NOS DEJÓ ANA MARTÍN GAITE
IN
MEMORIAM
NATALIA VELASCO
Fallece Ana María Martín Gaite, a
los 95 años,
el 27 de mayo de 2019, en un hospital de Villalba.
Entramos en contacto con Ana María
Martín Gaite, a través de María del Mar Rueda, que nos puso en
contacto con el párroco del Boalo, con quien colaboraba Ana en las tareas que Cáritas llevaba a cabo en el pueblo. Lo
primero que hicimos Luisa y yo fue asistir a una misa que dicho párroco daba en
Chamartín, una misa en la que reinaba una cierta anarquía y que se servía de la
palabra de Dios para dar la palabra a los humanos, que desahogaban sus
desazones en el recinto sagrado. Al terminar la Eucaristía, le comentamos al
párroco nuestro proyecto de publicar la biografía de Carmen Martín Gaite y le
pedimos que intercediera por nosotros ante Ana y le entregara nuestro número de
teléfono o que, a través de él, nos facilitase ella el suyo. Una semana más
tarde, teníamos el número del teléfono fijo de Ana y poco después, aparecimos
en la finca del Boalo con una orquídea en la mano.
Cuando Susi, Luisa y yo, llegamos a la
puerta de la finca, lo primero que me llamó la atención fue que no estuviera
vallada, que pudieran verse los árboles y
las peñas que había en medio de la finca y con las que, allá por los
sesenta, los canteros del lugar habían construido la casa. Una vez dentro,
amapolas, urracas y abubillas campaban a sus anchas. Carmen escribió un texto
precioso en homenaje al Boalo titulado “Último refugio”, publicado en su libro Agua pasada donde decía: “A pesar de que
no son más que cincuenta kilómetros los que lo separan de Madrid, El Boalo es
un pueblo que no sale al paso tan fácilmente, que hay que tener un olfato
especial para toparse con él, porque tiene algo de refugio sagrado, que no se
busca, se encuentra.” Tras la muerte de sus padres, las hermanas compartían la
casa con salidas y entradas independientes. Por su forma de comportarse, su
padre las llamaba Marta y María. Siempre fueron dos mujeres autónomas y tenían
caracteres bien diferenciados. Aun así, se mantuvieron unidas y se apoyaron en
los momentos difíciles, sobre todo a partir de la muerte de Marta, la sobrina
de Ana e hija de Carmen.
Natalia Velasco y Ana Martín Gaite, la primera vez que fuimos a verla. La imagen habla por sí sola: nuestro proyecto de editar la biografía de su hermana Carmen, le encantó
Habían sido educadas en casa, con
profesores particulares porque su padre no quería llevarlas a colegios de monjas.
Anita, dos años mayor que Carmen fue enviada a Madrid para estudiar en el
Instituto-Escuela, proyecto que se vio interrumpido en el verano de 1936 con el
estallido de la Guerra Civil, y acabó trabajando en la ONU, como correctora de
Naciones Unidas, organismo que, según sus palabras: “Nunca ha servido para
resolver nada”. Desde Luxemburgo se relacionó con María Zambrano y con José
Ángel Valente. Era menuda y locuaz, cariñosa y singular. Se expresaba con
llaneza y desparpajo castellanos y nos llenaba de historias y anécdotas que
mantenían viva la memoria de los años 50 y de esa generación de escritores sin
los que no podría entenderse España. Visitamos con ella la parte de la casa
donde estaban la biblioteca, los muebles, los posters y los objetos personales
de su hermana; leyó el primer esbozo de la biografía, me animó a seguir
adelante y nos proporcionó las fotografías que incorporamos a la edición.
Tras
la muerte de Carmen Martín Gaite, en el verano del año 2000, Anita sintió la
responsabilidad de cuidar su legado y de impulsar la publicación y la reedición
de algunas de las obras de su hermana. Ella se sabía la última de la estirpe
Gaite. Rescató textos de miles de cajas que tenía guardados en el piso de
O’Donnel: “!Cómo se puede escribir tanto! Nos dijo. Destruyó también, a menudo
entre lágrimas, la correspondencia personal de la autora con Sánchez Ferlosio,
con su padre y con su hija Marta, para salvarla de los hispanistas ávidos de una
vida personal que el autor no hubiera querido que se publicara.
Consiguió
que se editara la maravillosa obra Cuadernos
de todo. Pero además, Los parentescos
(obra inacabada), Pido la palabra, Tirando
del hilo, El libro de la fiebre o
la edición de sus obras completas que han permitido un mayor conocimiento de la
obra de Carmen cuyo archivo está depositado y a disposición del investigador en
la Biblioteca de Castilla y León.
Consagró
sus últimos años a crear una Fundación que fuera un centro de estudios de los
años 50, para recordar, y quién sabe si recuperar, los
valores morales y culturales de la España de los 50. Nos decía que la familia
era responsable de mantener viva la memoria y el legado del escritor y no
entendía que autores de la talla de Medardo Fraile, Fernández Santos o García
Hortelano, estuvieran olvidados.
En la dedicatoria que abre el libro Entre visillos, se puede leer: “Para mi hermana Anita, que rodó las
escaleras con su primer vestido de noche, y se reía, sentada en el rellano”.
Los que la conocimos pudimos compartir su sensatez y sentido del humor y le
estamos agradecidos por su generosidad y cercanía.
Ana Martín Gaite reposa en el Boalo, junto a sus
padres, su sobrina Marta y su hermana Carmen.
Gracias Anita.
Ana Martín Gaite entre María Luisa Maillard y Natalia Velasco, aquella fría tarde de febrero en que le entregamos la biografía ya editada por AMMU de su hermana Carmen, que Natalia había escrito.
NATALIA VELASCO
...NOS DEJÓ MUY TRISTES SU PARTIDA, PERO SIEMPRE LA VAMOS A RECORDAR
PRÓXIMA TERTULIA LITERARIA
ESTOS SON LOS LIBROS PARA EL VERANO
“Ordesa, la novela más
personal del escritor Manuel Vilas, se
ha convertido ya en un libro de referencia para el
público y la crítica. Publicada el 18 de enero de este año, Ordesa ha
alcanzado su sexta edición,
con más de 25.000 ejemplares, y sus derechos han sido vendidos ya a varios
idiomas. Escrito a ratos desde el desgarro, y siempre desde la emoción, Ordesa es una crónica íntima
de la España de las últimas décadas, pero también un relato sobre todo aquello que
nos recuerda que somos seres vulnerables, sobre la necesidad de levantarnos y
seguir adelante cuando nada parece hacerlo posible, cuando casi todos los lazos
que nos unían a los demás han desaparecido o los hemos roto. Y sobrevivimos”.
“Escritor español. Ha
sido colaborador de Heraldo de Aragón y El Mundo, y en la actualidad lo es de los periódicos del
grupo Vocento,
así como de los suplementos literarios Magazine (La
Vanguardia), Babelia (El País) y ABC Cultural (ABC). En la actualidad es colaborador de "El
País" (2019). Colabora también con la Cadena Ser. Vive entre Madrid y Iowa City.
Situado como uno de los
grandes poetas españoles de su generación, su estilo integra con naturalidad el
discurso realista con las imágenes visionarias. Como narrador ha desarrollado
una importante labor crítica de la cultura, y en sus
obras abunda la parodia, los mitos del pop y la reflexión sobre el capitalismo.
Su última novela
"Ordesa" (Alfaguara, 2018) ha sido un fenómeno literario en España,
con 14 ediciones en menos de un año y más de cien mil ejemplares vendidos. Ha
sido libro del año 2018 para medios como "El
País", "La Vanguardia", "El Mundo", "El
Correo", entre otros muchos. "Ordesa" ha sido contratada en
varios países, como Estados Unidos, Francia, Italia, Portugal, Alemania,
Polonia y Reino Unido. En enero de 2019 han aparecido las traducciones al
italiano y al portugués. "Ordesa" trata el tema universal de la
relación entre padres e hijos y se ha visto en esta novela un ejemplo de
moderna autobiografía, en donde la vida del autor es narrada con ánimo de
encontrar la verdad y el misterio de la vida”.
La historia de un ambicioso joven
de provincias que se enamora de una mujer casada sirvió a Flaubert para crear
uno de los hitos estilísticos de la literatura universal, quizá su obra maestra,
sin duda una de las novelas más perdurables de todos los tiempos. En la
cubierta del barco que le lleva de París a su ciudad natal, Frédéric Moreau se
quedará prendado de la belleza de la señora Arnoux, punto de arranque de las
tribulaciones de un joven que sueña con alcanzar fama y fortuna y que, de
regreso a París, frecuentará al señor Arnoux para estar cerca de su secreto
amor. Todo ello tendrá lugar en un escenario esplendoroso, el París de mediados
del siglo XIX, la capital de la burguesía emergente, donde la intensidad del
placer se mezcla con el inevitable tedio y el resplandor de uno de los períodos
cruciales de la historia europea: la revolución de 1848.
(Ruán, Francia, 1821 - Croisset, id., 1880) Escritor francés.
Cronológicamente el tercero de los grandes novelistas del realismo francés
(tras Stendhal y Balzac), Gustave
Flaubert fue el más exigente y perfeccionista de ellos en materia de
objetividad y estilo
Hijo
de un médico, la precoz pasión de Flaubert por la literatura queda patente en
la pequeña revista literaria Colibrí, que redactaba íntegramente, y en la que
de una manera un tanto difusa pero sorprendente se reconocen los temas que
desarrollaría el escritor adulto. Estudió derecho en París, donde conoció a
Maxime du Camp, cuya amistad conservó toda la vida, y junto al que realizó un
viaje a pie por las regiones de Turena, Bretaña y Normandía. A este viaje
siguió otro, más importante (1849-1851), a Egipto, Asia Menor, Turquía, Grecia
e Italia, cuyos recuerdos le servirían más adelante para su novela Salambó.
Excepto
durante sus viajes, Gustave Flaubert pasó toda su vida en su propiedad de
Croisset, entregado a su labor de escritor. Entre 1847 y 1856 mantuvo una
relación inestable pero apasionada con la poetisa Louise Colet, aunque su gran
amor fue sin duda Elisa Schlésinger, quien le inspiró el personaje de Marie
Arnoux de La educación sentimental y que
nunca llegó a ser su amante.
FINAL CONCURSO
El día 31 de mayo finalizó la fecha de entrega de
los manuscritos que han acudido a la llamada del Primer Concurso de Relatos AMMU,
realizada a través de nuestro blog. Agradecemos sinceramente la participación
de autoras provenientes de diversos lugares de España: Madrid, Málaga,
Valencia, Barcelona, Sevilla, Huesca, La Coruña, Ibiza, Asturias; así como el
de nuestras hermanas de lengua provenientes de Buenos Aires, México y Ecuador.
El próximo mes de septiembre se publicará el fallo del jurado en este blog de AMMU. ¡Mucha
suerte a todas!
Fdo.: María Luisa Maillard
Presidenta de AMMU
RESEÑA DE NUESTRA ÚLTIMA BIOGRAFÍA
LA Nº 40, VIDA DE REMEDIOS VARO,
DE AMPARO SERRANO DE HARO
Amparo Serrano de Haro es doctora, profesora titular de Historia
del arte en la UNED desde el año 2000 y escritora. Ha estudiado en la
Universidad Complutense, la UNED y tras la obtención de una beca Fulbright, en
el Fine Arts Institute de la Universidad de Nueva York y también ha trabajado
en el MOMA de Nueva York. Sus líneas principales de investigación giran en
torno a la iconografía artística y la historia de género, del siglo XX, del XXI, del Renacimiento y
del Barroco. Tiene distintas publicaciones, entre las que destaca su tesis: Palabra y pintura. La
tradición crítica del arte anglo-norteamericana (1850-1950). Uned 2000; el libro monográ-fico: Mujeres
en el Arte, Plaza & Janes,
2000; y los capítulos “Representaciones de la mujer en la historia de la
pintura” del libro Sustrato
cultural de la violencia de género. Síntesis, 2010; “Sofonisba Anguissola: leyenda y pintura”
del libro Retrato de la mujer Renacentista del que fue coeditora, UNED 2011, o también el capítulo
“La gabardina de Warhol: piel de plástico” en el libro El sentido de la piel, Fundación Cañada
Blanca, Alicante, 2015 y finalmente “Retrato de la pintora barroca, del libro Los
realismos del Barroco, UNED, 2016. Y recientemente “La mujer artista en la noche
surrealista” Edición de la Comunidad de Madrid. 2018. De sus novelas conviene
destacar las dos publicadas en editorial Débate: Mujeres de mármol y Nocturno
de Nueva York, su participación
en tres colecciones de cuentos. Y su novela: La luna de Artemisia sobre
la pintora del Barroco italiano, Artemisia Gentileschi, (publicada por Fuente
de la Fama. Valladolid 2012) por la que recibió el Premio Marguerite Yourcenar
del año 2013. Ha dado conferencias en la Fundación Thyssen, la Fundación March,
el Museo del Prado, University of Florida, University of Kentucky, University
of South Carolina, Universidad de Lille, the Renaissance Society of America
(RSA), la Universidad Libre de Bruselas (ULB), el Instituto Cervantes, etc.
¿A QUÉ ESPERÁIS?
!!!CORRED A COMPRARLA!!!!
UN AÑO MÁS EN LA FERIA DEL LIBRO!!
Firma del día 14: Amparo Serrano de Haro, Vida de Remedios varo; Laura Pereira, Vida de Christine de Pizan; María Luisa Maillard, Vida de Elena Fortún y Diálogos de mujeres. Con la niña Nerea Jiménez Alkorta.
Las autoras con A.Pilar Rubio, autora de dos de los libros de nuestra colección: Vida de María Moliner y Vida de Carolina Coronado.
María Luisa Maillard entre Lidia Andino Trione, autora de Vida de Ada Byron y Vida de Lou Andreas Salomé y el poeta Emilio González
A TODOS LOS QUE OS PASASTEIS POR NUESTRA CASETA...
MUCHAS
LA
OTRA MIRADA
MARÍA LUISA MAILLARD
En el siglo XVIII,
cuando el fenómeno de la globalización, potenciado hoy en día por el
crecimiento acelerado de los medios informáticos, solo existía como una
incipiente utopía de universalización de los valores del mundo occidental, era frecuente
mostrar la realidad de un país desde la mirada ajena de un extranjero. Es el
caso de Letras persas de Montesquieu
en 1717 y de Cartas marruecas de José
Cadalso de 1789. El autor francés presenta las ideas políticas que estaba
desarrollando el pensamiento occidental, monarquía y democracia, a través de la
mirada oriental de Usbek; mientras que Cadalso escoge mostrar la realidad
española a través de la mirada, desprovista de prejuicios, de los marroquíes
Gazel y Ben-Beley.
La segunda mitad del
siglo XX nos ofrece una experiencia semejante, a pesar de la globalización que
uniformiza los usos y costumbres de los ciudadanos, través de la mirada de ciertos
autores. Aquellos que, habiendo vivido bajo el régimen estalinista, arriban al
mundo occidental y contemplan, carentes de prejuicios, la evolución que ciertas
categorías básicas, definitorias antaño de lo humano, están sufriendo en las
sociedades que viven teóricamente bajo las ideas de democracia y libertad. Es
el caso, entre muchos otros, de la mirada de Adam Zagajewski, el autor que hoy
nos va a guiar en esta breve reflexión.
El autor polaco engloba dichas categorías básicas bajo el término
de "vida espiritual", cuya materia, según su criterio, está compuesta
a partes iguales de la experiencia de los cotidiano y de la preservación de
esos intervalos en que se nos proporcionan experiencias, que él denomina
"extáticas" y que son la fuente de la creación, pero también de la
libertad íntima y de la moral profunda. La primera reflexión del autor es que
el hecho de la existencia de la vida espiritual, y de su necesidad, se
presentan de forma más nítida cuando se vive bajo un régimen como el
estalinista que te la arrebata por la fuerza, y es necesario llegar a la
heroicidad, afrontar la prisión y la muerte, para defenderla.
Esta postura no es
una defensa del totalitarismo. Su condena de estos regímenes no sólo es nítida
sino que nos ofrece algunas de las reflexiones más agudas sobre su naturaleza
profunda. Como, cuando por ejemplo en su novela Dos ciudades, reflexiona sobre cuál era el complot de esa
revolución cruel y radical, y llega a la conclusión de que el objetivo era la
reducción de la variedad de tipos que a lo largo de los siglos había dado la
humanidad —el Timador, el Parlanchín, el Seductor, la Seducida, el Sacerdote,
el Artista etc.—, a solo tres: el Funcionario, el Obrero y el Policía. Lo que
resultó inesperado, añade el autor, fue que, de la gran variedad de tipos a
eliminar, sobreviviera el que quizá pudiera resultar el más repugnante: el del
Propietario. No podemos tampoco dejar de reproducir su escueta definición del
marxismo: "Marx encontró un remedio para el sufrimiento: lo enfocó
científicamente. A partir de entonces pudo dormir tranquilo, al igual que los
innumerables marxistas de todo el globo terrestre y los satélites que giran a
su alrededor". No, su reflexión sobre la nitidez con la que se nos muestra
la evidencia de nuestro ser profundo cuando es amenazado no es una defensa del
totalitarismo sino una llamada de alerta sobre los peligros que acechan, y
probablemente no reconocemos, en las sociedades libres.
Partidario del
equilibrio, de la negociación más que del ajusticiamiento del contrario, de la
búsqueda honesta más que de los pronunciamientos radicales, afirma que "el
individualismo exacerbado y el colectivismo radical constituyen la misma
amenaza a la vida espiritual". Tesis que defiende en su libro Solidaridad y soledad, donde aboga por
un pacto entre estos dos elementos básicos de la humanidad. ¿Pero cuál es la
amenaza en las sociedades occidentales, nuestra amenaza? No sólo la
multiplicidad visual y auditiva que nos rodea, que dificulta la experiencia de
la soledad, imprescindible para el crecimiento de la vida espiritual y dificulta,
por ejemplo, vislumbrar el universo a través del trino de un pájaro, del primer
brote verde de la primavera o de una sonrisa amiga. De forma paralela, la
deriva del pensamiento occidental hacia el relativismo, el escepticismo y la
ironía, que suman a la multiplicidad material, la espiritual, lleva a los
individuos, aturdidos por la avalancha de información, ofertas y opiniones, a
buscar asideros de totalidad en dioses menores, algunos más o menos inocuos como
el animalismo; pero otros que ya han demostrado su eficacia asesina como la
deificación de la historia y sus utopías modernas, con su desprecio del valor
del individuo de carne y hueso, y que desplaza nuestras frustraciones a la
responsabilidad exclusiva de un Estado opresor, sólo para sustituirlo por otro
más opresor aún. El desplazamiento de nuestras frustraciones íntimas hacia un
supuesto enemigo exterior, implica, entre otras cosas, una merma de nuestro ser
interior, de su moral, su responsabilidad y, en definitiva, de su libertad.
La mirada perspicaz
de Zagajewsky acaba descendiendo siempre al yo concreto de carne y hueso y se
centra en un fenómeno que ha sucedido en su país, pero que se convierte en un
paradigma del yo moderno, un yo que encuentra su consistencia en la oposición a
las diversas manifestaciones de la historia y la política, su única morada. La
fuerza de la palabra "no", indispensable en ciertas situaciones
extremas como las que se producen en un régimen totalitario, acaba teniendo
vida propia retroalimentándose y finaliza por amenazar a la gran palabra
"sí", donde vibra la alegría de existir, no exenta de dolor: "La
palabra no —dice el autor—, apunta a un pequeño fragmento del mundo,
mientras que la casa de la existencia tiene muchos aposentos".
Y la casa de la
existencia, en una sociedad democrática, no es perfecta porque siempre habrá
intentos desde el poder para acallar ese algo indómito, misterioso y a-histórico
que hay en el hombre y que tradicionalmente se ha manifestado mediante el arte
y la religión; pero a diferencia de los regímenes totalitarios, la democracia tiene
mallas y zonas en blanco que permiten esquivar el poder dominante, siempre
claro, que se sea consciente de las amenazas reales que acechan a la vida
espiritual.
MARÍA LUISA MAILLARD
VIOLENCIA
ISABEL BANDRÉS
La violencia la llevamos en nuestro
ADN. Incluso un niño de dos años, querido y cuidado en un hogar apacible, se
enfrenta dando pataditas o mordiscos a todo aquel que quiera quitarle lo que el
más ama: su mamá, su trozo de pan o su juguete preferido. Luego viene la
socialización y las capas de cultura: hay que compartir, no se pega, pide
perdón, debes cuidar de tu hermanito pequeño… Y un poco más tarde la inmersión
en los deportes, mejor es pegar patadas a un balón que al otro, y los años de
cole donde se aprenderá materias que le llevaran a otras actividades que las
meramente físicas como son reflexionar, crear, pensar… Y sobre todo, mucho
cariño. Pero todas esas capas nunca terminan de ocupar de todo el núcleo de
nuestra naturaleza: somos primates muy evolucionados, pero primates. Hemos
arrasado con fuego, lanzas, bombas y de mil maneras posibles civilizaciones,
pueblos, tribus… Y al fin, en Centro Europa, tras la Segunda Guerra Mundial,
vivimos en paz. Setenta años de paz, lo nunca visto.
En esos setenta años hemos descubierto
cientos medicinas que han alargado nuestra vida y hemos inventado artilugios como
los ordenadores y teléfonos móviles que han hecho que estemos permanente
comunicados. Alta tecnología para el mono evolucionado que en muchos casos
decide utilizarla a modo de honda para lanzar piedras, como hacían nuestros
antepasados de las cavernas. Hace unos días una mujer joven decidió quitarse la
vida porque un hombre, compañero de trabajo, lanzó a las ondas wifi un vídeo en el que se veía
explícitamente como mantenían relaciones sexuales. Fue una sola vez. La mujer,
casada y madre de dos niños, se negó a seguir con esa relación y con esa negativa
cavó su tumba laboral, social y familiar. Su vida se convirtió en un infierno
hasta que decidió suicidarse colgándose de una viga en su domicilio. Suponemos
la angustia y la soledad a la que fue sometida. Un hombre despechado ejercitó
su poder sobre ella lanzando la primera piedra en forma de un video íntimo y la
jauría humana hizo el resto humillando, señalando, murmurando hasta que la
dejaron sin aire.
Y esto mismo sucede en los colegios,
en los trabajos, en las familias donde los más débiles sufren atropellos
físicos o humillaciones verbales por parte de los más fuertes. Apenas hace un mes,
una joven murió a manos de su pareja. Hace el número 1.000 en la terrible
contabilidad de las victimas de género. La violencia es siempre el ejercicio del poder sobre el otro. ¿Y qué
mayor demostración de poder que hacer de la vida del otro un infierno para
terminar quitándosela? García Adán, un proxeneta, les gritaba a las mujeres que
explotaba, "¿Quiénes son ustedes? Nadie, ustedes no son nada. Si les pasa
algo, ¿quién va a preguntar por ustedes? Nadie. Yo les pego un tiro y las llevo
a enterrar a una gruta y nadie pregunta". El violento elimina al otro como
persona, lo cosifica. El otro no es nadie, ni nada. Sólo existe para utilizarlo,
para someterlo. Es lo que hacían los nazis en los campos de exterminio y los estalinistas
en Siberia: ejercitaban su poder absoluto sobre el otro. Es lo que hacen hoy los
hombres que maltratan y matan a sus parejas, las bandas de adolescentes que
empujan hasta el suicidio al compañero de pupitre, los proxenetas, los altos
ejecutivos y políticos que arruinan naciones llevando a cientos de miles de
ciudadanos a la pobreza. Porque la violencia tiene mil caras y ninguna es
buena. Posee cientos de máscaras que a
veces son difíciles de identificar: la sutil humillación, la manipulación, la
maledicencia… Y es que la sangre de la que se alimenta no es siempre roja ni fluida, pero es sangre.
“No hagas mal a nadie e intenta
ayudar” es el principio en que todos los teóricos de la moral se esfuerzan en
desarrollar y difundir con mayor o menor fortuna. Hanna Arendt nos habla de una
ceguera emocional por la que los individuos pierden el sentido de la compasión
y la capacidad de sufrir y gozar con los otros. El filósofo Habernas escribe
sobre la necesidad de reforzar el impulso ético hacia la justicia sin olvidar
la compasión por el otro. Ojala, que un día ese primate pensante que somos
todos mire a los demás con mirada compasiva y sustituya el placer que le
produce el ejercicio del poder sobre los demás por el gozo de compartir la
vida.
ISABEL BANDRÉS
PRIMERO FUE LA LITERATURA;
DESPUÉS, EL CINE
FLORA LOBATO
El cine, desde su nacimiento, volvió su mirada al milenario arte de la literatura, y a partir de este momento se entreteje el vínculo entre estos dos medios de expresión que, con el tiempo, no ha hecho sino acrecentarse. Son varios aspectos los que el cine toma de la literatura: temas, técnicas narrativas, historias, etc. Una de las áreas más sugestivas para su estudio es la de las adaptaciones o películas que se basan en historias de novelas o textos dramáticos que, al ser llevados al cine, obligatoriamente, habrán de sufrir transformaciones, supresiones y añadidos, pues si bien el cine y la literatura poseen rasgos afines, no es menos cierto que son medios diferentes y ambos se sustentan en sus características propias.
En las primeras décadas del siglo XX, España no gozaba de una situación cultural esplendorosa. Se podría considerar un país “pre-moderno” como lo denominaba Román Gubern; no obstante, el descubrimiento de los hermanos Lumière en el año 1895 hizo su mella en España, como en la mayoría de los países del entorno; la influencia del cine atravesó incluso fronteras entre continentes, y ciudades de Egipto como El Cairo y Alejandría también vivieron la revolución que supuso el descubrimiento del cinematógrafo.
A pesar de la situación de conflicto que reinaba en España en las décadas citadas, también se advertían ciertos brotes de modernidad que pugnaban por encontrar su espacio, dando lugar a lo que Machado llamó “las dos Españas”. Y en esta dicotomía, formada por conservadores y los que se querían subir al carro del progreso, surgió la transformación cultural que se estaba dando ya previamente en Europa.
En España se produjeron una serie de acontecimientos: la llegada de artistas desde París que se instalaron en Barcelona, debido a la Primera Guerra Mundial o los conflictos sociales de la clase trabajadora, que se habían ido acrecentando desde mediados del siglo XIX con la creación de diversas organizaciones de signo marxista. Todo ello contribuyó a la formación de una nueva perspectiva política que fue determinante en el nuevo rumbo que tomó la historia de las artes. Este período está marcado por la expresión de distintas ramas de la creación artística: poetas, pintores, músicos, dramaturgos, cineastas, etc., que se acogieron al concepto acuñado por Ortega y Gasset de “arte nuevo”, de tal modo que se dejó atrás toda la poesía “edulcorada” del modernismo de Rubén Darío, y las vanguardias fueron abriéndose paso en nuestro país, y junto a ellas, el cine.
La cinematografía muda, recogida en Antología crítica del cine español 1906-1995, sitúa el inicio en España del cinematógrafo en 1906 con la película El ciego de la aldea. El director Antonio Cuesta, continuó apenas 10 años después, la línea que ya Alice Guy Blaché había iniciado con la película La fée aux choux en 1896, al filmar la primera película muda con argumento. El cine sonoro no dará sus primeros pasos hasta los años 30. Los grandes escritores del momento (Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna, Francisco Ayala, Giménez Caballero), por citar solo unos pocos, sentían una gran atracción por el cine y comenzaron a escribir en revistas literarias y periódicos sobre esta nueva forma de narrar, el llamado séptimo arte. Y así España se adentró en una faceta de la modernidad que iba a ser decisiva en los siglos XX y XXI.
FLORA LOBATO
PARA VER EL CIEGO DE LA ALDEA
ANTONIO CUESTA, 1906
PARA VER LA FÉE AUX CHOUX
ALICE GUY BLACHÉ, 1896
EL JUEGO DEL ARTE,
PEDAGOGÍAS, ARTE Y DISEÑO
A. PILAR RUBIO LÓPEZ
La Fundación Juan March ha reunido en
su sede madrileña una retrospectiva original que analiza las corrientes
pedagógicas del siglo XIX y su influencia en la materialización de las ideas y
producciones artísticas del siglo XX.
Múltiples ejemplos del arte, de la
arquitectura y del diseño del siglo XX conforman una exposición que,
pedagógicamente, se concibe en cuatro secciones bien diferenciadas:
. Un museo sintético del arte
moderno;
. La infancia de los artistas;
. La educación como juego y el arte
moderno; y
. La educación y el arte como juego.
Con una atmósfera de museo moderno, se
exhiben obras vanguardistas de gran calado. Sus protagonistas -Picasso,
Kandinsky, Delaunay, Gris, Braque, Morandi, Mondrian, Aalto, Calder y un largo
etcétera- revelan al espectador un mundo nuevo y una nueva concepción del arte.
La exposición cuestiona si hay algo
que explique esa ruptura de los artistas con la tradición de siglos en pos de
una nueva visión del arte más moderna y lúdica. Y explora el mundo de las
nuevas pedagogías, en una apuesta arriesgada y valiente, que baraja la
hipótesis de cómo pudo influir en cada artista la experiencia pedagógica de su
infancia y la educación recibida. No es una exposición vista con el prisma de
los ojos de un niño, sino con la perspectiva del artista en relación al niño
que fue.
Al mismo tiempo, pone de relieve el
juego como subyacente en la educación. Objetos de diseño, libros ilustrados que
ayudan a pintar, puzzles, la geometría aplicada al dibujo, corroboran las
teorías de los aprendizajes lúdicos y se alternan con composiciones originales
de los artistas, mobiliario creativo y proyectos arquitectónicos.
Tendencias y propuestas que recuerdan
al espectador las investigaciones aplicadas al dibujo, de Leonardo da Vinci; las teorías educativas de Pestalozzi y Montessori, o la
educación integral de Froebel. Toda una explosión de ideas, donde el
juego, el diseño, el color y la música tienen cabida. Y multitud de ejemplos y
proyectos que dejan mucho margen a la imaginación.
Una exposición recomendable para
visitar en familia. E ideal para docentes acompañados de sus alumnos. No se la pierdan.
A. PILAR RUBIO LÓPEZ
La muestra se exhibe en Fundación Juan March
Hasta el 23 de junio de 2019
Castelló, 77 - 28006 MADRID
Imagen de Melissa Angela Flor en https://pixabay.com/es/.
ROSARIO HERRERA GUIDO
1.
Saludo
a María Argentina Minerva,
Patricia
Mercedes y Bélgica Adela.
A
las Hermanas Mirabal Reyes
enamoradas
de Neruda y Picasso
ultrajadas
por el Tirano:
el
demente Rafael Trujillo.
4.
Saludo
a Soraya Manutchehri
por
condenar la violencia milenaria.
A
los avergonzados pedruscos
que
no pueden derribar la Sharia
“el
camino a seguir”:
la
faz obscena de la ley.
¡Qué
tire la primera culpa
el
que se sienta libre de piedras!
5.
Saludo a Jael Uribe
por contener el universo
en una sola lágrima.
Saludo a las dominicanas
por crear una Estrella de Belén
para soñar la redención.
6.
Saludo
a Susana Chávez
poeta
y activista de Ciudad Juárez
por
inmortalizar el grito de México
Latinoamérica
y el Mundo:
¡¡¡
Ni una más !!!”.
7.
Saludo
a las Madres de la Plaza de Mayo
porfiadas
investigadoras
que
buscan en la noche a sus hijos.
12.
Saludo a la manzana
codiciado alimento
por su liberadora mordida.
Al árbol del Paraíso
que ilumina la visión de Nietzsche
más allá del bien y el mal:
“La verdad es mujer”.
13.
Saludo
a las mujeres
por
su arte de amar
a
pleno sol o bajo la luna.
16.
Saludo a las aguerridas calles
que gritan la verdad
que no es bella
como cree Platón
sino horrenda.
ROSARIO HERRERA GUIDO, POETA Y MUCHO MÁS...
PARA LEER EL POEMA COMPLETO
¡QUE VALE LA PENA!
A partir de una
novela del canadiense Patrick Witt, el director Audiard construye una magnífica película con formato
de western, que nos narra la historia
de dos hermanos de Oregón que se ganan la vida matando por encargo. En este
caso, van en busca de un químico humanista que ha descubierto una fórmula que
facilita encontrar oro, en un momento en el que la fiebre por ese metal
alcanzaba su temperatura más alta en el Oeste americano. Al principio, la
película parece cumplir con el tópico de cualquier western que se precie, pero, enseguida, vemos que el formato no es
más que una excusa para mostrarnos un mundo repleto de relaciones personales complicadas
y conflictos internos de seres muy perturbados que buscan su lugar en el mundo.
Los personajes de Audiard nos enternecen
porque logran trasmitirnos todo su dolor interno, sus dudas, su culpa y sus
anhelos que el director nos va desvelando sabiamente, a
la vez que nos muestra las múltiples capas superpuestas que tiene este film
disfrazado de western que trata, como
toda buena narración, del drama del ser humano.
Antes de entrar
en la sala del cine nos preguntamos el porqué de este extraño título “Hermanos Sisters”.
Mientras se va desarrollando la narración nos damos cuenta que el director nos
habla, entre otras muchas cosas, de la dualidad que existe en todos nosotros. Dos
hermanos, diferentes en su carácter y deseos, dialogan y nos dan la impresión,
a veces, de que sólo son uno interpelándose interiormente sobre ¿qué hacer con
su vida? ¿Cómo dejar atrás o no los sentimientos de culpa? ¿Cómo abandonar el
camino de la autodestrucción e intentar encontrar una redención en una vida más
humanizada a pesar del terrible pasado que comparten? En fin, el deseo de
cambiar y el miedo a cambiar. En definitiva, la permanente contradicción en la
que todos vivimos.
Y junto a estos
dos hermanos, aparece otra pareja, la que persiguen sin descanso: un químico
humanista y su compañero, que a su vez, en algún momento, también fue su perseguidor.
El primero posee el impulso creador y una finalidad que da sentido a su vida:
encontrar oro para poder crear una sociedad fraternal e igualitaria. El otro es
un espíritu un tanto indolente, soñador que no sabe muy bien hacia dónde
dirigir su vida. De nuevo la dualidad, de nuevo la contradicción. Pero los
cuatro, a su manera, tienen en común del deseo de encontrar “algo” que sea
realmente oro para sus vidas, utilizando la búsqueda de ese material como
metáfora de lo que es realmente valioso: el trabajo en común por una buena
causa, la generosidad del compartir frente a la perversión de la posesión por
la mera posesión y el valor las pequeñas cosas de la vida como compartir una
comida, un café, una charla…
Es emocionante
ver cómo estos dos hermanos Sisters,
heridos desde la niñez, van saliendo de un mundo de muerte, violencia y
autodestrucción cuando descubren otro mundo más humanizado y logran contactar
con otros que poseen una visión diferente del mundo. La narración está llena de
grandes cabalgadas y de encuentros violentos, en medio de una naturaleza ajena
a la dura existencia de sus personajes, que no son sino metáforas de las
cabalgadas por su mundo interior y de los profundos seísmos personales que
sufren en su huida hacia otros horizontes más serenos.
Hay que señalar
la estupenda actuación de John C.Reilly, el auténtico protagonista de la
historia. Junto a él está Joquín Phoenix que esta vez mantiene un tono
ajustado. Otra faceta destacada de la película son los espectaculares paisajes
que nos transportan a Oregón o California cuando realmente son de Navarra y
Huesca.
En definitiva,
Los hermanos Sisters es una película
muy bien realizada y en la que cada plano, cada frase y cada acción implica
mucho más que lo aparente. Donde los símbolos, como el cepillo de dientes o la
manta, son utilizados con una sensibilidad y oportunidad admirables. Una
película sobre todo para pensar, para reflexionar sobre la redención, las
ataduras de la culpa, la ambición, los efectos de la generosidad, sobre nuestra
condición humana. No se la pierdan.
ISABEL BANDRÉS
PARA VER TRAILER
Leo (interpretado magníficamente por
Félix Maritaud), es un joven chapero de 22 años que busca clientes en el Bois Boulogne. Pasa los días vendiendo
su cuerpo por unos pocos euros y drogándose con todo lo que puede adquirir o le
facilitan. Y sin embargo, este joven posee un poso de inocencia y bondad que
nos parece imposible en semejante ambiente. No sólo ofrece su cuerpo sino
también su cariño a los clientes necesitados de él. Es una rara avis en un mundo pervertido. La preguntas que nos surgen mientras
avanza la narración son muchas ¿Qué hace Leo en ese mundo? ¿Cómo ha llegado a
él? ¿Por qué no se acomoda a una vida más convencional cuando tiene ocasión? El
director no nos cuenta nada del pasado de Leo. No sabemos cómo llegó a ese
mundo marginal este joven que sabe dar y recibir afecto, aún viviendo al límite
en los bordes de la sociedad. Lo que a mí me trasmite el personaje de Leo, es
un joven a la deriva que ama sobre todas las cosas su libertad, una libertad
salvaje sin ataduras sociales ni convencionales. Desea vivir al día sin cuentas
corrientes, sin casa, sin propiedades, sin seguridad social… Aunque sí le
gustaría tener un amor y dar cariño, pero siempre en los márgenes de lo convencional.
Este joven amable nos conmueve a pesar de que elige seguir en el mundo durísimo
de la prostitución, quizá porque lo que realmente le angustia es verse
encerrado en una vida convencional. Leo no puede resistirse a la tentación de
una libertad sin límites ni al deseo de romper todos los lazos con la vida corriente.
La verisimilitud de Sauvage tiene mucho que ver con la
experiencia vivida por su director, Camile Vidal-Naquet, durante los tres años
que pasó como voluntario en la asociación Aux
captifs la libération, ayudando a los trabajadores sociales que atendían a
aquellos que ejercían la prostitución callejera. Esa experiencia le sirvió para
componer esta durísima película, cuya crudeza y violencia en las escenas de
sexo inhibirá a mucho público.
Una buena película que nos habla de la
soledad de los cuerpos, de la búsqueda de compañía por medio del sexo pagado,
de la incapacidad de algunos de adaptarse a una sociedad compleja y llena de
normas. ¿Recomendable? No tanto, sobre todo por su gran dureza y realismo en
las escenas de sexo y drogadicción.
ISABEL BANDRÉS
PARA VER TRAILER
En
un pueblo de la Bretaña francesa, una joven editora encontrará una obra
maestra, “Las últimas horas de una historia de amor”, en una curiosa biblioteca
donde van a parar todos los libros rechazados por las editoriales. El autor es
un cocinero de pizzas ya fallecido. La novela resulta ser un gran éxito
literario para asombro de su familia ya que nadie conocía la afición del
difunto por la escritura. El presentador de un programa cultural de televisión
recela de la autoría de la obra. Y aquí empieza
una rocambolesca aventura en
busca del verdadero autor del libro. La película está llena de sorpresas y
falsas pistas hasta que al fin se resuelve el dilema.
La
historia está correctamente contada. Los protagonistas, Fabrice Luchini y
Camille Cottin, encarnan sus personajes con gran eficacia. El ritmo de la
narración es el adecuado y crea suspense hasta el final. Si añadimos que está
trufada con unos diálogos ingeniosos y muestra los maravillosos paisajes de la
Bretaña podemos decir que es una ligera y amable película de entretenimiento. A
pesar de sus bondades, le sobra algún barniz de cierto vacío elitismo cultural
y le falta nervio en el planteamiento y
en el final. Promete más de lo que da y aunque entretiene tiene una serie de
tics que aleja al espectador de la emoción manteniéndolo en una zona templada,
tirando a fría.
Los
temas que propone son interesantes: el marketing que en nuestros días es más
importante que la obra en sí, el elitismo snob
de cierto mundillo de la cultura que resulta tan pedante como insoportable,
la televisión, la ambición por lograr el éxito… Pero no terminan de
desarrollarse.
En
fin, una película agradable y fácil de ver ¿Lo mejor? Sus actores Luchini y
Cottin que hacen creíble su relación y la trama detectivesca.
...FUE UN AVIADOR, EN CONCRETO SANTOS-DUMONT, QUIEN LE PIDIÓ A LOUIS CARTIER EN 1904 QUE LE FABRICASE UN RELOJ DE PULSERA PARA PODER MANIOBRAR
MEJOR EN SU AVIÓN?
El primer
reloj de muñeca apareció a finales del siglo XIX como una aportación de Patek
Philippe a la moda femenina, sin embargo los Relojes de Aviador o Piloto juegan un
papel muy importante en el mundo de la relojería, en general; y en particular,
en todo aquello que tiene relación con los relojes de pulsera. De hecho,
podemos decir que el origen de los relojes
de pulsera, tal y como hoy en día los conocemos, reside en este tipo o
estilo de relojes. Antes, los modelos utilizados habitualmente eran los relojes
de bolsillo.
Los pilotos de aviación, por
aquella época, necesitaban el reloj para realizar mediciones rápidas y de gran
relevancia. Lo utilizaban para realizar cálculos de horas de vuelo, consumos de
combustible o rumbos de navegación aérea. Por este motivo, el pionero de la
aviación, el brasileño Alberto Santos-Dumont pidió, a su
amigo y relojero parisino Louis Cartier, que fabricara un reloj para poder
llevar en la muñeca. Entonces, se
les ocurrió añadirle una correa de piel a modo de cinturón, al reloj, para
agarrarlo a la muñeca sobre aquellos gruesos trajes que llevaban en dicha época
los aviadores.
Alberto Santos-Dumont y un Santos de Cartier original de 1912
que pertenece al museo de la Maison.
que pertenece al museo de la Maison.
Cartier Santos es, por tanto, uno de los
primeros modelos de reloj de pulsera que existieron para caballero. La primera versión era de caja cuadrada y grande, de
trazos geométricos, y dotado de las tres características que, hasta el día de
hoy, permanecen en las creaciones de tal modelo: esfera blanca, agujas azules y
grandes números romanos.
A lo largo de la primera guerra
mundial, el reloj de pulsera se impuso entre los militares, y, finalmente,
también en la sociedad civil, llegándose a convertir en un estándar una vez
finalizada la guerra.
También, aquel mismo año (1904), el suizo Hans Wilsdorf,
fundador de la firma suiza Rolex,
sacaba al mercado su propio modelo de reloj de pulsera. A muchos les pareció una cosa caprichosa que pasaría pronto, una
moda efímera. No se auguraba futuro alguno a aquella novedad. Ése fue el gran error histórico de los
fabricantes tradicionales de relojes, ya que el reloj de pulsera se impuso de forma
arrolladora en todo el Mundo. En 1910 ya estaba en la calle el primer
cronómetro de pulsera para el sportman o amante de la vida deportiva. Concepto
novedoso, fresco y alegre que aludía a una nueva forma de vivir. Publicitariamente,
estaba destinado al hombre atlético y refinado, la mezcla perfecta para lograr
esa idea del renovado caballero en los nuevos tiempos que llegaban.
Pero fue la
famosa marca suiza la que se adelantó a todos. Los demás le siguieron. En 1919
el norteamericano W. A. Morrison creó el reloj de cuarzo, utilísimo invento que,
incomprensiblemente, no fue comercializado hasta medio siglo más tarde. El
relojero inglés Johan Harwood (1893-1964) es el inventor del reloj de pulsera
automático. Hasta ese momento los relojes se mantenían en marcha dándoles
cuerda mediante una corona colocada en su exterior. Harwood no estaba tan
interesado en eliminar la molestia de tener que dar cuerda al reloj, sino en
prescindir de esa corona exterior, que permitía la entrada de suciedad en el
mecanismo dañando así el reloj. Lo consiguió en 1923, aunque tuvo numerosos
problemas para patentarlo y comercializarlo después. En cuanto al diseño, la
firma helvética con el símbolo de una corona real, era la más vendida. Más aún
cuando sacó al mercado “un reloj que no necesita que le den cuerda”. Vendido
como Rolex Oyster Perpetual. Este fue
el principio del gran éxito de la marca como
fabricante tradicional de relojes con mayor prestigio.
Desde su
creación, en 1926, estos ejemplares marcaron la historia y evolución de los relojes
tal como hoy en día se conocen. Fueron pioneros ofreciendo al público características
como hermeticidad a polvo y agua. Al tiempo que implantaron, en 1931, la
utilización del primer mecanismo automático ligado al funcionamiento de relojes.
El Oyster, primer reloj sumergible de
la historia, fue la estrella puntera de la firma, y compartió protagonismo al
hacer Historia junto a la nadadora Mercedes Gleitze cuando esta atravesó el
Canal de la Mancha en julio de 1927. Todo ello supuso el reconocimiento del
primer reloj auténticamente hermético de la historia de la relojería.
Como
curiosidad, uno de los relojes Rolex
más mítico y codiciado es el Cosmograph Daytona Paul Newman. A pesar de los
rumores, la firma suiza no lo fabricó para el actor, sino que fue el regalo de
su esposa Joanne Woodward quien grabó en el fondo la inscripción: “Drive
slowly, Joanne” (“conduce despacio, Joanne”). Un Rolex que alcanzó un elevado precio en una subasta es el reloj de pulsera
que Marilyn Monroe regaló a John F. Kennedy en su 45 cumpleaños, en el que grabó
la leyenda “Jack, with love as always from Marilyn”( Jack, con amor, como
siempre, Marilyn).
Durante la Feria de Relojería,
que transcurrió en Basilea en el año 1970, distintas casas
suizas de relojes presentaron sus creaciones de cuarzo. Esta técnica, sin
embargo, fue adoptada por las firmas japonesas (Citizen, Seiko y Casio) para introducirla en sus
producciones en serie. En el año 1970, Peter Petroff
desarrolla el primer prototipo de reloj de pulsera digital con indicador de
LED. Éste es perfeccionado por la casa Hamilton Watch Company y Electro-Data.
El indicador digital por aquel entonces tan sólo podía consultarse durante un
par de segundos tras pulsar un botón, dado el alto consumo de energía que
suponía. Los primeros relojes de pulsera digitales con esfera de LCD
aparecieron en el mercado entre 1973 y 1975. La compañía Gruen y Timex en
E.E.U.U., Nepro y Mondaine en Suiza y Seiko y Casio en Japón fueron los
pioneros.
Lo cierto es
que la Historia de los relojes, y en concreto la de los relojes de pulsera y su
evolución, es muy interesante y extensísima. Pero… ¡Hoy, los jóvenes no quieren
reloj de pulsera! De quince años hasta hoy, cuesta ver algún joven con un reloj
de pulsera en su muñeca. ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque los móviles que
llevan dan también la hora. Y muy bien, por cierto. No hay complicación
mecánica alguna, ni incluso belleza detrás del acto de leer la hora en un teléfono
móvil, pero resulta eficaz. Y además, tenemos los relojes de pulsera
inteligentes. Los primeros modelos desempeñaban funcionalidades muy básicas,
mientras que los actuales son ya capaces de acceder a internet, realizar y
recibir llamadas telefónicas, enviar y recibir correos electrónicos, SMS,
recibir notificaciones del teléfono inteligente e incluso consultar las redes
sociales…
Estos dispositivos, pequeños ordenadores de muñeca,
pueden incluir características como un acelerómetro, giróscopo, brújula, pulsómetro,
barómetro altímetro, geomagnetómetro, geolocalizador (GPS), altavoz, micrófono,
ranura para tarjeta de memoria externa, etc. También cuentan con mecanismos de
conectividad, como el Bluetooth (para conectarlo al móvil, u otros
dispositivos), NFC, WIFI o USB…
Y tooodo aquello que uno se pueda imaginar… Así que me
quedo como los relojes de Dalí, blandos, blandos….
La persistencia de la memoria es un cuadro del pintor surrealista Salvador Dalí, que
fue ejecutado en el año 1931 en menos de cinco horas. La obra se exhibe en el Museo de Arte Moderno
(MoMa) de Nueva York.
¡Que paséis
un buen verano!
CARMEN MENDÍVIL
NO OS DESCUBRO NADA... OS DEJO CON LA MÁS GRANDE
Y SOBRAN LAS PALABRAS...
PARA ESCUCHAR
You Know I'm No Good
PARA ESCUCHAR
Rehab
Love Is A Losing Game
PARA ESCUCHAR
Back To Black
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