martes, 1 de octubre de 2019



ENTREGA DE PREMIOS



CONCURSO DE RELATOS AMMU 2019


Se hará entrega de trofeos a las premiadas
y se anunciarán los 10 relatos que han conseguido
ser publicados por EILA EDITORES 


SERÁ EL 18 DE OCTUBRE 2019
A LAS 19:00H

LUGAR:
LIBRERÍA MUJERES&CÍA
CALLE UNIÓN, 4 MADRID














Queridos amigos:

La tertulia literaria quedó inaugurada el pasado 24 de septiembre con Juan, Susi, Isabel, Jaime, Luisa, Kosta y yo misma. Un año más, amigos tertulianos,  sintiendo el calor de la palabra y de la amistad (también del vinito que alegra y chispea la mirada). Somos unos verdaderos revolucionarios en un mundo donde se lee poco o nada, se profundiza a duras penas, y donde el más listo es el que tiene el Smarphone más caro. !Qué placer siento cada mes en casa de Luisa y Susi, arropada por todos mis amigos de tertulia! Y es que más allá de lecturas, compartimos tiempo y trocitos de vida.

Perdonadme que haya tardado en escribir, pues apremia el tiempo que tenemos para leer. Se trata de una novela corta, escrita por un ruso y plagada de mágico humor según Susi, que es quien ha hecho la propuesta. Volvemos a Rusia con humor.

El título es muy sugerente, Helada sangre azul y el día propuesto es el jueves 24 de octubre a las 19:30.

Os esperamos en nuestro "petit palais". Un abrazo. 
 NATALIA VELASCO
Coordinadora de la Tertulia


PRÓXIMA TERTULIA LITERARIA




COMENTAREMOS EL LIBRO





Tres de la mañana. Ida se levanta de la cama, se enfunda el pesado abrigo negro y, tras colocarse su estrambótico sombrero, sale corriendo a la calle. Avanza a trompicones bajo la lluvia con una sola idea fija en la cabeza y un único destino: la jefatura de policía de Chúdov. A ello dedica sus últimas fuerzas, no puede esperar, es demasiado urgente. Cae, como tantas veces antes, e igualmente se levanta. Ya queda poco, la plaza, el restaurante, la farmacia, correos..., ya está, ya llega. Sube al porche y golpea la puerta con insistencia, pero, mientras esta se abre, la mecha se agota y, respirando con dificultad, Ida, la vieja Ida, se desploma ante el mayor Parátov. Mueve la boca desesperada, intenta hablar, pero no dice nada. Tras ella queda una vida envuelta en misterio... ¿Quién es Ida Zmoiro?, ¿tal vez la gran actriz que enamoró a una generación de soldados y fue galardonada con el Premio Stalin?, ¿o la esposa de un aristócrata que huyó de la URSS?, ¿quizá la solitaria y distante mujer que regresó a aquel pueblucho llamado Chúdov para dar clases de interpretación a las niñas?, ¿sería acaso Ida la clave del rompecabezas que comenzó con la desaparición de una de sus alumnas, o solo la última víctima?




Yuri Buida (Znamensk, 1954) es uno de los más importantes escritores rusos contemporáneos. Nacido en la región de Kaliningrado —antiguo territorio de Prusia Oriental, ocupado por las tropas soviéticas en 1945—, Buida desciende de inmigrantes de origen ruso, polaco, bielorruso y ucraniano. Sus obras otorgan un importante peso a cuestiones como la identidad, la pertenencia, la transitoriedad o a los maltrechos vínculos con el pasado. En su universo literario reaparecen los mitos fantásticos; por sus páginas desfilan suspicaces militares, enemigos del pueblo, locos visionarios, magos y extrañas prostitutas (que al mismo tiempo son agentes del servicio de inteligencia); la amenaza, los secretos y la muerte acechan tras cada esquina, pero su particular estilo rebosa una vitalidad y un humor feroces. Yuri Buida ha sido galardonado con el prestigioso premio Apollon Grigoriev.

AUTOMÁTICA, EDITORIAL













EL CINE 
EN LA VIDA Y OBRA DE LOS POETAS DEL 27
FLORA LOBATO

En la actualidad, es admitida la tesis de que la cinematografía ocupó un lugar trascendente dentro de la obra de los escritores “nacidos con el cine” si nos atenemos a la nomenclatura de Pérez Bowi; no solo en la obra de los poetas, sino que esa fascinación por el séptimo arte se puede rastrear en todos los escritores de la literatura española de las décadas veinte y treinta. Estos autores se incorporaron a la vida al mismo tiempo que el cine comenzó su andadura, y en ello abunda también un artículo escrito por Guillermo de Torre en La Gaceta Literaria, al manifestar que es “un arte que tiene nuestra edad”.



No obstante, debido a la dimensión de la extensa nómina que encontramos de narradores, poetas y humoristas embelesados por el cine, se hace imprescindible acotar dicha nómina para proceder a su estudio con más facilidad. Brian Morris, en principio, aconseja centrarse en los cinco poetas de la denominada generación del 27 por ser, según él, los más afectados por el impacto del cinematógrafo, y son: Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Federico García Lorca.

No todos los poetas de la generación del 27 vivieron el fenómeno del cine con la misma intensidad, ya que hubo algunos que recibieron su impacto de un modo superficial, mientras que otros lo acusaron en profundidad, de tal manera que dicho arte llegó, incluso, a servirles de instrumento introspectivo con el que ahondar en sus propias conciencias. Los dos primeros citados lo recibieron más livianamente y los tres restantes llevaron su fascinación al extremo, lo que se aprecia en su obra, como se verá en artículos venideros, cuando abordemos sus trayectorias.


El primero se acerca al cine sin que este lo traspase; siente una gran atracción por el séptimo arte, pero procura mantenerse a una distancia prudencial, sin permitirle que lo envuelva totalmente en su influjo. Otra vez es Brian Morris el que asegura que era un gran espectador fílmico, y parece que como creador poético toma el cine como referencia al componer su poema “Cinemática” inserto en su poemario Ámbito. Asimismo, en su obra en prosa, escrita a finales de los veinte, figuran aromas del séptimo arte, donde utiliza vocablos de moda provenientes del lenguaje cinematográfico.




El caso de Pedro Salinas es similar al de Aleixandre; según Agustín Sánchez Vidal, Salinas no fue indiferente al nuevo arte que imperaba en la sociedad del momento, si bien tampoco alteró de manera sustancial su proceder literario. En su poemario Seguro Azar encontramos poemas de clara referencia al séptimo arte; “Cinematógrafo” y “Far West” son un buen ejemplo.

A los otros tres poetas del quinteto mencionado, Alberti, Cernuda y Lorca, los estudiaremos en futuros artículos, por considerar que no es apropiado extenderme en exceso en el formato que estamos utilizando. Desgranaremos las relaciones que mantuvieron con el cine y contemplaremos el entusiasmo y la pasión que sintieron ante el séptimo arte y las emociones que este les producía.

  FLORA LOBATO

N. de E.
Mucho lamento no poder reseñar de quién son estas estupendas ilustraciones de Vicente Aleixandre y Pedro Salinas; No he sido capaz de encontrar al autor o autora. Únicamente puedo añadir que se trata de Ilustraciones de la web de Unidad Editorial, para el Curso de novela de Madrid del periódico EL MUNDO

Os copio links para poder entrar a dicha web, en la que podréis admirar otras ilustraciones de la misma mano. Es una verdadera lástima que no aparezca el nombre del ilustrador o ilustradora, insisto. 









LA PULSIÓN DEL PODER  Y KANT
ISABEL BANDRÉS

“Si ves a un hombre solícito en su trabajo, debe estar antes que los reyes” afirmaba Frank Franklin. No es el caso de nuestros políticos, esas mentes gaseosas que han pasado cinco largos meses flotando por las galaxias digitales, soltando helio en forma de frases irrelevantes y reproches a los adversarios, dejándonos a los ciudadanos primero asombrados, ¿pero esto qué es?, luego irritados y finalmente sumidos en el tedio. En la civilización del espectáculo, la política se ha convertido en un show con un pésimo guión y unos intérpretes nefastos.

Entiendo que gobernar no es fácil, que llegar a acuerdos es complicado y que el calor del verano tienta para abandonarse al dolce far niente. Ese deslizamiento delicioso hacia no hacer nada, ese dejar para un mañana que nunca llega las tareas más enojosas y complicadas. Debe ser, sin embargo, muy gratificante dar mítines, soltar frases lapidarias, mostrar la brillante armadura mientras se señala la de hojalata roñosa con la que se cubren los otros contrincantes, y sacar el ego a pasear sin tener que bajar a la arena de los presupuestos, la deuda, el paro, la recesión, el precio del petróleo, las nuevas tecnologías… Tengo la sensación de que lo que quiere nuestra clase política son unas eternas elecciones, porque durante meses no han hecho otra cosa que calentar máquinas para volver a presentarse. Me pregunto: ¿Es posible que no sepan hacer otra cosa? ¿Les da vértigo el gobernar aunque deseen sobre todas las cosas estar en la cima del poder? Nos han metido en un bucle del que parece no vayamos a salir nunca. No pueden dominar su pulsión de poder y ante su incapacidad para domesticarla, llegando a acuerdos, renunciando a parcelas de poder y rebajando el propio narcisismo para dejar lugar al del otro, optan por la salida más fácil y más inoperante: la escenificación y la agresividad contra el oponente. Esa falta de racionalidad lleva directamente al fracaso, cuando no la autodestrucción. Veremos.


Desgraciadamente nada de esto es nuevo bajo el sol. La nueva política y los nuevos políticos que se vendían como el asombro del orbe, los que iban a cambiar la sociedad, mejorar las leyes, aprobar nuevos presupuestos, imponer una nueva la ley laboral, los que denostaban a los padres de la Constitución y de la Transición (Peces Barba, Carrillo, Fraga, Solé Turá, Herrero Rodríguez de Miñón,  Cisneros, Pérez Llorca, Miguel Roca, Suárez, Fernández de Miranda, Felipe González…), y se postulaban como la solución de todos nuestros males, han resultado ser unos vendedores de humo expertos en vanidad, egolatría y ambición de poder ofreciendo un espectáculo vergonzoso, mostrándose incapaces de decir algo serio sobre cuestiones fundamentales que nos atañen a todos y de cumplir con su deber como representantes públicos que son y de lo que viven.

Ese deber que, según Kant, se ejerce porque la conciencia moral nos lo dicta independientemente de su relación con nuestra felicidad o desdicha, y sea esa nuestra inclinación o no. Se me dirá, y con razón, que Kant estaba muy influenciado por el pietismo, ese movimiento protestante rígido y exigente, y que a nuestros políticos  mediterráneos y de cultura católica no se les puede pedir tanto. Pero una cosa es no exigirles que se comporten como pietistas conversos y otra que actúen como auténticos adolescentes irresponsables. Los líderes se han presentado y se han comprometido libremente con la sociedad y por lo tanto, se supone, que antes han reflexionado sobre los posibles escenarios que se podrían encontrar y planificado las mejores contestaciones posibles. De sus decisiones, no lo olvidemos, depende la calidad de vida de los españoles, sobre todo de los más vulnerables —que todos los políticos del arco parlamentario dicen que son su prioridad—. Estos fariseos cubren su ineptitud y sus intereses mezquinos con la gran capa de una ideología, sea la que sea, que de tan manoseada, ya nadie reconoce.
 

Ya tenemos fecha para las siguientes elecciones generales, 10 de noviembre, y las últimas encuestas proyectan un resultado similar al presente, por lo que tendremos una realidad muy parecida a la actual. Hay que reconocer que a los ciudadanos, quitando a los creyentes incondicionales, nos lo han puesto muy difícil. ¿A qué nada votamos? ¿Qué actores preferimos ver en las performances de los próximos meses? ¿Qué podemos esperar de ellos en el futuro viendo el presente? Politólogos insustanciales, periodistas avezados, tertulianos parlanchines, intelectuales firmantes nos lanzan elucubraciones y diatribas partidistas, mientras nosotros dudamos entre ir a votar con la ilusión muy quebrantada o quedarnos en casa estudiando paleontología con la esperanza de que entendiendo el pasado quizá podamos llegar a entender el presente.

Señores políticos, más Kant y menos gurús del cálculo electoral. 
ISABEL BANDRÉS


El Gran Forges… Siempre de actualidad y siempre en nuestros corazones









LA IMPERTINENCIA DE LA PALABRA "NO"
MARÍA LUISA MAILLARD

Adam Zagayewski, poeta y ensayista polaco, que vivió bajo un régimen estalinista, se asombra en su libro Solidaridad y soledad, de la evolución de sus compañeros opositores, quienes, ya bajo otro régimen, siguen manteniendo una postura negativa contra todo lo viviente. ¿Qué pasa con la palabra "no", obligada y valiente en la oposición a un régimen totalitario?, se pregunta. Que es bastante impertinente, responde, y que, una vez finalizadas esas circunstancias extremas, se lanza a vivir su propia vida negativa y desfachatada, y amenaza a la palabra "sí", desconectándonos de amplios territorios de la realidad, que no se presentan como adversarios.

No es necesario haber vivido bajo un régimen estalinista para sentirnos identificados en nuestras sociedades con la postura de los compañeros opositores de Zagayewski. La palabra "no" se ha ido extendiendo desde los poderes públicos a toda la población, como una mancha de aceite en tejido poroso. Y es que la palabra "no" es muy seductora, aparte de desfachatada: simplifica nuestra vida, procurándonos un lugar en el mundo sin necesidad de reflexionar ni esforzarnos mucho en una sociedad como la nuestra, no dictatorial, sino compleja y ecléctica, "hecha de los añicos de diversas creencias". Además es gratis, ya que en las sociedades democráticas no implica ningún riesgo. También nos libra de la responsabilidad. Juzgar con severidad a un enemigo, nos libera de la penosa tarea de juzgarnos a nosotros mismos. Cuando el enemigo desaparece, nos quedamos vacíos y no tenemos más remedio que enfrentarnos al espejo. Aún recuerdo la pintada que dio tanto que hablar a finales de los años ochenta, cuando comenzó el "desencanto", debido a las expectativas desmesuradas a la muerte del dictador. "Contra Franco vivíamos mejor", el recuerdo del pasado, no provenía de los nostálgicos del viejo régimen, sino de sus opositores. 


Yo me figuro a la palabra "no" como una gran bola negra, semejante a una bola de cañón, que una vez lanzada, nos engancha con su rotundidad sin fisuras y nos obliga una y otra vez a buscar justificaciones de los posibles destrozos que pueda causar. Es esta sin duda una tendencia de la naturaleza humana, que se ha agudizado en la época contemporánea, como han señalado autores como Lionell Trilling y Steiner. El yo moderno encuentra su definición cuando denuncia a su opresor: ya sea la familia, la sociedad, la moral burguesa, el estado opresor o el sistema capitalista. Este proceso se ha disparado en las últimas décadas, debido a los inmensos recursos de propaganda que tienen hoy los poderes públicos, que han encontrado en esta tendencia una mina para la manipulación de las masas. 


Con la palabra "no", no sólo nos sentimos a gusto con nosotros mismos y nos libramos de la responsabilidad, sino también de la penosa tarea de pensar y de admitir la complejidad de lo real, porque si la realidad no se ajusta a la rotundidad de nuestro "no", a ese esquema simplificado que justifica nuestra postura, la manipulamos y la tergiversamos —aunque de esa tarea ya se encargan los gurús que en la cúpula del poder guían nuestros pasos—. Sobran los ejemplos que están en la mente de todos. Pero como dice Zagayewski, la peor consecuencia, aparte de adelgazar nuestra capacidad de juicio y quebrar nuestra responsabilidad, es que la palabra "no" nos priva de la palabra "sí", que es donde se encuentra la alegría de vivir y nos abre a esos inmensos territorios de la realidad que habíamos eliminado porque no son nuestros adversarios.

MARÍA LUISA MAILLARD







CELEBRACIÓN DEL PRIMER CENTENARIO
DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE MUJERES UNIVERSITARIAS - GRADUATE WOMEN INTERNATIONAL (GWI) EN GINEBRA, A LA QUE ASISTIÓ REPRESENTACIÓN ESPAÑOLA.



Promoviendo la cultura de la paz mediante el empoderamiento de la mujer a través de la educación fue el tema central de la conferencia celebrada en Ginebra el pasado mes de julio.

Las metas de GWI durante el último trienio han sido: sanear las cuentas para darle estabilidad a la asociación, aumentar la visibilidad mediante la información para mujeres y niñas (con una media de 12 campañas por año) sobre las barreras que encuentran las niñas para acceder a la educación, matrimonio de menores, tráfico de mujeres, mutilación genital femenina, trabajo infantil, ciberbullying, medioambiente y mujeres y niñas en la ciencia. También se ha aumentado la visibilidad ante la ONU y sus agencias: se han presentado 63 informes de defensa sobre varios temas relacionados con la educación en las sedes de Ginebra, Nueva York, París y Viena. Se han implicado en proyectos concretos en Egipto, Ghana, India, Kenia, Méjico, Nepal, Nigeria, Ruanda, Sierra Leona, Sudáfrica, Turquía y Uganda. La captación de fondos ha ocupado el último lugar citando las donaciones del cantón y la ciudad de Ginebra así como otros donantes internacionales y la entusiasta participación de las distintas federaciones y sus miembros.

 PARA SEGUIR LA NOTICIA









Hasta siempre, hijo mío es una historia familiar que abarca la historia de China y sus cambios políticos y culturales, desde los años 70 hasta la actualidad. La narración se centra en una pareja que pierde a su hijo, Xingxing, en un embalase donde jugaba con su mejor amigo y un grupo de compañeros de colegio. Este trágico hecho macará para siempre la vida de los padres, vecinos y amigos de la víctima. La película narra el profundo dolor de unos padres que han perdido a su único hijo y la atormentadora culpa de aquellos que se sienten responsables de la desgracia. Para esa pequeña comunidad, tras la muerte del muchacho, ya nada será igual. Y todo esto se desarrolla en medio de un país que pasa de la Revolución Cultural (imposición del hijo único, ortodoxia comunista, falta de las más mínimas libertades), hasta llegar a un comunismo que admite una economía de empresa y que ha perdido muchos de sus rigores políticos.

La película dura tres horas, en las que utiliza de una forma abusiva el flashbacks. El efecto de tanto ir al pasado y volver al presente, genera una cierta confusión en la narración y el espectador tiene que hacer un esfuerzo para recolocar personajes y situaciones. El tono es melodramático: pérdidas, dolor, separaciones, cambios de estatus, aborto forzado, remordimiento, frustraciones… En medio de un escenario político en el que los individuos son utilizados como objetos para conseguir las metas  revolucionarias del Gran Timonel, Mao Tse Tung, y se les desarma de cualquier atisbo de humanidad: las escena de la elección de personas excepcionales y la del aborto impuesto, son demoledoras.

La emoción se acentúa con un trabajo actoral espectacular, sobre todo de la pareja protagonista (Wang Jingchun y Yong Mei), así como en algunas escenas cargadas de sensibilidad que nos conmueven: la de la muerte de Xingxing, la despedida del hijo que la pareja ha adoptado para ocupar su lugar, los actos cotidianos como comer o lavarse en una casa tan devastada en su interior como lo están ellos, el intento de suicidio… Toda la película despide un tono de exquisitez en medio de un decorado que resalta el feísmo: casas, paisajes, ciudades… Muestran un paisaje inhóspito que contrasta con la dignidad que rezuman unos personajes que nos conquistan.

Estamos ante una muy buena película, dolorosa y turbulenta, que pone el foco en la historia de una familia, pero sin olvidar nunca la historia y las decisiones políticas que afectaron a millones de personas de manera imprevista. Su final está excesivamente tramado para satisfacer a un público abrumado por la larga serie de desgracias que atraviesan los protagonistas y queda forzado, restándole fuerza a la narración.

¿Una película recomendable? Sí, pero no para el gusto de todos: su duración y los continuos flashbacks la hacen poco aconsejable para espectadores inquietos. En mi recuerdo queda su elegante y contenida narración, la labor de unos actores inmejorables y la simpatía que despiertan unos personajes descritos con emoción, que hacen frente a la desgracia sin perder su humanidad.
 ISABEL BANDRÉS
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El título de la película, Mientras dure la guerra, se debe a una frase que insisten en que forme parte del comunicado que otorga plenos poderes a Franco sobre el territorio español, y que luego, como todos sabemos, acabaron siendo unos poderes vitalicios que duraron cuarenta años. Amenábar sitúa la narración en Salamanca durante los primeros días de la Guerra Civil española y donde Miguel de Unamuno, decepcionado por la República, se debate en una serie de posturas contradictorias hasta que comprende la dimensión fascista de la cruzada emprendida por Franco. La figura de Unamuno y su pensamiento es el eje sobre el que se sostiene toda la película. Desconozco qué impulsó al director a elegir una figura tan laberíntica y con un pensamiento tan lleno complicidades y, por lo tanto, tan difícil de plasmar en una película. La figura de este enrevesado escritor y pensador español la simplifica dibujando un Unamuno tozudo, amigo de sus amigos, poco o nada razonable y con un pensamiento más bien pobre y simplista. A Amenábar hay que atribuirle mucho valor para atreverse con tanto, pero lo malo es que la película no llega a cuajar precisamente por marcarse unas metas tan altas.

No sé muy bien lo que el director se propone con este trabajo: ¿Opone intelectualidad contra la fuerza bruta? ¿Nos cuenta la necesidad de diálogo entre los españoles de diferentes ideologías sin necesidad de enfrentamientos? ¿Desea hace un ejercicio de equilibrio matizando las posturas de unos y otros, hasta el punto de hacer un retrato tibio del conflicto? No lo sé. Amenábar se ha metido en un lodazal ideológico de difícil resolución. Lo mejor es la gran labor de Karra Elejade en la interpretación de Miguel de Unamuno y la emoción que nos embarga, el sufrimiento de los ciudadanos que por sus ideas o porque sencillamente les toco vivir en esa época, tuvieron que soportar.

Supongo, no estoy muy segura, que el director ha querido hacer una película histórica, que no moleste a nadie, sobre una época muy compleja, simplificando ideologías, personajes y acontecimientos, y cayendo muchas veces en la ingenuidad y en la superficialidad. Los retratos de algunos personajes como Millán Astray, Franco, el Arzobispo, Doña Carmen Polo, tienen algo de caricaturesco. Y las ensoñaciones de Unamuno sobre su juventud, que quiere ser un recurso emotivo, rozan la cursilería, son innecesarias para entender al personaje y recargan de manera absurda la narración.

¿Es una mala película? No, no lo es. Amenábar sabe contar bien, pero la obra carece de la seriedad y profundidad que la gravedad de aquellos acontecimientos requiere. Está claro que el director, al rodar esta película, tenía muy buenas intenciones, pero eso no es suficiente cuando se afronta una empresa tan intrincada como es el análisis de la época más convulsa de nuestra historia reciente.
ISABEL BANDRÉS
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«Downton Abbey» fue una serie televisiva sobre la vida de una familia aristocrática, en la campiña inglesa, durante la primera mitad del siglo pasado. Michael Engler dirige ahora esta película, cierre de la serie, donde los Crawley y sus sirvientes se encuentran desbordados ante la inminente visita de los reyes, Jorge V y su esposa, María de Teck. Ante la magnitud del suceso, todos van a poner lo mejor de sí mismos, incluso los espíritus más republicanos del grupo trabajarán con inquebrantable entrega para que la visita de los reyes sea un éxito.

Esta película es más decorado que otra cosa. Desde luego, no critica el establishment británico del momento y presenta un sistema de clases cerrado a cualquier influencia exterior. Una huelga general se solventa con una salida irónica de la matriarca, representada con gran acierto por Maggie Smith. Nos habla de un final de época donde las costumbres empiezan a cambiar, pero todo conflicto personal o social está teñido de en un tono rosa suave, o rosa fuerte, en un mundo burbuja que se resiste a desaparecer.

¿Qué más puedo decirles? Es una película cuidada hasta el mínimo detalle, con unos diálogos y salidas de tono que no defraudarán a los amantes de las lenguas afiladas, cuando no vitriólicas, y en la que se idealiza la convivencia de la nobleza rural inglesa con sus empleados. La película está magníficamente ambientada, es elegante, es amable y resulta insustancial. ¿Nada más? Nada más. Ah, sí. Los espectadores que no hayan seguido la serie pueden perderse en un marasmo de personajes, pasillos y relaciones personales del numeroso clan.
 ISABEL BANDRÉS

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¡¡MENUDO TRÍO!!

Dulce Pontes & Lídia Pujol & Mayte Martin
LÁGRIMA




Dulce Pontes
CANÇÃO DO MAR





ESTO ES TODO, HASTA LA PRÓXIMA!!



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