báltico. Rusia, por entonces aliada de Alemania, efectuó el día 17 del mismo mes su propia invasión por el Este. La intervención soviética acabó con cualquier posibilidad de la resistencia polaca. El infierno se había desatado en Europa y duraría hasta 1945. El mal absoluto arrasaría vidas, pueblos y naciones. La máquina de matar estaba bien engrasada y preparada para sembrar el horror durante cinco largos años.

Victor A. Lundy. Blog de dibujos de un arquitecto que vivió la guerra  

El sadismo radical se había puesto en marcha. La destrucción, la muerte, la tortura, el terror, todo serviría para destruir al otro, al distinto ya fuese judío, polaco, gitano, homosexual… Daba igual. Al diferente se le reducía a carne y se le despojaba de toda humanidad para poder ejercer sobre él el poder absoluto, el sometimiento total. La Segunda Guerra Mundial se cobró la vida de cuarenta millones de de personas, entre ellas, más de seis millones de judíos murieron en los campos de concentración. Europa quedó devastada. Millones de niños huérfanos, de familias arruinadas, de mujeres violados por las tropas enemigas, de tullidos, recorrían, tras finalizar la guerra, las fronteras buscando un lugar donde poder refugiarse e instalar su hogar. Lo que comenzó ahora hace 80 años, no finalizó realmente hasta décadas después. Las heridas fueron tan profundas que tardaron en restañarse. Y aún hoy, los ecos de aquellos hechos siguen persiguiéndonos. El recuerdo del mal absoluto es difícil de superar. Muchos sobrevivientes no pudieron recuperar nunca la confianza en el prójimo, ni lograron liberarse de la angustia de ver morir y sufrir a sus iguales lo que les llevó en tiempos de paz al suicidio. La Segunda Guerra Mundial no sólo arrasó la vida de millones de personas sino que destruyó de raíz en los sobrevivientes la savia para sostenerse: la esperanza en el otro y en la vida.

Victor A. Lundy 
Libro de dibujos de un arquitecto que estuvo en la Segunda Guerra Mundial. En concreto, éste está fechado el 6 de junio de 1944, el día "D" en el que las fuerzas aliadas lanzaron la mayor invasión anfibia y aerotransportada de la historia de la guerra, en la operación nombrada en clave como Overlord.


Sin embargo, poco a poco su recuerdo se va borrando en las generaciones más jóvenes. Hay otros problemas actuales en los que centrarse y recordar aquellos hechos suele resultarles un anacronismo. Pero, como señala Primo Levi, judío sobreviviente de Auschhwitz que se suicido en 1987: “Pocos son los países que pueden garantizar su inmunidad a una futura marea de violencia, engendrada por la intolerancia, por la líbido de poder, por razones económicas, por el fanatismo religioso o político, por los conflictos raciales. Es necesario, por consiguiente, afinar nuestros sentidos, desconfiar de los profetas, de los encantadores, de quienes dicen y escriben grandes palabras…”

 ISABEL BANDRÉS









A PROPÓSITO DEL JUEGO COMPULSIVO

LIDIA ANDINO TRIONE
PSICOANALISTA

El juego en general no es algo exclusivo de nuestro tiempo, tiene miles de años de antigüedad y ha estado muy presente en la mayoría de las culturas.

Entre todos los tipos de juego nos ocuparemos en este artículo de los llamados juegos de azar y, en especial, del juego compulsivo como una corrupción del propio juego, motivado por la fascinación de adquirir sin dificultad, de golpe y en un instante un "pasaporte a la felicidad".


Para la clase menos adinerada que trabaja penosamente sin mejorar su bienestar, la oportunidad del gran premio aparece como única manera de salir de la condición humillada o miserable. El juego compulsivo se opone, por tanto, al trabajo y aunque se le adjudique una función social carece de fecundidad cultural; además promociona la pereza, la superstición y el fatalismo.

El jugador concede valor de señal a todo tipo de presentimientos que en su fantasía prefiguran la buena o mala fortuna, así busca pues talismanes que lo protejan, horóscopos que prometen o amenazan con el oscuro poder de los astros. Desesperar de los propios recursos lleva a contar con el destino, que nunca es pensado como deseo; para quien se pone en manos del destino, resultaría tentador prever su fallo mediante cábalas o similares. Los sueños podrían indicar -presagio o premonición- el número al que apostar e incluso a cada objeto soñado se le adjudicaría un número en representación. La sumisión a fenómenos externos propone incluso fórmulas de justicia distributiva: "Desafortunado en el juego, afortunado en el amor".


Varios campos del saber se han beneficiado del estudio de las leyes del juego, pero lo que las matemáticas no han podido captar es que el placer del juego es inseparable del riesgo de perder. La compulsión al juego no sólo hace perder dinero, sino también y muy especialmente, salud.

A lo largo de la historia muchos han sido los personajes famosos que han sufrido esta compulsión. El protagonista de la novela El jugador de Dostoievski acumula cada vez más deudas apostando y se justifica en tal hecho indicando que la ganancia ansiada le permitirá regresar a Rusia escapando así de sus acreedores.  Sin embargo se aprecia en muchas de sus cartas que lo principal era el juego en sí, ya que nunca descansaba hasta perderlo todo; podríamos decir que se autocastigaba con el juego.

Generalmente estamos tentados de señalar a la compulsión únicamente en relación a los daños posteriores, cuando en la compulsión misma ya hay un conflicto, presente no solo en el juego sino también en el trabajo, las relaciones, el alcohol, etc.  Lo que se revela en ella es un vacío total de satisfacción, y ese es el problema central: la parálisis vital debida a un vacío de satisfacción en pos de una promesa de satisfacción absoluta, nunca alcanzada.
LIDIA ANDINO TRIONE
PSICOANALISTA









LA ENTUSIASTA ACOGIDA DEL CINE
EN EL ÁMBITO LITERARIO

FLORA LOBATO

Desde que la sociedad cuenta en su haber con el cinematógrafo, los universos de ficción no son estáticos; el mundo representado aparece en movimiento, y ello le confiere un mayor grado de realidad a los seres, a los objetos y a los acontecimientos que se contemplan en la pantalla. El dinamismo del cine provoca en el espectador una sensación de realidad que le permite ampliar su conocimiento, pues hasta ese momento sus capacidades habían sido mucho más limitadas, ya que los ciudadanos solo disponían de sus facultades sensitivas para hacerse una idea de la inmensidad del universo. Con la aparición del cine se rompen las fronteras de lo cognoscible y cualquier espectador, desde la butaca de una sala de una pequeña ciudad o de un pueblo, podrá contemplar horizontes nuevos con geografías diversas, habitadas por personajes que representan a seres de otras sociedades, organizadas de muy distinto modo.

El cine significó para el hombre la visualización de sus sueños de manera mucho más rápida que la Literatura, lo que provocó que muchos escritores lanzaran alabanzas al séptimo arte, y así lo hizo Francisco Ayala en su obra El escritor y el cine, en su apartado “Introducción”, donde se refiere al cine como su coetáneo, y considera que ha sido el espectáculo que más le ha emocionado. Otros autores unieron sus voces a las de Ayala, y reflejaron su sentir respecto al cine en revistas como La Gaceta Literaria, que vio la luz el 1 de enero de 1927, de la mano de su fundador Giménez Caballero, siendo su primer secretario Guillermo de la Torre.
 
Alice Guy, pionera!

Lo cierto es que la cinematografía impregna el universo de los escritores españoles y se percibe en el contenido de sus obras, así como en un nuevo modo de narrar más dinámico, debido a las nuevas técnicas provenientes de la observación cinematográfica. Román Gubern en Proyector de luna. La generación del 27 y el cine manifiesta que el interés de los poetas hacia el cine alcanzaba a algunos de sus procedimientos técnicos y concluye que la poesía ultraísta recibió de este nuevo arte la contaminación expresiva de manera autocomplaciente.

Podemos decir que estamos ante una relación de reciprocidad entre los autores españoles de los años veinte y treinta y el arte cinematográfico; ellos se acercaron al cine con fascinación, y este, a su vez, les permitió realizar notables transformaciones en sus formas de crear. El cine pasó a ser considerado la cúspide de la vanguardia literaria, lugar común bajo el que se acogían los distintos ismos: creacionismo, futurismo, ultraísmo, etc.

Dichos movimientos literarios proporcionaron visiones nuevas de la realidad, así como un mundo más dinámico con grandes ciudades mecanizadas a las que se accedía por medio del aeroplano, y la frase siguiente de Román Gubern en su obra citada previamente, refleja de manera fiel lo expresado:

“Con la rosa se condenaba el sentimentalismo cursi, blandengue y pasadista, mientras que con la máquina se exaltaba al cine, al avión, a la velocidad”.
FLORA LOBATO





ISABEL BANDRÉS





Un fotógrafo callejero de Bombay intenta satisfacer a su abuela, que le presiona para que contraiga matrimonio lo antes posible, presentándole a una extraña a la que convence para que se haga pasar por su prometida. De esa forma tan poco creíble ambos, Rafi y Miloni, crean un tierno vínculo amoroso.

Ritesh Batra, el director, mantiene a lo largo de toda la película un tono sereno, humilde, sin alardes ni sobresaltos. Sus criaturas son seres sencillos, silenciosos (a excepción de la abuela), que mantienen sus objetivos en la vida sin desmadrarse, que sufren las desdichas y los contratiempos sin rasgarse las vestiduras ni abrirse las venas, que afrontan los éxitos (la protagonista es la mejor estudiante de la India en cálculo matemático) con indiferencia. Aquí no hay cabida ni para los exuberantes musicales de Bollywood ni para los grandes traumas psicológicos ocasionados por las diferencias sociales, religiosas y culturales que esta pareja, condenada al fracaso desde el primer momento, soporta.

Una película bien contada, en la que las metáforas están maravillosamente utilizadas, se utilizan las elipses con sabiduría y se introduce lo mágico con naturalidad. Nada chirría en esta película que posee el encanto de lo humilde y lo sencillo. En ella todo fluye en un tono bajo, casi susurrante, sin dramones. En ella nadie se abre las venas a la desesperada y tampoco hay saltos de alegría ni pasiones desbordadas o tórridas. Y, curiosamente, sucede en una ciudad tan caótica como  Bombay lo que sirve de contrapunto a la serenidad interior de sus personajes.

¿Recomendable? Depende. Si usted es un espectador impaciente al que le gusta que en la pantalla pasen cosas de manera explícita, o es usted un amante del glamour, o de las emociones fuertes, o de la lucha de clases, o disfruta con la agitación de almas y cuerpos… Absténgase porque se aburrirá. Y lo más seguro es que allí donde yo he visto sencillez usted vea simpleza, donde ternura observe ñoñería y tanta serenidad le lleven al aburrimiento. Pero si está harto de películas llenas de chispa y gracia (signifique eso lo que signifique), de guiones falsamente complicados, de lenguajes cinematográficos  tan complejos como huecos y argumentos artificiosos vaya a verla.

No se la pierda. Le servirá para desintoxicarse de la pedantería y vaciedad que habitualmente llenan  nuestras pantallas. Yo pasé un rato muy agradable viendo esta tranquila y humilde película. Salí “en modo zen” y tras cuarenta y ocho horas, dos telediarios y una reunión de vecinos repleta de egos heridos, sigo manteniendo en mi interior el sosiego sereno de esta melancólica y encantadora historia.
ISABEL BANDRÉS
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En su novena película Tarantino nos lleva de la mano al Hollywood de 1969, año en que Sharon Tate fue brutalmente asesinada por la secta de Charles Manson, el hombre llegó a la Luna, la televisión era en blanco y negro y el movimiento hippy difundía por el mundo  su doctrina libertaria y contracultural. Era una época que terminaba para empezar otra nueva tanto en lo social como en lo cultural. Y es en esa frontera de cambio en donde una estrella venida a menos, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y su doble Cliff Booth (Brad Pitt) intentan amoldarse a los cambios del medio. Al mismo tiempo aparece una brillante vecina, Sharon Tate (Margot Robbie), que acaba de casarse con el prestigioso director de cine Roman Polanski. Estos son los mimbres de una historia bañada de nostalgia sobre una época y un lugar perdidos ya para siempre y que el director compone con una exuberante creatividad alejada de fórmulas manidas y convencionalismos narrativos. Durante 165 minutos, el director hace un ejercicio de libertad creativa que junto con su toral dominio de la técnica cinematográfica da como fruto una película  sofisticada, humana y divertida.

Erase una vez en Hollywood es un trabajo de elevada técnica en donde sus dos intérpretes hacen una composición extraordinaria de sus personajes. No podemos olvidar el encuentro de Rick con la niña en los estudios cinematográficos, ni las escenas de Cliff en el campamento hippy. Y en medio de la desesperación de un mediocre actor de westerns ante la constatación de que sus mejores días ya han pasado en el mundo cambiante de la industria del cine y la televisión, aparece una etérea Sharon Tate que con su juvenil alegría, despreocupación y bondad nos deslumbra. Y, además, el director ofrece homenajes y guiños a las series de terror, a los spaghetti western, a Bruce Lee, a la música de la época, hasta llegar a un final tan delirante e hilarante como antológico.

Se nota que Tarantino se divirtió haciendo está película: esos diálogos entre los personajes, el encadenado de los flashback mientras Cliff arregla una antena de televisión. Pero también desarrolla una mirada afectuosa hacia sus entrañables personajes: una pareja de amigos en declive en un mundo de se transforma, un niña actriz con toda una vida y una carrera por delante, una joven Sharon Tate que en este “Erase una vez…” el director nos la quiere devolver llena de vida y pletórica de felicidad. Aquí, como en otras películas (Malditos bastardos y Django encadenado), ejerce su veta revisionista de la realidad.

Sin embargo no todo le ha sido fácil para este film, han existido sectores que la han atacado pidiendo su boicot. Todo comenzó cuando una periodista del New York Times acusó a Tarantino, tras su estreno en el festival de Cannes, de dotar de pocos diálogos al personaje de Sharon Tate cuando, en realidad, es uno de los personajes tratados con mayor respeto y cariño por el director. La actriz Margot Robbie salió en defensa de Tarantino asegurando que su papel no se podía medir por la cantidad de diálogos. Era otra cosa. Y lo es, Tate simboliza en esta narración el idealismo de esa época y su presencia es luminosa en todas sus apariciones. Asimismo, le dota no sólo de gracia y desenvoltura sino de capacidad intelectual como cuando entra en una librería a comprar un libro de Thomas Hardy. Hacer una revisión reduccionista de la narración es abandonarse a lo fácil, sin querer entrar en el análisis de la complejidad de esta muy notable obra.
ISABEL BANDRÉS

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Esta película está basada en un hecho real. La mujer de Jacques Viguier desapareció sin dejar rastro y él es acusado de asesinato. Absuelto en el juicio por falta de pruebas, la apelación del fiscal lo lleva a revivir de nuevo el horror de un nuevo juicio. Y es en ese punto donde da comienzo la película, dirigida con gran habilidad por el debutante Antoine Raimbault. El título es un acierto. Se refiere a ese “estoy seguro” que todos alguna vez hemos dicho sin tener pruebas fehacientes de un suceso y dejándonos llevar por la intuición o los sentimientos.
Aquí se reflexiona sobre las consecuencias que tiene el juzgar al otro solamente por las apariencias y el papel de los medios de comunicación en la manipulación de la sociedad y de la justicia. Todos recordamos a falsos culpables (Dolores Vázquez, Valdivieso, Ricardi…), que la íntima convicción de unos y de otros les llevaron a la cárcel y ya en libertad tienen que soportar sobre sí la sombra de la duda de muchos; y eso a pesar de las pruebas exculpatorias tardíamente aportadas: son condenados sociales. En una sociedad bombardeada las veinticuatro horas por los medios de comunicación de masas la sentencia mediática es tan importante como la jurídica. Un hombre puede quedar libre a ojos de la justicia, pero si es señalado como culpable por la televisión o por la rumorología, hábilmente extendida por algún líder de audiencias, su vida social y familiar se convertirá en un calvario. Jacques Viguier así lo testifica en el juicio cuando narra el vacio social y laboral en el que ha vivido durante diez años. El infierno que le ha supuesto vivir bajo la sospecha, nunca probada, de ser culpable del asesinato de su mujer.

Llama la atención cómo, en varios tramos de la película, se alude al gran Alfred Hitchcock, como el director favorito del acusado y se nombran dos títulos de su filmografía (Crimen Perfecto y Falso culpable) referentes, sobre todo Falso culpable, que nos recuerdan constantemente esta narración. Es como si el director quisiese adelantarse a la percepción del público.

Una película bien narrada que posee suficiente tensión con aspectos de thriller. Tanto las actuaciones de los protagonistas como la historia enganchan y logran que el espectador esté en continuo estado de expectación por conocer más detalles del entramado. Pocas veces una película de estas características, coloca al público ante una situación que le haga reflexionar sobre la necesidad de crear dudas razonables, ante la ausencia de pruebas y sobre la vaciedad de contenidos y argumentos de la mayoría mediática y social. Y la necesidad psicológica que tenemos ante un crimen, de señalar a un culpable haya pruebas o no.

Otros de sus logros es la composición del personaje ficticio de Nora (Marina Foïx), una cocinera madre soltera y amiga de la hija del acusado, que está convencida de la inocencia de Jaques Viguier y trabajará obsesivamente para que quede libre. Pero esta heroína no está tampoco libre de prejuicios, que le llevan a certezas tan poco fiables, como las utilizadas por la fiscalía para culpar a su defendido. En el juico de esta película no se defiende a un hombre, se defiende el principio “in dubio pro rato” es decir, la necesidad de probar los hechos y en caso de duda o falta de pruebas dictar sentencia a favor del reo. Ese es el alegato final del abogado defensor cuando se llega al climax de la película.

Resumiendo, una película bien contada con un trabajo actoral muy eficiente y que es algo más que una película de juicios, ya que nos retrata la banalidad de los medios de comunicación y la vaciedad de la sociedad que los consume. Hay que destacar el logrado perfil psicológico de los diferentes personajes. 
ISABEL BANDRÉS

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La colaboradora de esta sección fija sigue de vacaciones; pero nos ha dejado esta bonita foto para que adivinemos dónde está... La Toja, el Sardinero, Zarauz… No sé, la palmera despista un poco... 











SUSI TRILLO



ROSALÍA DE LOS ÁNGELES



PARA ESCUCHAR "SI ME DAS A ELEGIR" (Los Chunguitos)



PARA ESCUCHAR "PALABRAS PARA JULIA" (José Agustín Goytisolo,)



PARA ESCUCHAR "AUNQUE ES DE NOCHE" (San Juan de La Cruz)




PARA ESCUCHAR "MALAMENTE" (Rosalía Vila)




Y ESTO ES TODO, AMIGUIT@S

"La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares,
tendrás amigos, tendrás amor…"
                                                           (J.A.Goitisolo)

                   ...y SI NO, LLAMA!!